“La sequía está afectando al sector ganadero, el calor está fuerte y eso hace que en los potreros no hay pastos para alimentar a los animales, a varias personas de algunas comunidades se le están muriendo las vacas”, aseguró Santos Romero, ganadero del municipio de Pasaquina, departamento de La Unión.
Al menos 40 reses han muerto desde la segunda semana de abril hasta el 16 de mayo entre las comunidades del caserío Barrancones hasta el desvío El Nance, del cantón El Rebalse, de Pasaquina, aseguraron los pobladores.
De acuerdo con los lugareños, la falta de lluvia es notoria en la zona al encontrarse con los cerros y terrenos áridos, el ganado flaco, mientras que a orillas de las calles están las vacas muertas que no lograron sobrevivir a la escasa alimentación. Situación que está afectando a un aproximado de 60 ganaderos.
Romero es un ganadero que vive en el cantón San Felipe. Dice que, debido a la falta de lluvia, en sus terrenos no hay pastos, por eso trasladó sus animales a una propiedad que le alquilaron que está ubicada cerca del río Goascorán. Hay algo de humedad que genera un ambiente un poco fresco, pero siempre tiene que gastar en la compra del concentrado para la alimentación del ganado.
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“Como $500 cada quince días estoy gastando para comprar la comida para mis vacas, lo haremos hasta donde el bolsillo nos permita seguirlo haciendo porque, de lo contrario, los animales se morirán porque no tenemos otra alternativa”, agregó Romero.
Edwin Córdova trabaja como corralero en un establo en el caserío Candelaria de la Rompisión. Dice que las vacas están flacas porque no encuentran pastos: “Son pocos los ganaderos que tienen dinero para comprar concentrado para mezclarlo con el guate para que abunden las raciones y puedan sobrevivir”.
Según Córdova, la mayoría de los ganaderos se prepararon para almacenar el guate molido (una mezcla de plantaciones secas de maíz o maicillo), pero como el verano se ha prolongado, a muchos se les terminaron las provisiones.
Ana Julia Álvarez, miembro de la asociación de desarrollo comunal del caserío Candelaria de la Rompisión, aseguró que cada año que se da el fenómeno de la sequía, a partir de abril y mayo, se mueren los animales en la zona porque como no hay lluvias, tampoco hay pastizales.
“Desde que usted entra al desvío El Nance se encontrará con vacas muertas a orillas de la calle y otras que están en los terrenos buscando entre lo seco alguna alimentación, no se están muriendo de otra cosa sino de la falta de alimentación porque la mayoría de las personas son pequeños ganaderos que no cuentan con las facilidades económicas para comprarles el concentrado”, agregó Álvarez.
Ana Julia dice que es lamentable que el Estado no cuente con políticas para beneficiar a los pequeños ganaderos, y agrega que la gente necesita asistencia técnica y algunos insumos para que los animales sobrevivan, y así garantizar el derecho a la alimentación de más de 4,075 personas de los caseríos y cantones de la zona.
El ministro de Medio Ambiente, Fernando López, durante una entrevista, dijo que el cambio climático no es un tema que solo afecte a El Salvador, sino a todo el mundo: “Nosotros lo que debemos hacer es mitigar los impactos, que son todas estas tormentas, cambios en los regímenes de lluvia”.
“Estamos trabajando muy de cerca con el Ministerio de Agricultura y Ganadería, porque es necesario que este sector tenga información. Una sequía, un aumento en la temperatura y una ausencia de lluvia, pueden impactar a todo el sector agrícola”, agregó el funcionario del MARN.