El Gobierno prácticamente cerró la puerta a dialogar con el Colegio Médico de El Salvador sobre los problemas del gremio y del sector salud, entre ellas la restitución de medio centenar de médicos residentes expulsados y las carencias del sistema.
El Colegio Médico “no tiene un objetivo claro”, sino que busca “generar un ataque contra la administración pública”, fue la respuesta del ministro de Salud, Francisco Alabí, a semanas de diferentes gestiones de la gremial para tener una reunión.
Tres meses lleva la crisis desatada en el sector Salud entre las autoridades gubernamentales y el personal médico que ha buscado diferentes vías para establecer el diálogo y llegar a una resolución del problema. Sin embargo los representantes del gremio médico se han encontrado con diferentes obstáculos, siendo tachados de “generar ataques” y de ser “mareros de bata blanca”.
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La última solicitud del Colegio Médico (COLMEDES) para establecer una vía de diálogo con el ministro de Salud, Francisco Alabí, fue presentada el pasado 10 de agosto y, con base a la Ley de Procedimientos Administrativos, ya venció su plazo del ministro para responder.
Después de un largo silencio de las autoridades de gobierno sobre dicha petición y otras demandas del sector, el ministro Alabí se pronunció: “Yo creo que el Colegio Médico no tiene un objetivo claro para poder avanzar en el aspecto de la mejora del trato del personal, sino que tienen otro tipo de intereses que no deben ser los idóneos”. Además argumentó que “en ningún momento les ha interesado el tema de los médicos”.
A juicio del ministro, la gremial está enfocada en “generar un ataque en contra de la administración pública, esa no es el deber ser”.
“¿Cómo lo afirma si nunca ha dialogado?”
Horas más tarde, el Colegio Médico se pronunció a través de un comunicado ante los señalamientos del funcionario; exponiendo: “En vista de la atropellada y lamentable declaración del ministro de Salud Dr. Francisco Alabí, al negarse a dialogar con el Colegio Médico porque no quiere críticas, y según él buscamos objetivos políticos, el Colegio Médico se pregunta ¿cómo lo afirma si nunca ha dialogado?”, reprochó la gremial.
Añadió que los principales objetivos de la insistente solicitud de una mesa de diálogo entre ambas partes es para buscar que se aplique el debido proceso de ley a los estudiantes expulsados de los hospitales públicos y del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), así como analizar las carencias que enfrenta el personal de salud día a día para la atención de la población, entre equipo, medicamentos, insumos y sobre carga laboral, una situación que no es ajena a la población salvadoreña.
La gremial calificó de “poco sustentada” la respuesta de Alabí, “sin razonamientos y con juicios que expresan claramente que no tiene argumentos sino mantener la trillada frase de que hay fines de criticar al sector gubernamental”.
Los médicos consideran que el funcionario debió recibir las opiniones de los profesionales de la salud.
Recordaron que las carencias y problemas del sistema están a la vida y “nadie que trabaje o solicite los servicios de salud en nuestro país creerá que las solicitudes del sector médico nacional son críticas sin fundamento”.
Los representantes del Colegio Médico señalaron que por ahora no tienen prevista ninguna medida debido a que “jamás se creyó que se diera el grado de negación expresado por el ministro”.
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Cacería sindical
Hace unos días representantes del Sindicato de Trabajadores de la Salud (Sitrasalud) denunciaron se les había suspendido injustificadamente de sus labores, negándoles el ingreso a las instalaciones hospitalarias, como represalia contra los participantes de una protesta frente a las oficinas del Ministerio de Salud, el pasado 8 de agosto.
La actividad que desencadenó la suspensión de los líderes sindicales de las cuatro asociaciones que participaron.
Los trabajadores exigieron entonces el pago de las nocturnidades y vacaciones, mismas que arrastran un retraso de al menos ocho meses. Aún se desconoce el número de sindicalistas afectados, pero los sindicalistas están seguros de que es una medida para silenciar a los trabajadores, de los cuales gran parte se mantienen en el anonimato para evitar nuevas sanciones.
Por su parte, el Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Salud, Seccional SEM, también se pronunció: “Las acusaciones que están en nuestra contra, por lo que nos han suspendido, son situaciones que no tienen fundamento, debido a que por ser líderes sindicales gozamos de fuero que no ha sido respetado, a demás nos debemos a los trabajadores”.
La gremial recalcó que no les pueden acusar de “abandono de labores”, debido a que los participantes se encontraban fuera de sus turnos de trabajo.
La mayor parte de las suspensiones fueron notificadas el 18 de agosto bajo señalamientos poco fundamentados para el tipo de sanciones impuestas.
Médicos suspendidos
Estos meses de tensión entre el personal de salud y las autoridades tuvieron su detonante tras el brutal accidente el pasado 20 de mayo, cuando tres médicas fueron sancionadas tras la estampida humana que dejó nueve muertos y múltiples heridos en el Estadio Cuscatlán, durante un partido de fútbol.
Posteriormente se agravó la situación con la suspensión de 47 médicos residentes del Hospital Rosales que se pronunciaron y pidieron el debido proceso para sus colegas durante una suspensión de labores pacífica, medida que no interrumpió la atención de los pacientes ingresados.
Inmediatamente después de la suspensión estas plazas fueron cubiertas con personal trasladado de otros hospitales, según trascendió. Actualmente hay un grupo de al menos 24 médicos que continúa bajo suspensión administrativa.
El Colegio Médico ve con preocupación estos hechos debido a que los estudiantes suspendidos se encuentran en un limbo judicial, sin poder recurrir a las autoridades ni recibir la debida aplicación de las leyes.
“Al impedirles continuar sus estudios y prácticas están violándoseles derechos constitucionales, causándoles un enorme daño a quienes les harán perder un año al final de sus carreras las que serían truncadas”, señalaron.