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San Antonio Pajonal un pueblo que se queda sin jóvenes

Este año, posiblemente solo 9 jóvenes se graduarán de bachillerato en este distrito de aspecto remozado, con casas grandes y llamativas fachadas, a fuerza de remesas.

Por Jorge Beltrán Luna | Jul 01, 2024- 21:19

San Antono Pajonal es un pueblo del que muchos jóvenes optan por migrar ilegalmente a Estados Unidos debido a falta de oportunidades de empleo y desarrollo personal, según vecinos. Foto EDH / Jessica Orellana

San Antonio Pajonal parece un pueblo atípico por varias razones: primeramente, es un pueblo donde predominan los adultos mayores, debido a que la mayoría de jóvenes emigra ilegalmente a Estados Unidos. Así ha sido por mucho tiempo. Pero Adriana Ruano, entrevistada por este periódico en marzo de este año, fecha a la cual era parte de la Unidad de Proyección Social de la alcaldía municipal, aseguró que ese fenómeno se incrementó después de la pandemia de covid-19. 

Muchos adolescentes y jóvenes prefieren viajar ilegalmente a Estados Unidos debido a las pocas oportunidades de trabajo que hay en el municipio. Muchos de sus habitantes aseguran que el pueblo se está quedando si jóvenes. Foto EDH / Jessica Orellana

Pobladores entrevistados confirman que después de la pandemia de covid-19 se incrementó la migración de jóvenes, debido a las restricciones de tránsito transfronterizo que persisten aún después de la pandemia, impuestas por militares enviados desde marzo de 2019 a cerrar las fronteras.

Tales restricciones les impiden ir a trabajar en tareas agropecuarias en caseríos aledaños del municipio de Asunción Mita, del lado de Guatemala, incluso en terrenos que están a solo cruzar el río Cusmapa, que sirve de frontera natural.

La falta de agua también se ha sumado a que la agricultura haya disminuido y con ello, también ha llegado la disminución de oportunidades de trabajo, afirman.

1,000

manzanas de terreno, aproxiamadamente, que salvadoreños cultivaban en el lado guatemalteco, se dejaron de producir después de la pandemia de covid-19, debido a las restricciones de movilidad transfronteriza, impuestas por militares del Comando Sumpul.

Francis Martínez, presidente de la Asociación Agrícola y Ganadera de San Antonio Pajonal (Asograsap), confirmó que después de la pandemia se dejaron de cultivar entre 800 y 1,000 manzanas de terrenos propiedad de salvadoreños pero que están en territorio guatemalteco.

De acuerdo con Ruano, sólo en los últimos 18 meses (que sería entre octubre de 2022 y marzo de 2024) más de 100 jóvenes se fueron de San Antonio Pajonal para Estados Unidos, todos de manera ilegal, lo cual no deja de preocupar puesto que el lugar se está convirtiendo en un distrito con la mayoría de población en la tercera edad.

Lee también: El Salvador: El paraíso de personas que migran ilegalmente hacia Estados Unidos

Esto, además, representa otro problema: la mano de obra es escasa para trabajar en la agricultura y la albañilería, oficio que está enfocado  mayormente en construir o remodelar viviendas, precisamente propiedades de hermanos lejanos.

Aparte de la agricultura y ganadería, la albañilería es otro oficio que genera fuentes de trabajo en ese distrito y que es mejor pagado que los primeros dos rubros, debido a que hay pocos jóvenes y siempre hay varias construcciones.

Estadísticas del Tribunal Supremo Electoral usadas para las pasadas elecciones y con base a DUIs aprobados, en San Antonio Pajonal, registran 3,636 personas mayores de 18 años. Por grupos de edades se distribuyen de la siguiente forma:

  • Población de 18 a 23 años: 151 hombres y 146 mujeres. 297 en total
  • Población de 24 a 29 años: 204 hombres y 211 mujeres. 415 en total
  • Población de 30 a 39 años: 299 hombres y 317 mujeres. 616 en total
  • Población de 40 a 59 años: 601 hombres y 660 mujeres. 1,261 en total
  • Población de 60 a 99 años: 492 hombres y 551 mujeres. 1043 en total
  • Población mayor de 99 años: 1 hombres y 3 mujeres. 4 en total

Durante el reporteo de este reportaje, se pudo constatar que tanto en el casco urbano como en la zona rural, siempre había casas en construcción o remodelación.

Los jóvenes que no han querido o no han podido emigrar trabajan en construcciones de viviendas, en lo cual ganan entre $12 (como auxiliar de albañil) y $25 por día, afirmaron algunos entrevistados.

Falta mano de obra

Erick Sánchez, quien a principios de junio trabajaba en la construcción de una casa en San Antonio Pajonal, asegura que cuesta encontrar ayudantes, primero porque muchos jóvenes se han ido a Estados Unidos y también porque son varias las construcciones en ejecución.

“No ha habido posibilidad, pero al haber sí”, afirmó Jorge García, quien el 4 de junio anterior ayudaba a Erick en la construcción de una vivienda cercana al centro escolar, al preguntarle si tenía intención de emigrar ilegalmente.

“La cantidad no lo sabría decir pero sí se van bastantes cada año”, afirmó un joven, que el 4 de junio estaba trabajando en el afinado de las paredes de una casa reconstruida, cuando se le preguntó sobre la cantidad de jóvenes migrantes del lugar. 

 “Al rato tal vez nos vamos. Por ahorita todavía no”, respondió, ante la pregunta de si había considerado emigrar a Estados Unidos.

San Antonio Pajonal es un pequeño pueblo de Santa Ana, limítrofe con Guatemala, cuya economía es dinamizada por las remesas familiares. Foto EDH / Jessica Orellana

Pocos bachilleres

De acuerdo con diversas fuentes de la localidad, una muestra de que en San Antonio Pajonal quedan pocos jóvenes, es que este año la matrícula de estudiantes de último año de bachillerato solo fue de nueve. Si no se va ninguno, esa será la cantidad de graduados.

Delmy de España, directora del Centro Escolar José María Salazar España, de San Antonio Pajonal, explicó que si bien es cierto que muchos adolescentes y jóvenes emigran a los Estados Unidos, en la baja de matrícula puede existir otros factores, como buscar otras instituciones y también la falta de concienciación sobre la importancia de estudiar.

Según la directora, muchos padres prefieren que sus hijos trabajen en vez de estudiar, o que emigren, pues de esa manera les ayudan temprano económicamente.

En el pueblo, algunos hacen la lucha para evitar la migración de jóvenes; en pocos casos tienen éxito. Uno de estos fue el de Hamilton, quien estuvo a punto de emigrar, sin embargo, a última hora desistió y es uno de los nueve jóvenes que se graduarían este año de bachiller.

De momento, Hamilton ha emprendido en la fabricación de flores artificiales que vende en ocasiones especiales. Pero reconoce también que no está descartada  la posibilidad de migrar, como lo han hecho muchos de sus amigos y vecinos.

Jorge García trabaja como ayudante de albañil, el trabajo que más abunda en San Antonio Pajonal. El joven afirmó que al haber oportunidad, podría emprender el viaje que muchos de sus amigos ya hicieron a Estados Unidos. Foto EDH / Jessica Orellana

Un municipio avejentado

Armando Sánchez no se anda con rodeos para decir que San Antonio Pajonal es “un lugar de viejos”. Considera que la mayoría de personas en edad productiva y menores de 40 años trabaja en Estados Unidos.

Armando estuvo en EE.UU. durante 40 años, de donde regresó a San Antonio Pajonal hace siete años, a disfrutar de su jubilación, dice.

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Según sus cálculos, un 5% de los nacidos en San Antonio Pajonal están en Estados Unidos. “Si no fuera así, esto no existiera”, asegura, en referencia a la forma de vida de los habitantes de ese pueblo, con casas grandes y de fachadas llamativas.

Armando tiene varios negocios, afirma,  pero a media tarde, todos los días, es de rigor ir al parque del pueblo, donde juega a las cartas con otros hombres de su edad. “Con otros viejos”, como él lo dice.

Armando Sánchez, vecino de San Antonio Pajonal, afirmó que regresó hace alguos años de Estados Unidos, a disfrutar su jubilación. Allá estuvo 40 años. Foto EDH / Jessica Orellana

Erazmo Ortiz también habla del fenómeno de la migración de los habitantes de San Antonio Pajonal, un pueblo donde religiosamente, a las 12 del mediodía hasta las 2:00 p.m., cierran la mayoría de negocios para almorzar y hacer la siesta.

Erasmo fue cuatro veces a Estados Unidos y cuatro de sus cinco hijos están allá, desde donde constantemente le mandan remesas y le piden que ya no trabaje.

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Erasmo va más allá en sus cálculos: considera que en San Antonio Pajonal no hay ni una familia que no tenga a por lo menos uno de sus miembros en Estados Unidos.

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