Roberto Machón, uno de los salvadoreños testigos de primera línea de la Segunda Guerra Mundial, falleció el jueves con casi un siglo de vida, informó su familia.
“A nuestros familiares, amigos y veteranos WWW II informamos que el 8 de los corrientes a las 5 a.m. entregó su vida al Creador nuestro querido Padre y Abuelo Roberto Francisco Machón O.”, dice la esquela mortuoria publicada por la familia.
Machón perteneció al 508 Regimiento de Paracaidistas de Infantería del Ejército de Estados Unidos y se hizo acreedor a muchas condecoraciones por servicios distinguidos y participar en el Día D, entre las que se destacan el Corazón Púrpura y la Estrella de Bronce.
En una entrevista que concedió a El Diario de Hoy en 2019, don Roberto Machón -entonces de 96 años- declaró con humildad que para él las condecoraciones son importantes, pero lo que más le enorgullece es haber contribuido a que se terminara esa guerra.
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De su participación en el famoso Día D, la invasión masiva de los Aliados a Europa, Machón recordó que sus dos principales misiones asignadas como paracaidista era destruir los cañones de los alemanes para facilitarles a los barcos a entrar a la costa de Normandía y que las tropas aliadas pudieran desembarcar. Aclaró que él y sus otros compañeros no participaron directamente de la batalla de Normandía, sino más bien saltaron a una montaña que era conocida geográficamente como 2-23, donde estaban instalados los poderosos cañones alemanes. “Nuestra misión era destruir esos cañones; había un indio, que lo busqué (luego) en Arizona, y él nos decía que no necesitábamos ni rifles ni nada, sino quitémosle el respaldo a los cañones, hay que botarles el retroceso, entonces cuando disparaban salía el cañón para atrás y el cañón ya no servía”, relató. Otra de las difíciles misiones que le asignaron fue la destrucción de vías de comunicación alemanas.
Pero además les encomendaron impedir que los potentes tanques alemanes entraran a bombardear a las tropas aliadas, cuando estas ya estaban instaladas en Normandía.
“La misión era ver cómo destruíamos los tanques de combustible, porque nos dijeron que no íbamos a pelear, porque los alemanes eran superiores”, expresó Machón.
En esa ocasión, dijo el veterano, él y otros dos oficiales estadounidenses “nos metimos, escondidos, arrastrándonos, yo llevaba 25 libras de DNC (parecido al C-4) que es una masa, pero que se tiene que tener detonadores”.
La única arma que siempre le acompañaba era un yatagán y los explosivos que tenían que ser colocados en los objetivos germanos. Ese yatagán, que fue su único compañero en las incursiones aéreas, aún lo conserva y recuerda con mucha nostalgia todo lo que vivió en sus misiones. En una de esas ocasiones en las que resultó herido, dice haber tenido la oportunidad de conocer al general George S. Patton, pues este al verlo mal herido ordenó que lo llevaran en su ambulancia al hospital Militar de París.
Roberto Machón fue viceministro de Gobernación en la administración Calderón Sol (1994-1999).
La familia informó que esta tarde se celebrará una misa en su memoria en la iglesia de Cristo Redentor, en la colonia Escalón.