En el país se liberaron, en 17 años, 17,354,481 neonatos de cuatro especies de tortugas marinas que visitan las playas; sin embargo, no todas llegaron a la edad adulta debido a que, por su tamaño, son presas de depredadores naturales ya que forman parte de su cadena alimenticia, pero también porque el hombre las captura para realizar artículos con sus caparazones, entre otros uso.
El coordinador de proyectos de la Fundación Doménech, Mauricio Velásquez, explicó que hay una estadística que señala que de 1,000 neonatos de tortugas que son liberados, sólo uno alcanza su edad adulta.
Al hacer un cruce de datos se infiere que de las más de 17 millones de tortugas liberadas en las diferentes playas salvadoreñas, únicamente 17,354 probablemente llegaron a la edad adulta.
Por ello, diferentes entidades trabajan en la conservación de las tortugas marinas ya que, además, cada especie cumple una función en el ecosistema que si son erradicadas, generarían un desequilibrio en la naturaleza.
Existen siete especies de tortuga marina; pero el país es visitado por las especies carey, prieta, baule y golfina, que es la más abundante según los registros (ver notas aparte).
Las otras son las conocidas como lora, plana (solo en Australia), cabezona o caguama.
Una fuente del Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (Fiaes) explicó que los años de vida de las tortugas dependen de la especie; pero hay registros que señalan que algunas llegan a tener hasta 150 años.
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Aclaró que debido a las amenazas actuales, presiones ambientales y sociales, se maneja un promedio de cincuenta años de vida.
Sofía Grimaldi, de la Fundación Naturaleza, explicó que el trabajo de conservación de las tortugas marinas en el país data de más de medio siglo debido a que en la década de 1970, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) comenzó actividades de incubación y liberación de neonatos.
Sin embargo, fue hasta 1997 que se implementó una veda parcial para el consumo, entre otras actividades, de los huevos de dichas especies.
Pero fue hasta el 2009 que se estableció una veda total y permanente al aprovechamiento de huevos, carne, grasa, aceite, sangre, huesos, especímenes disecados, caparazones, fragmentos y productos elaborados de caparazones de todas las especies de tortugas marinas.
Las personas que infrinjan dicha medida pueden ser encarceladas hasta por cinco años y pagar multas de hasta cien salarios mínimos. Pero las personas continúan tratando de comercializar los huevos de tortuga a pesar de la prohibición.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn) informó, en octubre de 2022, que 213 huevos de tortuga marina fueron decomisados, en procedimientos diferentes, en las playas de La Libertad cuando personas pretendían comercializarlos.
En septiembre de 2023, la Policía Nacional Civil (PNC) indicó que en la comunidad Las Lajas, Sonsonate, rescató alrededor de 194 huevos de tortuga golfina.
Grimaldi señaló que revisaron y analizaron centenas de informes que datan desde el 2006, año cuando el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales comenzó a sistematizar los esfuerzos para la conservación de la tortuga marina.
Desde ese año, hasta el 2023, 21,736,873 huevos de tortugas fueron incubados en las playas salvadoreñas, principalmente aquellas donde existen iniciativas de conservación.
De ese número, hubo un 80% de supervivencia.
La Fundación Naturaleza también informó que 4,340 hembras anidantes, de tres de las cuatro especies que visitan el país, han sido marcadas.
Dicho procedimiento ha permitido documentar patrones de anidación, migración y natalidad, explicó Marcela Linares, de la Asociación Comunal de Mujeres de la Barra de Santiago (AMBAS), en Jujutla, Ahuachapán Sur.
Dicha asociación es una de las principales que trabaja en el cuidado del medio ambiente en dicho departamento.
Linares agregó que las tortugas marinas desempeñan un rol crucial en los ecosistemas, como mantener los helechos y pastos marinos saludables; además ayudan a controlar la población de medusas.
Dicha asociación ahuachapaneca, al igual que otras organizaciones ejecutoras de proyectos similares, capturan los huevos con la finalidad de que no sean comercializados.
En dicho trabajo se apoyan con los residentes locales, quienes realizan, durante las noches y madrugadas, jornadas de recolección de huevos que son llevados a corrales de incubación para la espera de su eclosión.
Concientizar a las personas sobre la importante de su conservación ha sido también parte del trabajo que han realizado 111 asocios de organizaciones ejecutoras, que han implementado 534 proyectos de incubación y liberación, desde el 2006.
Las amenazas
La Red Xiuhtic, que es un conglomerado de organizaciones que trabajan por la preservación de las tortugas marinas, entre otros temas, indicó que ellas dejan sus nidos naturalmente en la playa, lo que permite que otros animales, como mapaches, zorrillos, cangrejos, serpientes y hormigas, se alimenten de ellos.
Cuando son bebés, las tortugas marinas son muy pequeñas, convirtiéndolas en vulnerables hacia sus depredadores naturales, como aves, cangrejos y peces.
Agregó que en la fase juvenil y adulta, los depredadores naturales de las tortugas marinas disminuyen ya que sólo pueden alimentarse de ellas grandes peces, como los tiburones y reptiles más grandes (cocodrilos).
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Pese a dichas situaciones, Red Xiuhtic señaló que las principales amenazas que enfrentan son todas de origen humano.
Por ejemplo, el desarrollo costero debido a la depredación y deforestación de playas de anidación ante el turismo desmedido y lotificación de playas en sitios de anidación.
Los perros y mascotas que deambulan por las playas de anidación también destruyen nidos, algunas veces incluso pueden atacar a las tortugas anidantes.
Otra causa es la pesca ya que dichos reptiles quedan atrapados en redes fantasmas y anzuelos, generando que no puedan salir a respirar y mueran ahogados.
El plástico en el agua y en la arena, los derrames de químicos en los ríos, entre otros, juegan un papel muy importante en la disminución de las poblaciones de tortugas marinas.
La principal amenaza que enfrentan las tortugas marinas en El Salvador sigue siendo el consumo de huevos, indicó.
“Si bien es una práctica ilegal y penada por la ley, muchas personas siguen siendo parte del consumo de huevos”, lamentó la Red Xiuhtic.
El turismo acuático es otra amenaza que enfrentan. “Si bien no se habla mucho sobre este tema, poco a poco se están incrementando los accidentes con tortugas marinas que resultan heridas o perecen por heridas provocadas con las hélices de las embarcaciones que manejan a velocidades demasiado altas. De igual manera, las luces del alumbrado público y farolas afectan a las tortugas marinas: ahuyentando a las hembras anidantes y desorientando a las tortuguitas recién nacidas”, agregó.
Recientemente, la Red Xiuhtic, Fundación Doménech, Ambas Barra de Santiago, Funzel, Fundación Naturaleza El Salvador y Fiaes, participaron en el conversatorio virtual denominado “Experiencias institucionales de conservación de tortugas marinas”.
Esto en el marco del Día Mundial de las Tortugas Marinas, que se celebra cada 16 de junio.