El empresario y dirigente de gremiales, Ricardo Félix Siman, tras 53 años en Almacenes SIMAN, donde ocupó múltiples cargos hasta llegar a presidirla, dejará su puesto y pasará a presidir la Junta Directiva de Almacenes SIMAN y sus franquicias (Alsicorp).
En una charla con El Diario de Hoy, hace un recorrido de los negocios y retos por los que atravesó en sus 53 años laborales. El icónico almacén fue fundado el 8 de diciembre de 1921 y ya cuenta con 101 años de existencia.
Bajo la dirección de Ricardo Siman, convirtió a SIMAN en la marca líder de la región Centroamericana de la categoría almacenes por departamentos y revolucionó la empresa y las ventas por retail en Centroamérica al forjar la alianza con Zara, que es líder a nivel mundial en la categoría de moda. Detras de Zara siguieron PULL&BEAR, Bershka, Stradivarius, entre otras.
Pertenece a una generación comprometida con el país y que desde muy jóvenes ingresaron a la Cámara de Comercio e Industria, en los años ochenta. Llegó a presidir la Cámara y a finales de la década de los años noventa, fue electo presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP).
Cuéntenos de ese legado transversal que recibe de los fundadores del Almacén, de las empresas de la familia. ¿Cómo las ha custodiado y ahora cómo las delega a las nuevas generaciones?
Son como 53 años desde que ingresé muy joven a laborar en la empresa al mismo tiempo que estaba haciendo mis estudios universitarios. He estado en diferentes posiciones.
¿Qué recibí de mis tíos, mi padre y mi abuelo –a quien no tuve el gusto de conocer porque falleció unos días después que yo nací– la tradición y lo que nos inculcaron venían de él y de mi abuela con quien sí tuve una relación directa muy importante que además de mi abuela era mi madrina y ¿qué cosas fueron más importantes y trascendentales? Era el amor a Dios, el amor al prójimo y ser solidario con los colaboradores que están a la par de uno todos los días.
Mis tíos y mi papá tuvieron la virtud –desde hace muchos años– de repartir parte de las bendiciones que obtenemos aquí y lo compartimos con nuestros colaboradores.
¿Qué le permitió seguir adelante a pesar de las guerras?
Pues una de las cosas que más nos inculcaron, especialmente mi papá, es el amor a la patria. Aún estaba en la etapa colegial y viví el lamentable conflicto con Honduras, estábamos construyendo el edificio SIMAN en el centro de San Salvador en medio del conflicto con Honduras.
Pero seguimos adelante y esa fue una muestra de patriotismo, de valor y de amor al crecimiento de la empresa y generar nuevos puestos de trabajo. Yo entré en esa época y creo que me marcó mucho.
En 1980 estalló en serio el conflicto interno y lamentablemente, acabó con muchas vidas y muchos sacrificios. Si creo que sirvió de mucho el proceso de paz: nos dio una democracia incipiente, seguridad jurídica. ¿Qué es lo que más nos enseñó, desde el punto de vista empresarial, los años que estuvimos dentro del conflicto? Fue trabajar sin recursos, era obvio que había grandes peligros.
A nosotros en el año 76 nos incendiaron el Almacén SIMAN centro con bombas incendiarias que metieron dentro de los sacos que vendíamos y en medio de los productos, y se perdió totalmente la mercadería que estaba en venta, se dañó el inmobiliario; lo que hay que entender en un evento como ese es que el humo sube y uno cree que no pasó nada en los pisos superiores, tratamos de limpiar algunos productos y estaba todo totalmente perdido por el hollín y en el sótano todo estaba arruinado por que el agua de los bomberos, que entraron e hicieron ese trabajo eficiente, se perdió porque se inundó.
¿Fue una de las pruebas más fuertes en la guerra?
Realmente no había empezado la guerra porque fue en 1976. Pero nunca supimos quiénes fueron los autores. Después, en los años de la convulsión, nos ponía bombas en las vitrinas de la tienda y, por lo cual, tuvimos que cerrar todas las vitrinas (era una tienda muy bonita, tenía 10 vitrinas); eran bombas de poco poder explosivo, pero causaban daños y, más que todo, era provocar caos.
En la parte económica era difícil trabajar porque estaban prohibidas todas las importaciones. En esa época pudimos conocer a muchos proveedores locales y desarrollamos una industria de confección; empezamos a adquirir los textiles aquí y ayudando a textileros a producir cierto tipo de telas para poder fabricar las prendas que después vendíamos como marcas propias y así fuimos paliando la situación hasta 1989 que se empezó a liberar la economía y se permitieron las importaciones, aunque con altos aranceles.
Lo malo que sucedió cuando estaban prohibidas las importaciones es que se fomentó el contrabando y hubo una competencia desleal muy fuerte y que causó problemas.
Una parte imposible de separar de su liderazgo en Almacenes SIMAN y sus franquicias (Alsicorp), es su liderazgo gremial. Comenzó en la Cámara de Comercio ¿cómo podemos resumir su trabajo, su entrega, que coronó con la presidencia de la ANEP?
Creo que lo que más me impulsó fue que el país estaba en problemas y había una amenaza y creía que por ese medio –que era una institución que no favorecía a la violencia y mucho menos– se hacía mucho beneficio al país; entonces, desde muy joven entré por los comités de la Cámara y ahí estuvimos, después pasé a la Junta Directiva donde pude participar con personas excelentes tanto de Junta Directiva como de presidentes como Conrado López Andreu, Víctor Steiner (que Dios lo tenga en gloria). Pasamos en el año 86 un terremoto que fue devastador para El Salvador, más que todo en la capital y creo que las gremiales del sector privado tuvimos una participación muy importante ayudándoles al gobierno del presidente (Napoleón) Duarte para sacar adelante la emergencia y coordinar con las instituciones que estaban queriendo ayudar a las personas que habían salido damnificadas.
Ese fue un buen ejemplo que se volvió a repetir en el año 2001 cuando fueron los terremotos; ahí las gremiales jugaron un papel muy importante al igual que en el (huracán) Mitch en 1988, ahí el presidente (Armando) Calderón Sol le dio a las gremiales la posibilidad de contribuir y el espacio de trabajar en conjunto. Recuerdo que se destruyó la población de Chilanguera, en San Miguel, y se reconstruyó con fondos de España que hizo una donación muy fuerte y logramos hacer casas dignas, se les dejó su escuela, parque y estación de Policía. Fue una oportunidad grande de colaborar con el país.
Volviendo a Alsicorp, la presidencia que Ud. asumió es muy distinta a la que deja. ¿Cuál fue su visión en esos primeros años que lo llevó a convertir a Alsicorp en lo que es ahora?
Lo que siempre he pensado es que la empresa que no cambia todos los días, que no mejora, que no evoluciona, que no ve hacia adelante, por ejemplo la digitalización y la modernización de sus instalaciones va a morir; y el que no crece se muere.
Con muchas excepciones podemos poner la crisis del conflicto interno, la crisis financiera del 2008 al 2010 y que causan un daño que te anclan y no permiten salir con nuevas inversiones y ampliaciones; igual pasó en el año 2020 con la pandemia que causó muchas pérdidas de vidas y económicas para las empresas.
Salir del país no es fácil, es complicado y salir desde cero en un país que no somos conocidos requiere de mucho esfuerzo, mucha paciencia y de darse a conocer en el mercado.
Con las franquicias tengo una anécdota. Un día voy a México con un amigo que es colega de negocios allá y andábamos en Toluca y estábamos en un centro comercial y le digo: “mirá, ese BigBox que se ha colocado a la par de Uds. qué peligro para los negocios (era un tipo hipermercado); me dijo no te preocupés por eso, preocupate que se te ponga a la par un Zara” yo no sabía en esa época qué era Zara, entonces me preocupé y comienzo a averiguar.
Tardé 5 años en que me contestaran el teléfono, pero después de eso vinieron a Costa Rica y aquí, nos conocieron y en 15 días nos dieron la franquicia. Al año siguiente abrimos Zara y así fuimos creciendo con ellos. No somos socios de ellos, operamos la franquicia en toda la región.
¿Cómo ha evolucionado la formación de los colaboradores?
Tenemos lo que llamamos una universidad acá adentro donde capacitamos a todos los colaboradores en lo concerniente a los productos que se venden y empezamos por lo más básico porque tenemos mucho textil.
Lo importante es la evolución digital, el que no evolucione en la parte de ventas por medio de los canales digitales y modernizar los sistemas que gobiernan la operación, está perdido. Es costoso, difícil y requiere mucha inversión y capacidad de ejecución; no todo es color de rosas, hemos tenido algunos tropiezos. Yo siempre digo “yo no sé nada, hay que saber quién sabe y traerlo” y por eso tenemos un equipo de colaboradores, gerentes y directores muy capacitados y que son los que me han acompañado.
Ud. en una oportunidad dijo: “Los dirigentes empresariales somos, por naturaleza, optimistas” ¿se mantiene con ese optimismo?
Yo sí, no estamos en este negocio ni en todos estos países por una coyuntura de seis meses o dos años, ni somos asustadizos. Hemos pasado crisis, ya lo comenté. Bueno, mi abuelo abrió en 1921 e imaginen todo lo que sucedió hasta que yo conocí y comencé mis años de trabajo, todas las penurias que habrán pasado ellos. Pero, desde que yo conozco han ocurrido una gran cantidad de amenazas, problemas y hemos seguido adelante. Eso es lo que nos legaron, nos enseñaron y aquí estamos.
En la parte digital hemos abierto una bodega que tiene el inventario que tiene una tienda física para atender a nuestros clientes digitales, algunas categorías en mayor forma que otras, por la demanda.
Una de las grandes responsabilidades es escoger a los sucesores. Cuéntenos sobre esta partida y a quién ha escogido hacia el futuro.
Son dos personas que son profesionales y que tienen años de estar con nosotros. En franquicias la persona que asumirá la responsabilidad tiene 15 años de estar con nosotros y trabajando de la mano conmigo y no será mucho el cambio ahí porque los he dejado que se manejen bastante autónomos. Y en la parte de Almacenes SIMAN, que es un poco más complicado porque tienes un par de cientos de miles de productos y complicaciones operativas y es mucho más difícil manejarla, va a asumir una persona que tiene cinco años de estar aquí y tiene una experiencia de más de 20 años de ventas al detalle.
¿Y se pueden saber sus nombres?
Juan Pablo Galvez en Almacenes SIMAN y Pablo Portillo en franquicias. Yo sí estoy muy satisfecho, ha sido un proceso de tres años de estar analizando y evaluando con los directores de la empresa; esto no fue una decisión mía, sino que ha sido un proceso que se trabajó y se hicieron evaluaciones de todo tipo.
Ud. va a asumir la presidencia de la Junta Directiva…
En realidad he tenido esos dos cargos durante estos años: Presidente de la Junta Directiva y Presidente Ejecutivo. Lo que va a cambiar y que para mí también es un cambio, es que ya no seré operativo. Ya no tendré las responsabilidades del día a día.
¿Qué mensaje les dejaría a sus colaboradores?
Que nunca se pierdan los valores fundamentales con los que se fundó la empresa, que descansan sobre la doctrina social de la iglesia y tratamos de ser muy apegados a ello, y de ser solidarios con nuestros colaboradores. Eso es difícil cuando se crece cuando se va a otros países es difícil mantener ese mismo entusiasmo y mantener la misma dedicación; pero tenemos que tratar de hacerlo, hasta ahora se ha logrado bastante; mantener el servicio a nuestros clientes y guardarles la garantía de que nosotros somos su respaldo.