Josué Martínez, dueño de distribuidora El Siloé (sandalias, carteras, ropa, accesorios electrónicos, etc.), narra en primera persona cómo vivió el cierre de su negocio, ubicado anteriormente en el edificio Asturias, a la par del ahora exparqueo El Palacio, esquina opuesta al Mercado Sagado Corazón, área que fue totalmente desalojada de negocios a finales de abril y luego demolida por maquinaria del MOPT.
En su testimonio, Martínez da su postura sobre el apoyo que han recibido de parte del Gobierno, y proyecta, con esperanza, que podrá salir adelante en un nuevo local al que se han trasladado, a pesar de que el desalojo que vivieron “fue brutal”. Estas son sus palabras:
La experiencia al principio fue amarga, porque el jueves (25 de abril), nos vinieron a cerrar sin mayor explicación. Lo sorprendente es que, tengamos o no tengamos permisos, fuimos cerrados. Solo vinieron los señores del CAM, que traían ordenanzas para cerrar locales, formales o no formales, como estuviesen, los cerraron. El viernes se fueron a la cuadra de atrás, de la misma manzana, y dieron dos horas para sacar todo el producto.
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Fui a las oficinas de la alcaldía del CAM a sacar un permiso para poder sacar mi mercadería el viernes (26 de abril), hicimos un primer viaje en un camión de ocho toneladas (alquilado por El Siloé).
El sábado, a las 11 a.m., nos cayó una llamada de que nos teníamos que reunir con los señores del MOPT a la 1 p.m. de se día. Fuimos convocados todos los que teníamos locales en la cuadra. La reunión fue en el ministerio.
Prácticamente ahí, todos los dueños de locales, edificios y negocios estábamos enojados, fuimos con el corvo desenveinado, queríamos una explicación.
Nos recibió la gente del MOPT, el señor ministro (Romero Herrera). Fue puntual en decir que no era la forma de haberlo hecho, fue explícito, se disculpó y dijo que había sido enviado por el señor presidente (Bukele) a resolver los problemas. Nosotros lo tomamos como un bombero, a resolver el incendio, porque el fuego ya estaba hecho.
Pregunté por qué había sido tan brutal el desalojo. Algunos colegas se expresaron y lo hicieron pesado; el señor ministro nos escuchó y dio otros beneficios. Eso fue el sábado. El domingo recibí la primera ayuda con el transporte; el viernes mi esposa halló un local en la 1a. Calle Poniente, esquina opuesta de la Plaza España.
Los beneficios en compensación que recibimos fueron: 2,000 dólares en cheque, el mismo día; camiones y personal del MOP para trasladarnos; y seis meses donde ellos (Gobierno) van a financiar la localidad, el único requisito es poder presentar recibos de lo que estamos alquilando, y buscar un local del mismo precio que estábamos alquilando o en mejor precio. En nuestro caso, hallamos un local más grande a menor costo. Aquí pagábamos 5,000 mensual, allá vamos a pagar 4,000 mensual.
El cuarto beneficio es que la mayoría de comerciantes en el centro histórico estamos esperando los permisos para poder laborar, esa licencia... que de esa, se tiran la bola la alcaldía y APLAN. Entonces, no sabemos.
Sí hemos escuchado que de momento esa licencia no se está dando. Dijo el ministro que iban a ver de gestionar esas licencias ellos mismos, que íbamos a ser prioridad, porque habíamos sido dañados en lo económico, más que todo en los empleados.
¿Resueven los 2,000 dólares? ¿Es justo? Digo yo que no. En mi caso, eso es lo que se genera en una venta diaria. (El día de la entrevista, 2 de mayo) ya voy siete días cerrando... sería justo que me permitan trabajar y generar mi tipo de negocio. Además, cuando nos cerraron se venía el fin de semana, que todo comerciante o empresario espera, porque es cuando más se dispara la venta. Yo estaba entre la espada y la pared. Desde el jueves ya estaba perdiendo dinero, así que era agarrar los $2,000 o nada, por eso los tomé.
Con los seis meses de alquiler, ya uno hace números y dice, ‘aquí ya vamos con lo justo’. Probablemente de lo que hemos perdido estos siete días, de los seis meses que nos van a pagar ellos, que nos van a subsidiar, ahí se recupera uno.
Lo que se escuchó en la reunión con el MOPT, que fuimos 64 convocados, incluso hubo algunos que no estaban notificadas, pero que tienen local; pero sí nos dijeron que esta manzana, sí o sí, ya estaba en los planes del Gobierno. Aunque como dueño quieras decir no, esto ya estaba dentro de la rehabilitación del Centro Histórico, estaba en los proyectos de ellos, y no puede haber vuelta de hoja. Entonces, lo único que están haciendo ellos es sanando un poco el daño que habían hecho.
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Un mes antes, hablamos con el dueño del edificio y nos dijo que en efecto, que estaba girando (tramitando) los permisos, para que pudiéramos sacar la licencia. Nunca nos advirtió nada, quizá él tampoco sabía. Y le dijimos un mes antes: vamos a remodelar. Cambiamos cerámica, pusimos más luz, pintamos el local por dentro, arreglamos la bodega; para que se viera en orden y bonito, como lo quiere la alcaldía. La inversión fue bastante... para que después de un mes, ¡vinieran a cerrarnos!
¿Qué van a hacer en la cuadra? Aquí, honestamente, se escuchaba (desde inicios de abril) que una cuadra iba a ser elegida para un hotel y buenos restaurantes. No sabemos si eso es lo que se maneja y si esta cuadra es la elegida.
Otra bulla que se escucha es el Pasaje Montalvo, dos manzanas para arriba. Lo mismo que nos hicieron a nosotros están haciendo ahí, están midiendo. ¿Será que es lo mismo, que primero van a medir, hacen el censo de los negocios y después los van a cerrar?
Es que, una semana antes (de los desalojos), había venido el MOPT a medirnos a todos, a toda la manzana. Dijeron que ya tenían permisos de los dueños. Nos midieron por dentro y por fuera cada local. De ahí vino el censo de la alcaldía un par de días después. Y cuatro días después, vino el CAM a cerrar.
En resumen, al principio fue a patadas que nos sacaron, en buen salvadoreño, pero después trataron de darnos soluciones y en lo personal, siento que han cumplido, que van cumpliendo, se ha llegado a lo justo. Ojalá nos vaya bien en el nuevo local.