Desde tempranas horas del domingo, vendedores informales continuaron con la remoción de sus puestos en la 4a. avenida Norte, Sur, Calle Delgado, Centro Comercial Ex Biblioteca y en la 8a. Avenida Norte.
Los vendedores que se apegan al mandato de la alcaldía estuvieron desmontando los puestos desde la tarde del sábado.
“Más de 4,000 comerciantes liberarán 68 cuadras (…); con esta movilización voluntaria, estamos logrando el 80% del rescate del corazón de El Salvador y recuperando más de 83 edificaciones históricas”, publicó la noche del domingo en su Twitter el alcalde capitalino, Mario Durán.
De acuerdo con lo informado por el funcionario, las vías liberadas en la fase 3 del plan de la comuna son: Predio Ex Biblioteca, Calle Delgado, 1a. y 2a. Calle Oriente, 4a. Avenida Norte/Sur, 6a. Avenida, 8a. Avenida, 10a. Avenida, 12a. Avenida y 14a. Avenida.
Pero la experiencia vivida por los comerciantes informales ha sido muy distinta.
María Dolores Merino preparaba sus últimas ventas del domingo, las que hacía todos los días desde hace 24 años.
Ella vende comida en la calle Delgado, frente al Cine Metro. Mientras prepara los desayunos, le contaba a otra vendedora y a su hija Karen: "Aquí te me creciste en la panza cuando nos pasaron para acá ".
María Dolores comenta que cuando reordenaron la calle Suiza, durante la gestión del alcalde Héctor Silva, fueron trasladadas al predio Ex Biblioteca. Luego, por razones que no especificó, pidieron permiso a la alcaldía capitalina para moverse a la calle Delgado, y desde entonces había permanecido ahí.
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Karen, la hija de María Dolores, dice con nostalgia: "Aquí me crié". Ella tiene 24 años, ya es madre de familia, y continúa con el oficio de vendedora que su mamá le heredó.
Al ambiente nostálgico de los desalojos se une el ruido del golpe de las láminas desarmadas, el fuerte sol y el polvo de cada uno de los puestos.
La zozobra de qué pasará mañana está en boca de los vendedores, pues les han ofrecido puestos en el mercado Tinetti, pero no hay certeza. "Somos demasiados, no creo que nos den puestos a todos", dice Margarita López, que vende blusas en la zona.
A la preocupación de cómo llevar el sustento al hogar se suma el gasto inesperado de la remoción de los puestos, algo que los propios vendedores tienen que cubrir; mientras la alcaldía informa en sus redes sociales que el reordenamiento es completamente voluntario y agradece a los vendedores.
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Según una de las vendedoras del mercado exbiblioteca, ellos están cubriendo el costo de la remoción del puesto, que puede ir desde $30 a $150, dependiendo del puesto, más el transporte que puede costar desde $20 por viaje.
La mañana avanza y, al mediodía, las cuadrillas de limpieza de la alcaldía ayudan a remover la basura de los puestos; en la zona hay agentes de la Policía y del CAM, las calles del circuito de remoción de ventas están cerradas.
Durante 24 años, los vendedores han permanecido en esa zona soportando las inclemencias del tiempo, la disputa por territorio de las pandillas, la pandemia del covid y la recuperación del centro que inició en 2016.
Al tratarse de un sector de la población que no ha logrado acceder a educación de calidad para obtener un trabajo formal remunerado y construir una vida digna, los vendedores esperan que las autoridades de la comuna les cumplan con un nuevo espacio para ganarse el sustento.