Romeo Mauricio Posada Urrutia tenía 57 años al 5 de abril, cuando fue capturado por policías del puesto de Guatajiagua, departamento de Morazán. Regresaba de hacer unas compras cuando lo llamaron y lo esposaron. A sus familiares les dijeron que lo habían arrestado “por ser el papá de Chon”, pero igual, le pusieron que por organizaciones terroristas, según familiares y amigos. Fue trasladado después al penal de Izalco.
La familia de Romeo no niega que Chon es el apodo de un hijo del fallecido, que hace nueve años se hizo pandillero, pero afirman que desde que se vinculó a grupos criminales rompió comunicación tanto con su padre como con el resto de la familia.
“Mi padre lo aconsejó mucho, pero cuando él se metió a eso ya era mayor de edad. Fue una decisión que tomó y cuando la gente ya es mayor, no se puede hacer nada con las decisiones que toman”, afirmó una hija de Romeo.
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A sus 57 años, Romeo era un hombre fornido, aunque hipertenso, pero lo que les entregaron el lunes anterior, no se parecía en nada al hombre que arrestaron el 5 de abril, afirman sus familiares.
De acuerdo con imágenes del cadáver de Romeo, en 40 días bajo prisión había bajado tanto de peso que prácticamente era un esqueleto, según comentaron familiares cercanos; además, de las evidentes señales en el cadáver de posiblemente una golpiza o tortura.
Imágenes que familiares mostraron a El Diario de Hoy evidencian que Romeo tenía la totalidad del brazo derecho morado y algunas partes sin piel; iguales lesiones se le observaban en la espalda. En las piernas también presentaba moretones y tenía suturas en la cabeza.
Según el documento del Instituto de Medicina Legal, Romeo murió por “edema cerebral”, (acumulación de líquido en el cerebro) . El reconocimiento del cadáver fue en el parqueo del hospital de Sonsonate, Jorge Mazzini.
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Los familiares de Romeo aseguran no tener dudas de que fue torturado y murió a consecuencia de la misma tortura. Lo que no comprenden es por qué le infligieron tanto sufrimiento.
“Primero dijeron que había muerto por una infección en el brazo, luego que por infección en la cabeza, pero si murió por esto último, por qué estaba tan maltratado el cuerpo”, se preguntó un familiar del fallecido.
En opinión de una médico con experiencia en medicina forense, la lesión que el cadáver de Romeo tenía en el brazo no parece quemadura, ni gangrena. “En mi opinión parece más un tipo de lesión provocada por un trauma externo. Me parece que por las características de vitalidad me hacen creer que fue antes de morir”, afirmó la profesional.
Romeo sería el noveno reo, recluido en el penal de Izalco, que muere en circunstancias que la familia señala como sospechosas partiendo de los golpes y lesiones que presentaba el cadáver.
La víctima fue sepultada el martes por la tarde en el cementerio público de Guatajiagua. Mucha gente acompañó el funeral.
Una de las hijas de Romeo no pudo darle el último adiós debido a que también está presa por el delito de organizaciones terroristas.
Ella fue arrestada dos días después que su padre; incluso, es posible que no sepa que su padre murió, según especularon familiares.
El gobierno, por su parte, no ha dado ninguna explicación sobre las personas que murieron en prisión, tras ser capturadas durante la vigencia del régimen de excepción.