La Dirección general de Protección Civil decretó alerta roja por lluvias para 42 municipios de El Salvador y alerta naranja para el resto del país, según informaron en su cuenta de Twitter.
La alerta fue emitida un día después de que la tormenta tropical Bonnie causara dos muertos, inundaciones y derrumbes en diferentes zonas del país.
“Debido a la influencia de la tormenta tropical Bonnie en nuestro país, actualizamos la alerta estratificada de la siguiente manera: Alerta roja en 42 municipios, alerta naranja para el resto del país”, se lee en el tuit.
Asimismo, las clases en los centros educativos a nivel nacional han sido suspendidas para este lunes, anunció el Gobierno, debido a los estragos provocados por la tormenta Bonnie, la cual sigue afectando el territorio nacional con fuertes lluvias.
Para el martes, las autoridades evaluarán el regreso a las instituciones educativas dependiendo de la evolución de las lluvias, ante la amenaza también de una nueva onda tropical.
La tormenta tropical Bonnie ha causado estragos en diferentes zonas del país y en algunos hospitales como el Rosales.
Dos personas murieron al ser arrastradas por corrientes de agua cerca de sus viviendas.
Carolina Gaitán, de 24 años, murió el sábado por la noche arrastrada por una corriente en la colonia Santa María de San Martín. Su cuerpo fue succionado por el drenaje que está a un costado de su vivienda.
En otro caso, Emiliano Gutiérrez, de 50 años, murió tras ser arrastrado por la repunta de un río. El hecho ocurrió en el caserío Los Vega, cantón Chilata, municipio de San Julián, en Sonsonate.
Las inundaciones y destrucción causadas por el paso de la tormenta Bonnie frente a las costas de Centroamérica también dejaron en evidencia problemas en la capacidad de prevención y respuesta de la maquinaria comandada por la Dirección General de Protección Civil, que ante la magnitud de lo sucedido no mostró estar preparada.
Lo anterior ha dado pie a numerosos reclamos y críticas de parte de salvadoreños en las comunidades afectadas, quienes cuestionan la falta de preparación para enfrentar crisis como la del pasado sábado y exigen acciones claras, políticas eficientes y buen uso de recursos para evitar que tragedias similares ocurran en el futuro.