Hace ocho años, Armando Sánchez y su esposa, Ana Gloria Escobar, comenzaron a llevar a sus hijos, César y Josué, a su trabajo en la construcción, motivados por el temor de la situación de inseguridad que vivía el país; por ellos al salir de sus clases, los jóvenes se iban junto a su padres.
César, quien ahora tiene 25 años, narra que cuando estaba en bachillerato, lo enviaron becado a la Universidad Doctor José Matías Delgado, para estudiar Álgebra Aplicada y Matemáticas Aplicadas, relacionadas a Ingeniería Civil. El aprendizaje abarcó año y medio.
Ahora, esas lecciones le ayudan en el trabajo de la construcción para realizar las mediciones de terreno y la cotización de materiales de construcción. Una labor que hace junto a sus padres.
En 2016, César Armando ingresó a la carrera de Ciencias Jurídicas en la Universidad Tecnológica; ahora combina sus estudios universitarios con su trabajó en una ferretería.
“Se me hacía bien pesado y llegaba muy noche a la casa. Me desvelaba haciendo tareas y tenía que madrugar para ir al trabajo por esas situación dejé la universidad”, narra el joven; sin embargo motivado por su patrón retomó sus estudios superiores y ahora está cursando el quinto ciclo.
La ventaja que ha tenido es que las clases son semipresenciales y en línea, lo cual le ha permitido trabajar en la construcción y estudiar, comentó.
“Algunas veces estoy con el auricular escuchando las clases en líneas, cuando estamos con un cliente y mi padre está negociando un proyecto de una casa”, comenta.
Josué Sánchez, de 21 años, comenzó a aprender el oficio de electricista a los diez años, motivado por la curiosidad hacia los trabajos de electricidad que realizaba su papá y un amigo de la familia.
Por ello, los padres de Josué lo motivaron para que obtuviera la certificación del electricista en la SIGET, y le aconsejaron que “no se quedara a pala y piocha”, sino que estudiará un técnico. También patrones que tuvo le aconsejaron en similar dirección.
Josué ha estudiado hasta séptimo grado y planea seguir la formación educativa en octavo grado los fines de semana y hay personas en su entorno que le aconsejan que así como sacó el técnico puede aspirar a sacar la carrera de Ingeniería Eléctrica.
Tanto Armando como su esposa le han enseñado a sus hijos el oficio de la albañilería; ellos construyen casas, hacen zanjas, labores de fontanería, cielo falso, instalación de cerámica, electricidad, etc.
La familia Sánchez Escobar, también, genera empleo que beneficia a amigos, particulares y otros familiares, como el caso de Nahum Cruz, quien estuvo buscando empleo por cinco meses en bodegas, pero no encontró.
“Me tocó dedicarme a el empleo de la construcción, pero es bonito aprender varios oficios, así uno tiene experiencia en otros tipos de trabajo”, dice Cruz Reyes.
A esta familia, residente en San salvador, no solo los unen las labores en la construcción, sus lazos más fuertes están en su hogar, en donde la mamá ocupa un lugar especial.
Muestra de ellos es que cada 24 de diciembre tienen más de un motivo para celebrar, pues a la Navidad se une el cumpleaños de Gloria.
La familia comienza a planificación de la fiesta desde inicios de diciembre. Todos reúnen el salario de la semana previa a la celebración, para costear el agasajo familiar.
César Armando cuenta que tiene varios años realizando esta celebración doble; compran un pastel para la cumpleañera y se organizan para preparar los alimentos.
César recuerda que años anteriores compraban pólvora para los sobrinitos, de cinco a ocho años, y les daban un juguete, además del convivió de la cena del 24 de diciembre. Pero a la mamá “se le regala algo especial en su cumpleaños, y estamos atentos a las indirectas que dice”, comenta César.
Luego narra que “hace dos años, a mi mamá se le arruinó la licuadora, a ella le gusta hacer salsas, y dijo que quería comprar una licuadora. Fui a comprar a una tienda de electrodomésticos y me ofrecieron una novedad: una licuadora, horno tostador, cafetera, plancha, en una gran caja. Un amigo me dio la sugerencia que hiciera ese regalo. El día del cumpleaños, el regalo fue llevado por un vecino a la casa, fue una gran sorpresa”, agrega.
Josué, el hijo menor, explica que “el cumpleaños de su madre une más a la familia. Llegan los abuelos, tíos y sobrinos a la celebración”.
Ana Gloria Escobar de Sánchez cuenta que para su cumpleaños su familia sale con cosas inesperadas y diferentes, año con año; también resalta que Dios les ha permitido estar reunidos siempre para esa fecha.
“Espero en Dios que siempre estemos unidos y que nunca se olviden de esa fecha aunque yo no exista. Y no solo por un día festivo del año “, dice Ana Gloria.
Ella recuerda la vez que una señora llegó con su familia, donde estaban trabajando en la construcción de una casa, y su generosidad les permitió celebrar la Navidad, pues en ese año no tenía recursos para el festejo.
Armando añade que es algo maravilloso convivir en actividades que involucren a Dios: “Hacemos una vigilia para el cumpleaños de mi esposa (…) Toda la vida hemos celebrado el cumpleaños de ella, hacemos un culto de acción de gracias por el trabajo y la salud que nos da y estemos juntos en armonía trabajando”, explica.
El sueño de la familia Sánchez Escobar es tener una empresa de construcción.