Un grupo de trabajadores con camisetas celestes y grises asegura un perímetro con cinta amarilla de precaución sobre la 3.ª. avenida Sur, esquina opuesta al mercado Hula Hula. Con martillos neumáticos perforan el pavimento asfáltico, el cual luce nuevo y sin uso, y el concreto colado no hace mucho tiempo se convierte en escombros. El pavimento es reemplazado por adoquines rectangulares que tienen una apariencia más agradable a la vista.
En general toda la zona luce como un gran sitio de construcción, como está sucediendo desde hace inicios del año 2023, cuando la DOM empezó en febrero con las excavaciones para colocar el cableado, que antes estaba suspendido en postes de forma aérea, a un sistema subterráneo. Un año después, en febrero 2024, la DOM anunciaba en redes sociales que iniciaba la colocación de una capa de asfalto, la tradicional, de la negra, precisamente la cual ahora está siendo retirada, siete meses después, y sustituida por adoquines.
También se están demoliendo las cajas del sistema de cableado subterráneo, que eran grandes planchas de concreto, firmadas por CAESS y la DOM, con un marco de acero. En febrero, EDH confirmó que estas cajas habían sido mal colocadas, puesto que sobresalían demasiado del nivel terminado del asfalto y eran unos verdaderos túmulos que hacían incómoda la circulación por la Rubén Darío para los conductores.
Las cajas ahora están siendo sustituidas por otras más discretas, que en la superficie solo muestran una tapadera de hierro redonda con bisagra.
En la acera se encuentra uno de los responsables de la obra, parece que su trabajo es la observación y medición, extiende una cinta métrica hasta donde le da la extensión sus brazos para medir una de las nuevas cajas, con buena caligrafía escribe números y una serie de observaciones en una libreta; "de largo, de ancho, diámetro", murmura... y finaliza con el valor de altura de la tapadera y la distancia con respecto a la calzada.
Son detalles que este trabajador oculta celosamente en sus anotaciones, prefiere omitir su nombre y su cargo dentro de la Constructora El Salvador, la misma que realizó el cableado subterráneo en la Zona Rosa, una sociedad anónima de la cual forma parte Claudia Juana Rodríguez, designada presidencial mientras Nayib Bukele estaba en campaña electoral, empleada de Casa Presidencial y también directora de la DOM.
"Nosotros venimos solo por estas cajas ya ubicadas en la acera, alrededor lleva una estructura de concreto y las tapaderas llevan un empaque porque aquí los cables son de alta tensión y no puede haber infiltraciones, las anteriores solo estaban colocadas en la calle y con el paso de los carros se dañaron", comenta el supervisor.
En los contornos del parque Bolívar se ubica un rótulo con información de la obra, un cartel que se titula: "Corredor Urbano, Calle Rubén Darío, Tramo 1, Centro Histórico de San Salvador (CHSS)" por un costo de $4,974,563,21, por un tiempo de ejecución de 330 días, pero no señalan una fecha de inicio ni la finalización y se desconoce si el monto de la obra incluye la demolición del asfaltado que ya estaba hecho. La DOM dijo en redes sociales que las obras estarían terminadas el pasado agosto.
Jorge Renderos es propietario de un negocio en la zona intervenida ya casi por dos años. Vende comida a la vista. Él vio una oportunidad de iniciar un emprendimiento luego de que la comuna capitalina desalojara a los vendedores de la calle Rubén Darío en abril del 2022. Dos años después dice que los inconvenientes a raíz de los trabajos se ven reflejados en la falta de ingresos para su restaurante.
"La gente evita pasar por aquí, el corte de los ladrillos hace que todo el polvo se meta en el local y así nadie quiere sentarse a comer, eso lo han hecho desde que quitaron a los vendedores, pican el suelo, sacan y meten tierra, por lo menos ya no está aquel montón de hoyos en la calle", cometa Renderos mientras con una actitud de resignación abre las cortinas metálicas del lugar y el olor a comida se escapa en busca de comensales.
Jazmín Torres camina rápidamente con sus dos hijas, como en una carrera de obstáculos, entre las cintas de protección, mientras sortea charcos, escombros y hoyos. "Esta calle la van a hacer como diez veces", comenta a sus hijas a modo de reclamo. Ella es una de las vendedoras que fueron desalojadas de este zona durante el inicio del proyecto de la alcaldía de San Salvador para la revitalización del Centro Histórico y ha optado por pagar un alquiler en el mercado Hula Hula. "Da lo mismo porque con estos trabajos nadie viene a comprar, mucho menos van a entrar a un mercado que no funciona", agrega molesta.
Cerca de la intersección con la 11 avenida Sur, María limpia los vidrios de un restaurante de comida rápida con poca una evidente poca afluencia de clientes. Ella quita el polvo acumulado por tercera vez en la mañana; toda la acera de la cuadra es de tierra desnuda, los trabajadores han levantado todo el concreto.
"Toca hacer limpieza varias veces al día, no se ensucia por las personas que entran sino por el polvo que se mete, y cuando llueve es un gran lodazal", cometa la joven mientras trata de sacudir a las partes altas de vidrio.
En redes sociales también circulas críticas sobre esta obra que las autoridades dan finalizadas, pero al poco tiempo son demolidas y vueltas a hacer. En "X", la cuenta de la Dirección de Obras Municipales, colocó una serie de fotografías de los contornos del Palacio Nacional y el mercado Hula Hula en referencia al denominado "Corredor Urbano Rubén Darío". Algunas de las respuestas de los internautas fueron las siguientes: "¿La nueva Calle de Oro?", "Y las calles de AMSS con hoyos, es de hacer una colecta para taparlos".
En la misma tónica a las publicaciones de la Alcaldía de San Salvador, los usuarios de "X", también hacen algunas observaciones: "¿y los árboles?", "¿Sí, está bonito, pero y esas cajas más altas que el pavimento?", "Nada que ver cómo dijeron que iba a quedar, se ve que lo hicieron a la carrera y se tardaron más de un año solo para asfaltar la calle."
Para el especialista en estructuras de pavimento y jefe del Laboratorio de Materiales de Construcción de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UCA, Ing. Néstor España, es complicado, por falta de acceso a información sobre los proyectos estatales, emitir una opinión certera del porqué de la demolición de una obra que parecía ya había sido entregada, pero dan una opinión basada en lo que puede observarse a simple vista.
"Puede ser que en los procesos constructivos los contratistas no han terminado adecuadamente la obra y hay que llamar la atención de eso", cometa España y además agrega que "al colocar la caja, las alturas no las dejaron como originalmente correspondían y esa diferencia de altura se la trasladaron a la mezcla asfáltica generando un túmulo, o no compactaron bien la mezcla de la calle", acota.
Solicitudes de información oficial
Para obtener una postura oficial sobre lo que está sucediendo en la calle Rubén Darío, este periódico ha realizado dos solicitudes de acceso a información pública por medio de las oficinas de Información y Respuesta. Una a la Dirección Nacional de Obras Municipales (DOM) y la otra a al Ministerio de Obras Públicas (MOP), esta última respondía la tarde del 27 de septiembre que se declara incompetente para responder a la solicitud dado que es responsabilidad de la DOM, institución que no dio respuesta hasta el cierre de esta nota.
También se hizo una consulta al encargado de comunicaciones de la Alcaldía de San Salvador, Julio Rosales, sobre un sistema de planos del diseño original de la obra, pero nos dijo que ellos no tenían información, que la DOM es la responsable de la obra.
Las preguntas de este medio para las autoridades eran sobre el porqué de la demolición de una calle y cajas que ya estaban construidas, cuánto cuesta la repetición de la obra a los contribuyentes, cuál fue el diseño original de la obra en los planos.
