Después de comprar lácteos y comerlos fueron llevadas al hospital unas 35 personas del caserío El Chapernal, cantón Los Jiotes, de San Alejo, La Unión, debido a problemas estomacales.
De acuerdo con los lugareños, todas las personas compraron queso, cuajada y crema al mismo comerciante, el pasado lunes; tras lo cual tuvieron vómitos, diarreas, dolor de estómago y de cabeza; por lo que fueron llevados de emergencia al hospital Nacional de La Unión.
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Entre los ingresados había niños, adultos y personas de la tercera edad, quienes permanecieron hospitalizados una noche.
La mayoría fueron dados de alta médica el siguiente día y se encuentran en recuperación en sus viviendas.
Según los pobladores, ese lunes llegó al caserío un nuevo vendedor de lácteos, en una motocicleta, y realizó varias ventas en el lugar.
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Tras la intoxicación de los residentes; el personal del Ministerio de Salud llegó a El Chapernal para llevarse muestras de los lácteos para analizarlos en los laboratorios.
Rosa Fuentes explicó que su nieta comió queso en la casa de una vecina, quien recién había comprado el producto. Diez minutos después la niña comenzó a vomitar y quejarse de dolor de estómago.
“Fue a las 11:00 de la mañana que entró el vendedor. Mi niña almorzó con queso, a la 1.00 de la tarde todas las personas que consumieron esos lácteos empezaron a salir a la calle con vómitos y empezaron los carros a llevarlos de emergencia”, narró Fuentes.
Ella agregó que los doctores del hospital les dijeron que se trataba de una intoxicación por alimentos.
Los familiares de los afectados manifestaron que los afectados quedaron con secuelas como mareos o fuerte dolor de cabeza.
Óscar Zelaya dice que aún no han salido del susto ya que a varias personas fueron llevadas a la Emergencia del hospital.
“ Algunas personas pasaron dos días en el hospital. La gente tiene temor porque nunca había pasado esta situación, el muchacho era segunda vez que entraba a vender, pero que sean las autoridades los que investiguen que fue lo que pasó”, agregó Zelaya.
Rosa Fuentes dice que : “En el Chapernal estamos con miedo a comer lácteo, han entrado otros vendedores ya conocidos y nadie le compró porque no queremos que nos suceda la mala experiencia de otros”.