Han transcurrido 45 días desde que José Tomás Laínez, un ciudadano estadounidense-salvadoreño que vino el 23 de marzo a hacer turismo en ocasión de las vacaciones de Semana Santa, desapareció en una zona rural de San Vicente. Y 45 días después de esa desaparición, la Policía Nacional Civil (PNC) sigue sin dar respuestas concretas a los familiares de la víctima.
La familia Laínez no ha cesado de cuestionarse qué pasó con Tomás y de exigir a la policía que les digan qué pasó, cómo es que en un país tan pequeño y que es vendido como el más seguro del mundo, desaparece una persona sin dejar rastro. Pero hasta el momento, el silencio gubernamental continúa haciendo mucho ruido en este caso.
En afán de aparentar efectividad, de acuerdo con fuentes cercanas al caso, la policía habría aprovechado (supuestamente) una llamada anónima en la que señalaban a una persona a quien por razones de su propia seguridad como la de su familia, solo mencionaremos con el nombre ficticio de Jacinto.
El pasado 11 de abril, con orden judicial, la policía registró la vivienda y terrenos de un ganadero que vive en el cantón San Jacinto, pero no le hallaron nada que lo vinculara a la desaparición del turista estadounidense. Ese mismo día procedieron a capturarlo y, de manera verbal, le dijeron que era por la desaparición del turista, pero la Fiscalía no lo acusó de eso, sino de agrupaciones ilícitas.
Jacinto es un salvadoreño de 41 años que en septiembre de 2022, se vino de Estados Unidos con la intención de trabajar en ganadería, agricultura y formar una empresa de construcción y de perforación de pozos con dinero que su padre, él y varios de sus hermanos más ganaron trabajando duro en aquel país por muchos años.
El 11 de abril pasado, las autoridades allanaron la casa y los terrenos de Jacinto y su familia, amparados con una orden de registro que solicitaron a un juzgado de paz de Tecoluca, San Vicente, por el delito de desaparición de personas.
Aunque el registro fue minucioso, no encontraron absolutamente ningún indicio sobre la responsabilidad de esa persona en la desaparición del turista.
Sin embargo, ese mismo día, los policías detuvieron a Jacinto a quien de manera verbal le aseguraron que lo capturaban por sospechoso del delito de desaparición de personas, específicamente por la desaparición de un ciudadano norteamericano, detallan las fuentes.
El registro del inmueble y la captura de Jacinto fue en el lugar conocido como Cerro San Jacinto, del distrito de Tecoluca.
Sin embargo, fuentes judiciales de este periódico afirmaron que la Fiscalía General de la República (FGR) solo lo acusó por el delito de agrupaciones ilícitas ante el Juzgado Tercero de Instrucción contra Crimen Organizado, de San Salvador.
Tanto la policía como la Fiscalía mantuvieron esa detención en absoluto secreto. Las fuentes consideran que fue porque en realidad estaban conscientes de que no tenían indicios para acusarlo del delityo de desaparición de personas.
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Días después, el 25 de abril, en la primera audiencia, la jueza que conoció el caso favoreció a Jacinto con libertad bajo medidas y una fianza, debido a que no halló indicios de que perteneciera o fuera colaborador de grupos de pandillas.
No obstante, las fuentes afirman que aún no ha recuperado la libertad porque la resolución no ha sido notificada por escrito, a partir de lo cual, hay que esperar si la Fiscalía apela la decisión judicial.
Jacinto y su familia son muy reconocidos como personas trabajadoras que en poco tiempo han logrado establecer un rancho ganadero en la zona, el cual pensaban ampliar tanto en extensión como en cantidad de ganado.
¡Nadie sabía del viaje de Tomás a El Salvador!
Hasta este miércoles, familiares del desaparecido afirmaron que ni la policía ni la fiscalía les han informado sobre avances en la investigación; la respuesta habitual que les dan cuando consultan es que siguen buscándolo y que siguen investigando… pero es obvio que no tienen ningún resultado.
Fuentes cercanas al caso afirmaron que hace pocos días arribó a El Salvador personal de una oficina de investigación de los Estados Unidos con el propósito de conocer de primera mano el caso, los avances y ayudar en la investigación, sin embargo, parece que no hay avances de nada.
De acuerdo con declaraciones de familiares, Tomás Laínez vino a El Salvador el sábado 23 de marzo, tres días después de que su madre llegara con el fin de disfrutar las vacaciones de Semana Santa.
La llegada de Tomás causó sorpresa a su madre, pues él a nadie le había dicho que vendría y, por tanto, tampoco nadie sabía que se sumaría al grupo, incluyendo su madre, que haría una caminata por una zona boscosa conocida como El Tablón, del cantón Achichilco, municipio de San Vicente, donde desapareció el domingo 24 de marzo.
Según los familiares, por lo anterior, es difícil considerar que existiese una planificación para privarlo de libertad y desaparecer. Tampoco llevaba consigo dinero o prendas de valor, excepto el aparato telefónico, que lo había dejado en el carro porque no podía hacer llamadas en la zona.
La familia también descarta el lucro económico como móvil de la desaparición; después de 45 días no ha habido exigencias de dinero, incluso posterior a que publicaran un afiche en el que ofrecen una recompensa económica por información no ha habido llamadas.
¿Problemas con algún lugareño? Ninguno, aseguran los familiares, pues Tomás no era conocido en la zona. Tenía más de 40 años de vivir en California, Estados Unidos igual que su madre, quien después de tantos años quería regresar al lugar donde se crió y al río donde iba a traer agua cuando era niña.
¿Se perdió? Tomás gozaba de buena salud y tenía una condición física tal que en Estados Unidos, solía salir a caminar; los familiares dudan de que no hubiera tenido la lucidez mental y la resistencia física como para no poder ubicarse y caminar para buscar ayuda.
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Un familiar de Tomás dijo que seguirán exigiendo respuestas al gobierno, pues aunque el paso del tiempo les ha robado las esperanzas de que esté vivo, quisieran poder sepultarlo para no vivir en una eterna incertidumbre, como viven muchas familias salvadoreñas.
¿Hallaron un torso?
La semana anterior, Marvin Reyes, exmiembro de la PNC y líder del Movimiento de los Trabajadores de la Policía, afirmó que en la zona donde desapareció el turista norteamericano, habían encontrado un torso humano y que la institución policial había mantenido en secreto ese hallazgo.
A pesar de la importancia que para la familia Laínez implica ese supuesto hallazgo, hasta este miércoles, según familiares, la policía y la fiscalía no les habían comentado nada al respecto.
45 DÍAS
han transcurrido desde que José Tomás Laínez, turista salvadoreño-estadounidense desapareció en una zona rural del departamento de San Vicente. Familiares de la víctima aseguran que ninguna autoridad salvadoreña les da respuesta sobre el caso.
Según Reyes, quien asegura que la información la obtuvo de elementos policiales de la zona donde desapareció el turista, las autoridades hicieron el levantamiento legal de los restos humanos, es decir, que lo trasladaron al Instituto de Medicina Legal (IML) para determinar la identidad.
El expolicía detalló que, de momento, no se ha determinado si los restos podrían ser los de Laínez o los de otra persona reportada como desaparecida en esa misma zona en diciembre de 2023.
Según dijo Reyes, en el sector de El Tablón (cantón San Antonio Achichilco), existe un grupo armado escondido en las montañas que podría estar relacionado tanto con la desaparición del turista estadounidense, como con la desaparición de otra persona en diciembre de 2023, de la cual tampoco se supo más.
Vecinos de Tecoluca, afirmaron que tanto en la zona de San Antonio Achichilco, como en el sector de San Jacinto, era territorio con mucha presencia de la Mara Salvatrucha (MS-13), sin embargo, desde poco antes de que entrara en vigencia el régimen de excepción, comenzó a disminuir esa presencia.
Familiares del turista desaparecido confirmaron a este periódico que, hasta el miércoles al mediodía, no habían recibido ninguna cita para presentarse a Medicina Legal para que se les practicara pruebas genéticas y que tampoco tienen confirmación oficial del hallazgo de los restos.
Tanto familiares del turista desaparecido como de la persona a la que de manera verbal le dijeron que lo detenían por esa desaparición, lamentan que no haya, al parecer, capacidad de investigación tanto para encontrar al turista como para evitar detenciones injustas.