Esta mañana militares a bordo de un helicóptero de la Fuerza Armada salvadoreña rescataron a una familia de la zona inundada en la carretera Litoral, de San Miguel.
La familia había decidido no evacuar para cuidar sus pertenencias y animales. Ellos viven en una parte alta, pero debido a que las bordas cedieron , ellos quedaron atrapados. Este martes la corriente ha sido demasiado fuerte para que ellos salieran nadando; por ello han utilizado un helicóptero para rescatarlos.
Las personas rescatadas son Víctor Manuel Rivera Majano, 60 años; su esposa, Sandra Yanira Molina de Majano, 35 años; y sus hijas Nora Elizabeth de 18 años, Evelyn Ivett de 17 años.
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“Todo se perdió. Las 32 vacas no sé donde están. Esto nos agarró de sorpresa. Yo saque el carro porque dijeron que posiblemente podría desbordarse. Cuando regresé ya estaba el agua , quise sacar los animales y no pude, eso fue de 7:00 a 8:00 de la mañana. La madrugada fue tremenda, no hemos dormido. Hallamos un espacio en el corral del vecino, había un bordo, ahí nos subimos, ahí amanecimos. Yo llamaba y llamaba (por celular) y decían que no podían rescatarnos , sólo con una lancha. La situación es difícil, está fuerte esa agua. Mi hermana contactó a la Tercera Brigada y gracias a Dios ellos nos fueron a sacar ahí”, narró Víctor Manuel Rivera Majano, minutos después de su rescate en helicóptero.
El Río Grande se salió de su cauce, en la carretera El Litoral, en San Miguel. Video EDH.
“Estábamos alegres cuando escuchamos el helicóptero. Me habían llamado diciendo que nos iban a sacar en lancha con motor. Nosotros espera y espera, y nunca que llegaban. Me llamaron como a las 8:00 o 9:00 de la mañana que ya iban a llegar y no llegaban, En eso escuche el helicóptero que anduvo dando vueltas y luego se fue. Regreso. El muchacho con el que contactó mi hermana me llamó y me dijo que hiciéramos señas con una camisa para saber donde estábamos. Mi esposa sacó una camisa y fue cuando nos vieron. Bajaron y se llevaron a las tres ellas. Yo me quede de último. Perdí una manzana de maíz y una de maicillo, muebles y hay que ver los animales”, narra Víctor Manuel a un grupo de periodistas que aún está en la zona, este mediodía de martes.
Víctor Manuel no pudo ocultar la emoción que sintió cuando el helicóptero rescataba a su familia “fue una gran alegría. La preocupación que yo tenía es que el agua estaba como que era el mar y si se hubiera llenado el sector de ahí, no había para donde irse”, manifiesta.
Así está la zona de Santa Fidelia
Como un extenso río, donde el agua fluye constante, con una corriente visible y el sol calienta el día; así se ve la zona la carretera El Litoral, caserío Santa Fidelia, cantón La Canoa, en San Miguel. Pero esa tranquilidad es falsa y lo demuestran los rostros preocupados de los migueleños que caminan sobre esa carretera inundada, algunos cargando sus mascotas, otros algunas pocas pertenencias que pueden llevar sobre su hombros o cabezas.
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En ese sector había a un costado del Río Grande 13 kilómetros de bordas provisionales , cuya función era aminorar el desborde del caudal, que casi es seguro ocurra en cada invierno. Pero este año, el paso de la tormenta Julia, las lluvias que desencadenó en horas y el aumento del caudal del río ocasionó que el lunes por la tarde se rompiera un punto de la borda y de ahí el resto del dique.
De acuerdo a los lugareños, en los pasados inviernos, por muy intensos que fueran, el agua no avanzaba más allá de medio kilómetro; pero está vez lo ha hecho en un área estimada de tres kilómetros.
Como el terreno es irregular, hay tramos donde el agua les cubre hasta las rodillas, pero si siguen avanzando en la zona anegada el agua puede llegarles hasta el pecho.
“Muchas familias han perdido todo, solo lograron salir ellos y se fueron a casa de sus familiares. Sus casas están totalmente llenas. No esperábamos esto, se llenaba antes pero nunca con esta magnitud. Es de esperar que bajen estas aguas y ver las pérdidas. La escuela no se pudo usar de albergue porque las aguas llegaron. Hay zonas donde el agua llegi al techo ya”, manifiesta José Eliseo Santos, síndico de la Adesco del cantón La Canoa Santa Fidelia.
Aunque este martes no llueve, Julia se ha disipado y ya no aparece en los mapas; el agua sigue avanzando en ese sector y extendiéndose a más terrenos.
Los que viven en el sector de la Santa Fidelia la tragedia está presente hoy, debido al comportamiento del agua.
“La llena empezó a las 6:00 de la tarde del lunes; pero a las 12:00 de la noche se rompió la borda del río, atrás de mi casa. El agua ha subido más de un metro. Tenemos como 20 años de vivir aquí y nunca se había inundado la casa”, explica Yanira Guadalupe Canizalez; quien a eso de las 10:00 de la mañana de este martes comentó que ninguna institución había llegado a su casa, en la cual también viven una menor, una anciana y su hijo.