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Familia queda a la intemperie luego que furgón incendiado dañó casa en Nahulingo

Varios miembros del grupo familiar se salvaron de morir ya que se encontraban en una hamaca, donde el cabezal y el furgón pasaron cerca.

Por Gerardo Orellana | Abr 18, 2024- 07:43

La familia señaló que requiere de ayuda para reconstruir su vivienda o trasladarse a un lugar adecuado para residir. / Foto Por Gerardo Orellana

Tres miembros de la familia Arévalo se salvaron de morir arrollados por un cabezal que se precipitó sobre el río Ceniza, luego que su conductor, presuntamente, perdió el control, en el lugar conocido como la Curva de la Muerte, en Nahulingo, Sonsonate.

El hecho dejó como saldo al conductor fallecido y otra persona que no logró ser identificada por las autoridades.

Lea también: Dos muertos luego que cabezal se precipitó a río de 20 metros de altura en Sonsonate

El hecho ocurrió el lunes en la noche y desde entonces, la familia ha dormido en la intemperie debido a que el cabezal y el remolque destruyó la vivienda de lámina y madera de la familia, que ha visto un sinfín de siniestros viales en la misma zona en los treinta años de residir en la misma zona.

El último hecho los ha hecho reflexionar que deben de ubicar otro lugar para residir; pero señalaron que no cuentan con los recursos económicos necesarios.

Marina Elizabeth Arévalo relató que, cuando ocurrió el hecho, se encontraba descansando en una hamaca a la orilla del río Ceniza.

La vivienda era de lámina y madera. Foto EDH/Gerardo Orellana.

“Estaba con mi sobrinito (de un año) y mi hijo (de 5) viendo el teléfono. Oímos el impacto y vimos que venía la rastra. Lo que hice fue  abrazarlos; no me pude mover por que tenía a los dos niños, hasta que cayó ahí  (al río) y empecé a gritarle a mi hermana y a mi mamá. ‘Dios mío’, dije, ‘ayudenme’”, relató Marina con lágrimas en sus ojos.

Cuando logró reaccionar, se levantó de la hamaca junto a los niños y salieron a un lugar donde se sintieron a salvo.

Sin embargo, un cable del tendido eléctrico que había sido arrastrado por el cabezal y su remolque, la lesionó en una de sus piernas.

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“Le pedí a Dios que no nos pasará nada y yo ahí me quedé (antes de lograr reaccionar); la rastra venía con llamas. Fue feo, creí que eso iba a explotar frente a nosotros”, relató Marina.

Mientras tanto doña Margarita Arevalo, quien es la madre de Marina, reconoció que “vamos a ver para dónde agarramos, ya tenemos miedo, aquí nosotros no tenemos ayuda de nadie solamente la de Dios”.

Dichas palabras las expresó mientras buscaba a sus animales de corral, aunque no los había localizado ya que presuntamente murieron en el incendio que provocó el siniestro vial.

Además lamentó que no habían recibido apoyo de las autoridades tras el hecho, ocurrido el lunes en la noche.

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