El Salvador sigue registrando un alto número de desapariciones y sigue habiendo escenas dolorosas de padres, tíos, abuelos, hermanos, acudiendo a sitios donde han dejado abandonado cadáveres, o donde descubren un cementerio clandestino, con la esperanza de que allí puedan estar sus seres queridos.
Rodrigo Ávila está convencido de que la creación de un Instituto Nacional de las Personas Desaparecidas es clave para generar toda una institucionalidad que lleve al Estado a atender a las familias que buscan a sus desaparecidos, lo que él llama “una tragedia nacional”.
¿Usted ha hablado de la necesidad de tener una institución dedicada al tema de los desaparecidos?
Yo he estado insistiendo hasta la saciedad en estos temas pero ¿qué es lo que pasa? Cuando lo dice alguien de oposición, inmediatamente es rechazado aunque sea una buena idea. El punto es que se necesita un Instituto Nacional de Personas Desaparecidas; que primero se cree una base de datos de personas desaparecidas y esta base de datos tendría que ir para atrás. No se tiene que dar aludido por aludido este gobierno, se tiene que ir para atrás y se escoge un un término prudencial, se tiene que definir por ley hasta cuándo para atrás va a llegar la base de datos.
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En Estados Unidos el NamUs (National Missing and Unidentified Persons System) incluyó personas desaparecidas desde los años 40. Presuntamente estas personas ya estarían muertas pero de repente se encuentran osamentas, se encuentran restos de personas y se resuelven casos de hecho. El año pasado y el antepasado se resolvieron en Estados Unidos casos de personas desaparecidas en los años 40 precisamente a través de la prueba de ADN y otras pruebas.
¿Pero se debe ir paso a paso?
Primero se tiene que formar este instituto, de ahí se tiene que generar la base de datos lo que sería en este caso el Registro Nacional de Personas Desaparecidas. En se tiene que decidir hasta cuánto tiempo atrás se ponen las personas. Se genera una base de datos donde ahí se incluyen las características de las personas: características físicas, enfermedades, fechas que desaparecieron, las últimas personas que los vieron; ahí pueden ir señas, marcas personales, récords dentales.
Ahí se inicia un proceso con la familia para toma de muestras de ADN y con esa base de datos se establece un procedimiento en el que se va cruzando la información de esa base de datos con cuerpo, con cualquier osamenta que vaya siendo encontrada.
Se comparte con hospitales, con manicomios, con relaciones exteriores, se crea también un ente para ir buscando si esas personas están afuera y se crea también en la base de datos un (registro de) contacto familiar, contactos personales de la persona desaparecida, para estarle dando seguimiento, llamando por teléfono, dándole seguimiento a las personas que han desaparecido a través de sus familiares para ver si de repente aparecieron.
De repente aparece en Estados Unidos por que se fue de mojado, otra persona que aparece en México, en Guatemala y años después se descubre que esa persona está ahí, se hace una investigación, un proceso y se descarga del registro.
Por otro lado, este instituto va incorporando los casos nuevos, pero va trabajando los casos antiguos porque lo que existe actualmente es una revictimización, sobre todo los casos recientes de los últimos tres cuatro años, las personas siguen buscando a sus seres queridos.
¿Se acortaría los tiempos de búsqueda que hacen los familiares?
Yo conozco una madre que ha ido siete veces a la morgue a reconocer un cadáver de un muchacho que podría ser su hijo, porque tiene las mismas características. Esa revictimización de la gente que ha perdido un ser querido, que ha desaparecido es algo tremendo.
Lo más tremendo es que estamos entre los países número uno del mundo donde más personas desaparecen y con los índices más altos de personas desaparecidas. Estamos en el ranking con países como Irak, República Centroafricana del Congo, Somalia, la Filipinas, donde hay un conflicto armado todavía, con una guerrilla comunista y siguen matando y desapareciendo.
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Entonces este tema es un tema en que el gobierno no se tiene que dar por aludido. Nadie lo está acusando porque hay casos que ni siquiera tienen que ver con este periodo, vienen de épocas atrás. Entonces con este instituto se puede analizar casos nuevos y viejos.
Medicina Legal y el mismo Ministerio de Seguridad a veces no cuadran los datos. Básicamente hay cuatro fuentes y también la Procuraduría de Derechos Humanos.
¿ Se necesita una integración?
Se necesita una integración rápida efectiva y totalmente articulada entre Medicina Legal, Policía Nacional Civil y Fiscalía General de la República. Por otro lado, en este instituto se tiene que crear un departamento exclusivamente para que las personas de la familia del desaparecido puedan tener acceso a Seguro Social, tener acceso a la pensión, puedan tener acceso a las propiedades, a los beneficios sociales y familiares que pueda haber dejado esa persona desaparecida.
Actualmente, a muchas personas ni siquiera le pueden dar el seguro. Les mataron al papá, al padre de familia, pero no pueden acceder al seguro porque técnicamente y llegalmente la persona no se puede definir como muerta.
Entonces dentro de ese instituto podría haber un departamento también que le dé seguimiento a estos casos, para la resolución legal de las condiciones sociales. Sería un Departamento de Asistencia Familiar para la familia de la persona desaparecida.
¿ Esta asistencia de parte del Estado se da en otros países?
Esa familia del desaparecido tendría el respaldo de este instituto para poder cobrar un seguro, para poder acceder a la pensión, a los beneficios del Seguro Social. Sería un ente que vería esto de una manera integral tal como lo hace en Estados Unidos el NAMUS.
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Nosotros hemos hablado hasta la saciedad de eso, pero tristemente cuando nosotros planteamos las ideas que pueden ser muy buenas, recibimos son insultos y ataques.
¿Las familias de los desaparecidos siguen como al desamparo?
El punto es que ahorita el sistema está como que entumecido, es más, no se quiere hablar del tema y por otro lado las familias están siendo re victimizadas. Cuando uno habla de los desaparecidos inmediatamente empiezan a insultar, como que uno está acusando al gobierno y muchos de los desaparecidos vienen desde antes de este gobierno. En este gobierno que también no se quiere aceptar, pero no es ese el punto, sino que hay que atender esa situación. Tanto derecho tiene una persona cuyo familiar ha desaparecido para que el Estado atienda esta tragedia nacional.
Tanto derecho tiene también esa persona cuya osamenta no identificada ha sido encontrada para que sus seres queridos puedan al final saber qué pasó o enterarse de quién es esa persona que ha aparecido muerta.
¿ Qué otras iniciativas ha impulsado o propuesto usted?
Hemos hecho todo tipo de iniciativas hasta la saciedad, como le digo, hemos trabajado tratando de hacer propuestas, pero al final como que las cosas si no generan aplausos de inmediato, como que no sirve.
Después el tema de la creación del Instituto y sobre todo darle vida a una base de datos nacional a un Registro Nacional de Personas Desaparecidas, donde esté todo eso y los departamentos de atención y seguimiento, son medidas importantísimas, así como una base de datos también un registro de los cuerpos, de los fragmentos.
Su servidor estuvo trabajando en la legislatura pasada inclusive, estuve trabajando desde que el gobierno era del FMLN, seguimos trabajando para que esto funcionara.
Alguien dijo ‘hay que poner los muertos de los últimos gobiernos’. Hay que definir un año, podemos definir el año 70, si se quiere, claro, para poner el registro desde el 80 inclusive; mire, eso podría ayudar. Esto podría ayudar a resolver un montón de casos de la época del conflicto armado, donde la gente perdió a sus familiares en la guerra y nadie le dice nada y muchos de esos huesos probablemente son de la época de la guerra.