Después de varías semanas de espera, la familia Joya Jovel pudo sepultar en su tierra natal, San Sebastián, los restos de Henry Eleázar Joya Jovel, quien murió el pasado 25 de mayo mientras estaba detenido en el penal de Mariona tras ser capturado por el régimen de excepción.
Henry fue sepultado el 8 de julio en una fosa común en el cementerio La Bermeja, de San Salvador, de la cual fue exhumado ayer al mediodía y luego trasladado al cementerio municipal de San Sebastián, en el departamento de San Vicente.
“Traigo el cuerpo de él para que descanse en el lugar donde convivimos cuando éramos niños”, dijo Jesús, a quien solo le queda un hermano más.
Henry fue capturado por policías el 21 de abril en la colonia Luz, de San Salvador, donde vivía desde hacía varios años. Allí era muy conocido debido a que era una persona muy servicial.
De acuerdo con familiares de Henry, éste padecía de una discapacidad mental que lo hacía olvidarse de algunas cosas, sin embargo era una persona muy tranquila.
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El cementerio municipal de San Sebastián está justo frente a un predio donde está una cancha de fútbol y a punto de partida de autobuses. Desde ahí, algunos lugareños recordaron cuando con Henry jugaban fútbol de barriada en las tardes. “Es una ingratitud lo que hacen con este tipo de gente. Henry no se metía (en problemas) con nadie” comentó una anciana mientras esperaban que los restos mortales llegaran desde San Salvador.
Henry fue sepultado en una fosa común al no ser reclamado por sus familiares.
Sus parientes afirmaron que desde finales de mayo en el penal de Mariona dejaron de darles información aduciendo que no aparecía en listados de privados de libertad.
Desde entonces la familia comenzó a visitar diversas prisiones en busca de información, mas no tuvieron resultados. Visitaron otras instituciones gubernamentales en busca de ayuda pero no la obtuvieron, relataron.
Fue hasta el 19 de septiembre anterior que, a raíz de un presentimiento, Jesús decidió pasar por el Instituto de Medicina Legal (IML).
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Luego de responder una serie de preguntas, en el IML le dijeron que habían enterrado a alguien pero de nombre Enri Cuéllar Jovel.
Al solicitar que le mostraran las fotos de ese muerto, pudo enterarse que se trataba de su hermano.
Desde entonces comenzó a hacer los trámites para poder exhumar los restos de su hermano y llevarlos a San Sebastián donde están enterrados todos sus familiares.
“Mi hermano no se merecía estar enterrado como un animal. Lo habían sepultado como un animal, como un desconocido”, dijo Jesús ayer, minutos antes de depositar los restos de Henry en un nicho.
Henry es tan solo uno de 80 personas que han muerto mientras estaban bajo la responsabilidad de la Dirección de Centros Penales tras haber sido capturados bajo el régimen de excepción, decretado el 27 de marzo anterior y bajo el cual los salvadoreños llevan ya más de 200 días viviendo con varios derechos suspendidos.
Organizaciones que tutelan derechos humanos, como Cristosal, dan cuenta de 80 muertos mientras estaban en prisión, acusados del delito de agrupaciones ilícitas o lo que es igual, de pertenecer a pandillas.
El martes anterior, durante una entrevista de televisión, el director de Centros Penales, Osiris Luna Meza, dijo que las personas que han muerto estando en prisión se negaron a tomar sus medicamentos, lo cual ha sido duramente criticado por ciudadanos.
Son varios los cadáveres de reclusos que han muerto debido a golpizas recibidas supuestamente por custodios, según testimonios de quienes han recuperado su libertad. Fotografías hechas por familiares de las víctimas evidencian moretones, huesos rotos, heridas saturadas y hasta marcas de botas en los cuerpos.