Cincuenta y dos años han transcurrido desde que se dio por finalizados los trabajos de construcción del parque Infantil, ubicado en el barrio La Merced, de San Miguel. Por años fue el lugar donde las familias se reunían para disfrutar en el gran deslizador de cemento o los diferentes juegos, así como de un buen partido de baloncesto.
Con el tiempo, el mercado se extendió al parque y con ello el descuido y abandono de lugar.
Hace dos semanas, el parque Infantil fue rodeado con láminas y maquinarias comenzaron a trabajar levantando el piso e incluso el gran deslizadero, como parte del proyecto de remodelación que ejecutan la alcaldía de San Miguel, el Ministerio de Seguridad y Justicia con el aporte del Fondo de la Unión Europea.
“Este proyecto incluye un proyecto alterno pero que va en conjunto de luminarias para el parque, con otro socio estratégico Glasswing El Salvador invertirá en mobiliario y equipo. (Con) los tres proyectos es una inversión de más de $200,000” comentó Luis Rivera, jefe de diseño y cooperación para nuevos proyectos.
Rivera dijo no tener a la mano una maqueta que muestre cómo quedará el parque luego de la intervención que se espera finalice en tres meses, pero adelantó que incluirá pisos, senderos, adecuación de espacio verdes como jardineras, construcción de una fuente, rediseño de los quioscos, senderismo y nuevos accesos.
De los elementos actuales del parque que no se removerán son: el busto de Monseñor Víctor Basilio Plantier y la cancha de baloncesto. “Van obras de mejora con levantamiento de malla, iluminación y recarpeteo nuevo de la cancha”, agregó Rivera.
Delmy Martínez tiene tres años de vivir en una de las casas ubicadas frente al parque, también vende comida y café a los comerciantes de las diversas bodegas de frutas y verduras que rodean el área de esparcimiento.
Considera que la intervención era necesaria, pero sugiere que una vez concluyan se mantenga de forma permanente la seguridad en el sector.
“Cuando estaban los baños se sentía el mal olor; dicen que van hacer otros en el mismo lugar, creo que tendrán a alguien en los baños para que esté aseado, yo que tengo negocio espero que mejore”, comentó Martínez.
Ana Yanci Urrutia, otra residente del sector, espera que el proyecto incluya áreas adecuadas para comercializar sus productos y poder acceder a un chalet. “Yo vendía pan dulce en el mercado, hecho por mí, pero con la pandemia dejé de vender porque me dio miedo. Espero que se tengan lugares a donde comercializar de forma ordenada” señaló,