Después de 22 años de trabajar con diferentes estrategias, planes y políticas empresariales, así como alianzas con los diferentes sectores de las comunidades y los ministerios, la agroindustria azucarera de El Salvador asegura que ha logrado erradicar el trabajo infantil en las diferentes tareas del cultivo y corta de la caña.
De acuerdo con miembros de la Fundación del Azúcar (Fundazucar), todas las instituciones han estado involucradas para que después de 22 años se pueda declarar que no hay trabajo infantil en el sector de la caña.
“En enero de 2003 se tenía la data de 12,300 menores de todas las edades, y las actividades que la mayoría realizaba estaban entre la cosecha de la caña, pero con toda la estrategia que se implementó, con el tiempo fue progresivamente disminuyendo para lograr que después de 22 años podamos declarar que hay cero trabajos infantiles en el sector de la caña”, aseguró Rosa Vilma Rodríguez, directora ejecutiva de Fundazucar.
La ejecutiva detalló que esto se ha logrado gracias a que en 2002 se firmó el convenio para hacer un levantamiento de línea de base de datos, en un proyecto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para conocer la cantidad de menores que trabajaban en este sector y en qué lugares realizaban las actividades.
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Ese mismo año, la Asociación Azucarera de El Salvador, que representa a los principales ingenios azucareros del país, y Fundazucar hicieron la primera alianza con el Ministerio de Trabajo para firmar una carta de entendimiento con miras a la erradicación del trabajo infantil, con el apoyo de la OIT.
A partir de ese año, elaboraron planes estratégicos para abordar la problemática, resumida en seis pasos, entre ellos que el sector reconociera el problema y que era una situación de país.
Luego, se enfocaron en trabajar en un diagnóstico para conocer cuántos menores trabajaban en la corta de caña de azúcar, los lugares donde estaban, así como las actividades que realizaban.
El resto se resumió en desarrollar alianzas público-privadas, estrategias para erradicar el trabajo infantil, evaluaciones, el involucramiento de todos los sectores desde las comunidades, iglesias, instituciones gubernamentales, escuelas, administradores de fincas, productores, caporales, entre otros.
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Por ejemplo, en los contratos de compraventa de caña de azúcar hay dos cláusulas; la primera habla de las prohibiciones de trabajos de menores de 18 años en labores peligrosas e insalubres en el sector. Mientras que la segunda especifica la forma de cómo se puede dar por terminado el contrato en el caso que se incumpla dicha disposición.
Entre los años 2011 y 2013, el sector realizó auditorías con expertos en las que se programaron actividades de campo para verificar si esos datos coincidían con las cifras oficiales; efectivamente coincidieron, dijo la fundación.