Las tortugas marinas visitan distintas playas del país con la finalidad de colocar sus huevos. A pesar de las restricciones que hay para su consumo, muchas personas continúan extrayéndolos de manera ilegal.
Conozca aspectos importantes que caracterizan cada una de las cuatro especies que visitan El Salvador.
Las golfinas son las más abundantes en el mundo
La tortuga de la especie golfina es considerada la más abundante a nivel mundial; sin embargo, también se encuentra en peligro de extinción de acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), indicó la Red Xiuhtic.
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Es la segunda más pequeña de las siete especies de tortugas que habitan en el océano; además es la más pequeña de las cuatro que visitan El Salvador.
Su nombre científico es Lepidochelys olivacea debido al color olivo que los adultos tienen en su caparazón.
Normalmente anidan de forma solitaria; pero en algunos países, sus hábitos de anidación son masivos y sincronizados, conociéndose como arribadas.
La alimentación de las golfinas es mayormente carnívora, consumiendo todo tipo de peces, moluscos, camarones, langostas y medusas.
El coordinador de proyectos de la Fundación Doménech, Mauricio Velásquez, explicó que cumplen una función importante, controlando las poblaciones de diferentes organismos.
“Esto nos ayuda a mantener el equilibrio de estas especies. Aparte de que ellas son parte de la cadena alimenticia de muchos peces ya que cuando nacen, son tan pequeñas y vulnerables, que sirven de alimento para otras especies. Tanto así que hay una estadística que dice que de 1,000 tortuguitas que se liberan, sólo una alcanza su edad adulta”, dijo.
La especie carey se creía extinta hace veinticuatro años
La Red Xiuhtic explicó que a inicios de los años 2000 se creía que la tortuga carey estaba extinta en el Océano Pacífico Oriental debido a que las poblaciones mundiales de esta especie se encuentran seriamente amenazadas.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la ha clasificado como especie en peligro crítico de extinción.
“El Salvador es un sitio importante para la conservación de la tortuga carey, pues junto a Nicaragua, albergan el 90% de anidación en todo el Océano Pacífico. Registrándose tan sólo en El Salvador, más del 50% de las anidaciones”, señaló la Red.
Su dieta principal son moluscos y crustáceos. Pero la carey del Pacífico Oriental es única, presenta un comportamiento particular ya que se ha adaptado a vivir en un ecosistema completamente diferente: esteros y manglares.
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Por ello, los bosques de manglar son muy importantes para las carey; en las raíces de estos árboles encuentran su fuente de alimento: moluscos, crustáceos y peces.
A diferencia de las otras especies, las tortugas carey prefieren anidar bajo la sombra de la vegetación costera.
El coordinador de proyectos de la Fundación Doménech, Mauricio Velásquez, dijo que dicha especie es altamente afectada por el hombre porque su caparazón es llamativo, teniendo una mezcla de colores café, amarillo, anaranjado, negro.
El hombre las caza para elaborar una infinidad de productos.
“Si alguna vez han escuchado que algún producto es de carey significa que se ha tenido que sacrificar una tortuga para elaborar ese producto. Hay una estadística que dice que de 1,000 tortugas, sólo una llega a edad adulta. Imagínese que si esa única tortuga que llegó a edad adulta sea capturada y sacrificada para elaborar un par de aretes o de lentes, es bien triste”, reflexionó.
Otra característica es que su caparazón tiene un borde aserrado y el pico es especializado para rascar en piedras debido a que le gusta alimentarse en zonas rocosas y de manglar.
Por ello, únicamente en el país se encuentra en Los Cóbanos, Acajutla; en la bahía de Jiquilisco; y Las Tunas, en La Unión. Al nacer tiene un color café
La especie prieta viaja hasta dos mil kilómetros para anidar
Las tortugas verdes son “ectotérmicas”, lo que significa que dependen de la temperatura ambiental para regular su temperatura corporal.
“Pueden regular su temperatura corporal utilizando comportamientos como la exposición al sol en la superficie del agua o sumergiéndose en aguas más frías”, señaló la Red Xiuhtic.
En el país es una de las especies más importantes para los esfuerzos de conservación: está catalogada como en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
De las siete especies de tortugas marinas, la tortuga verde es la segunda más grande, sólo superada por la tortuga baule.
Su nombre científico, Chelonia mydas, proviene del color verde de su grasa corporal, que es causado por su dieta herbívora.
Las hembras pueden anidar varias veces durante una temporada de reproducción.
Realizan largas migraciones, entre sus áreas de alimentación y sus sitios de anidación, llegando a viajar hasta más de 2,000 kilómetros.
Un solo nido puede contener alrededor de 100 a 150 huevos.
La Fundación Doménech señaló que su caparazón es más largo que ancho y tiene la forma de una gota de agua.
Aunque su característica principal es que tiene únicamente dos especies de escama en su cabeza, arriba de sus ojos; el resto de especies tienen cuatro.
Es conocida como tortuga verde en algunas regiones porque su alimento preferido, cuando están adultas, son las algas, por lo que su coloración es verdosa-oscura.
Al nacer se caracteriza por tener la espalda negra y la parte ventral, blanca, siendo de dos colores.
De pequeña se alimenta de peces.
La especie baule es la que menos visita las playas del país
Las tortugas marinas de la especie baule no tienen un caparazón duro; sino una capa de piel y grasa que cubre sus huesos, a diferencia del resto de especies, de acuerdo a la Red Xiuhtic.
Además es poco frecuente en El Salvador, mostrando un patrón de anidación esporádica entre noviembre y febrero de cada año.
El primer registro de anidación que se conoce en El Salvador fue de tres hembras en la playa de Barra de Santiago, en el distrito de Jujutla, Ahuachapán Sur. Ocurrió en 1992.
Está catalogada como vulnerable por la UICN, aunque algunas poblaciones están en peligro crítico de extinción.
Su dieta se compone principalmente de medusas y otros organismos gelatinosos, lo que las hace especialmente vulnerables a la ingestión de plásticos.
“Las tortugas baule son unas excelentes buceadoras, capaces de sumergirse a profundidades de más de 1,000 metros en busca de alimento. Son conocidas por sus largas migraciones transoceánicas; algunas poblaciones viajan desde las playas de anidación tropicales hasta las zonas de alimentación en aguas frías y templadas”, agregó la Red.
La Fundación Doménech señaló que la forma de su caparazón, que le permite sumergirse grandes distancias, le permite alimentarse de medusas, que es su comida favorita.
Agregó que si hay una gran cantidad de medusas podría provocar un desequilibrio ya que estas se alimentan de peces.