A pesar de que la situación económica en Estados Unidos sigue siendo difícil para miles de salvadoreños que viven en ese país, debido a la elevada inflación, estos no dejaron de enviar dinero a sus familiares en 2022.
De acuerdo a los datos del Banco Central de Reserva, solo en diciembre 2022 la diáspora envió $760.3 millones en remesas, una cifra superior en $10.2 millones respecto a diciembre 2021 y $58.5 millones más respecto a mayo 2022, un mes en el que el envío de dinero despunta debido a la celebración del Día de la Madre.
En total, 2022 cerró el año con una cantidad total de $7,742.0 millones en remesas, la cifra más alta de los últimos años.
Sin embargo, cuando el dato se ve a la luz del crecimiento acumulado medido en porcentaje, este resulta ser menor que las remesas de 2020 e incluso, que en 2019, previo a la pandemia.
Estos dos últimos años, el crecimiento anual fue de 4.8%. Luego, al llegar 2021, las remesas tomaron un impulso y crecieron 26.6%, pero finalizado 2022, este crecimiento cayó a 3.6%, es decir que los envíos siguieron llegando al país, pero no con el impulso de años anteriores.
Aún así, los datos son positivos para la economía salvadoreña, que también tuvo que enfrentar una elevada inflación en 2022 que ha encarecido todos los productos y servicios.
“Si mi hija no me mandara este dinerito todos los meses, no sé cómo haría para sobrevivir con las cosas tan caras como están”, afirmó Julia García, una mujer de 72 años que vende encurtidos en Cojutepeque y con eso logra vivir.
En 2022, la diáspora envió $311.1 en promedio, cada mes.
Según doña Julia, con este dinero lograr comprar medicinas y comida y algunas veces, logra apartar un poco para reparar las goteras de su casa.
En total, los salvadoreños en el exterior realizaron 24.4 millones de operaciones para enviar ese dinero que provino, sobre todo, de Estados Unidos.
Según el BCR, de los $7,742.0 enviados en remesas, $7,265.7 millones, es decir, el 93.85% del dinero fue enviado desde el país americano.
El resto de países desde donde se envió dinero fueron Canadá ($66.2 millones), España ($29.4 millones), Italia ($23.3 millones) y Reino Unido ($11.4 millones).
Los habitantes de San Salvador, San Miguel, Santa Ana y Usulután son los que más recibieron remesas en 2022, según los datos oficiales.
Empresas remesadoras siguen a la cabeza de los envíos
Las empresas remesadoras como Western Union, Ria, MoneyGram y otras más siguen a la cabeza de la preferencia de los salvadoreños en el exterior para enviar dinero.
Aunque estas compañías cobran una comisión por trasladar ese dinero a sus familiares en suelo salvadoreño, 61.7% de las remesas de 2022 se enviaron a través de estas compañías. Le siguen las instituciones bancarias que trasladaron el 34.7% del dinero.
El envío de dinero a través de billeteras digitales de criptomonedas, como Chivo Wallet, sigue siendo mínimo, pues solo el 1.6% de las remesas se trasladaron por esa vía.
Las recargas (0.2%) y el dinero en efectivo (1.7%) también fueron otras formas de envío de dinero, pero suelen tener muy poca demanda.
Otro dato específico es que del total de remesas enviadas, el 65.2% de los remitentes enviaron el dinero sin abono a cuenta, es decir, que al momento de cobrar la remesa, esta se retira por completo ya sea porque el destinatario retira la totalidad del dinero en efectivo o porque no tiene una cuenta bancaria.
En 2022 solo 31.1% del dinero fue enviado con abono a cuenta, lo que indica un mayor ahorro de esos ingresos.
Motor para la economía salvadoreña
Las remesas representaron en 2022, uno de los ingresos más importantes para los salvadoreños, seguido de las exportaciones.
Este año, incluso, las remesas han superado a las exportaciones que totalizaron los $7,115.1 millones.
Esto significa que el país obtuvo más divisas a través del envío de remesas de los salvadoreños en el exterior que lo que produce y vende a otros países.
La Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) señaló a finales de 2022 que pese a que estos números son positivos para el país, no lograrán acumular un buen crecimiento económico, que sea sostenible para mejorar la calidad de vida de los salvadoreños.
“La única manera de enfrentar este riesgo de recesión mundial y el riesgo de la inflación que continuará presente hasta el 2023, no hay otra manera de hacerlo, que a través de aumentar la inversión privada; y los privados necesitan de ciertas condiciones de reglas del juego claras”, dijo Waldo Jiménez, gerente económico de la ANEP.