Una decena de organizaciones de la sociedad civil urgieron ayer al Gobierno de El Salvador un plan de contingencia inmediata para los efectos que podría causar el fenómeno de El Niño en el país centroamericano y para contrarrestar el impacto del cambio climático.
Portavoces de las ONG señalaron en una conferencia de prensa que en Centroamérica, países como Honduras y El Salvador, “compartimos realidades como la crisis alimentaria e hídrica, pérdidas en la agricultura, territorios amenazados por grandes industrias, falta de garantías de derechos de las mujeres, de los pueblos indígenas y de las poblaciones históricamente vulneradas”.
Indicaron que el fenómeno de El Niño, que se traduce en ausencia de lluvias, “es el ejemplo más reciente de los síntomas de la crisis climática”.
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“Aunque se trata de un fenómeno que es parte de la dinámica de la naturaleza, el aumento de la temperatura lo intensifica, por ello vemos escenarios de crisis, principalmente en la agricultura y en el acceso al agua, lo cual impacta de manera diferenciada la vida de las niñas y mujeres”, explicaron.
Para el caso de El Salvador, de acuerdo con los activistas, “se ha roto récord históricos de temperatura y esto se mantendrá, según especialistas, hasta 2027”.
“La inseguridad e injusticia hídrica y alimentaria, la migración y movilidad a causa del cambio climático afectan principalmente a las juventudes, y tienen a la base la ausencia de políticas públicas encaminadas a garantizar justicia climática, siendo la principal reivindicación el derecho a moverse y a quedarse”, acotaron.
Por ello, las organizaciones urgieron la creación de un plan de contingencia inmediata ante los efectos del cambio climático, especialmente en el área agrícola, para la cosecha 2023-2024.
Urge ley de soberanía alimentaria
Además, solicitaron que se formulen políticas y estrategias para la promoción de la agricultura familiar y comunitaria, y para la implementación de sistemas de cosecha de agua lluvia, reutilización de agua y sistemas de riego.
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Exigieron también la aprobación de una ley de soberanía alimentaria que garantice la creación de una reserva nacional de alimentos con semillas nativas, la prohibición de agrotóxicos y la creación de políticas públicas con enfoque de derechos humanos, respeto a las formas de vida en las comunidades y a las prácticas ancestrales.
Según la ONU, El Salvador tiene el mayor grado de deterioro ambiental en América, después de Haití, con solo un 3 % de bosque natural intacto, con suelos arruinados por prácticas agrícolas inadecuadas y con más del 90 % de las aguas superficiales contaminadas.