Un hombre de 69 años deberá de continuar preso luego que el Juzgado Segundo de Paz de Santa Ana encontró los indicios suficientes de que, aparentemente, maltrató a un animal en una de las comunidades de dicho distrito.
El sujeto fue denunciado por su propia hija y cuando fue capturado por la Policía Nacional Civil (PNC), bajo el delito de maltrato animal, determinaron que tenía una orden de captura vigente por haber sido condenado por agresión sexual en menor e incapaz, de acuerdo a un informe de Centros Judiciales.
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El mismo estableció que la Unidad de Protección de Animales de Compañía Municipal de la alcaldía de Santa Ana solicitó apoyo para investigar un caso de presunto abuso sexual contra perros en la colonia Monseñor Romero.
Cuando miembros de dicha dependencia municipal visitaron la comunidad no hallaron indicios de la acusación; sin embargo dejaron citatorios para la persona que había sido denunciada por los presuntos abusos.
El hombre, identificado como Virgilio A. P., de 69 años, no respondió a ninguno de los llamados.
“La noche del 8 de abril, la misma unidad recibió una llamada de una mujer que se identificó como la hija del hombre denunciado, informando que acababa de sorprender a su padre violando a una perrita. Cuando las autoridades llegaron, el hombre se había escapado; pero encontraron a la perrita agredida y tras realizarle varios exámenes, se determinó que había sido golpeada y se tomaron muestras de sus genitales para análisis”, señaló el reporte judicial.
El sexagenario fue detenido por la Policía el día siguiente a la denuncia por el delito de maltrato animal.
El acusado fue puesto a disposición del Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena de Santa Ana, entidad que lo requería por el caso de la condena de agresión sexual en menor e incapaz.
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Mientras que por el delito de maltrato animal, enfrentó la audiencia inicial en el Juzgado Segundo de Paz de Santa Ana, que decretó la instrucción formal con detención provisional.
El procesado judicialmente fue remitido al Centro Penitenciario La Esperanza, en San Salvador.