El régimen de excepción lejos de ser una política de seguridad es una política electoral utilizada por el gobierno de Nayib Bukele para mantener su popularidad y asegurar su reelección, manifestó el experto en seguridad pública de la Universidad Internacional de Florida, José Miguel Cruz, durante la entrevista de Ysuca.
El investigador, que ha estudiado por años el fenómeno de las pandillas en latinoamérica, explicó que es difícil erradicar por completo estas estructuras criminales, cuando una serie de condiciones sociales que son el origen de la mismas, no se están resolviendo con el régimen de excepción.
“Las causas siguen ahí, como la desigualdad, la pobreza, la discriminacion y un estado incapaz de poder atender las necesidades de la población en su conjunto de manera general y no está creando las condiciones para un desarrollo sostenible”, dijo.
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Cruz manifestó que una buena política de seguridad ciudadana y desarrollo debe priorizar el acceso a los servicios fundamentales que necesita la población, el acceso a educación y oportunidades de trabajo, transformaciones de actitudes culturales en el uso de la violencia y proveer oportunidades para todos.
“El problema de la violencia en el país es un problema de instituciones que históricamente no han funcionado, que funcionan solo para algunos, pero no para la mayoría. Esto lo decía monseñor Romero, esto lo decían los Jesuitas y hay que seguirlo diciendo porque esto no ha cambiado” aseguró.
“Cualquier política debe empezar por hacer que las instituciones respondan a todo el mundo y que protejan los derechos de todos los ciudadanos por igual, no solo de aquellos privilegiados”, enfatizó.
Cruz aseguró que una gran mayoría de la población vive marginada, excluida de la educación de calidad, de oportunidades de trabajo de calidad, por lo tanto, mucha gente usa la violencia como único recurso para poder resolver sus problemas “cuando no debería ser de esa forma”.
El académico explicó que incluso aquellos que defienden el régimen de excepción admiten que el momento que se desmonte el régimen y se retiren los policías, el problema surgirá de nuevo.
“Aunque los que están a favor lo usen como argumento para mantenerlo, pero eso precisamente es un argumento para mostrar lo inoperante e insostenible que es (el régimen)”, aseguró.
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Para Cruz no se puede estar condenado a vivir en un estado policial por el resto de la vida, sino que la sociedad salvadoreña se debe desarrollar de una manera “que haya paz sin la necesidad que haya un hombre armado apuntándole con un fusil en la cabeza a los ciudadanos”.
El especialista expresó que la reducción de homicidios es una buena noticia para el país, pero eso no se debe lograr a costa de los derechos fundamentales de toda la población.
“No es posible que se negocie la seguridad de la gente a cambio de rendirse al poder absoluto de un Estado, que también pone en inseguridad, como ha pasado con muchas personas jóvenes inocentes que están ahora en las cárceles”, explicó.
Mega cárcel
En cuanto a la construcción de la mega cárcel en el municipio de Tecoluca, Cruz explicó que en temas estructurales, significa que el país ha fracasado, en vez de estar construyendo y mejorando las condiciones de los centros educativos en todos los niveles.
“El hecho que tengamos la cárcel más grande del hemisferio (...) dice mucho de a dónde (el gobierno) quiere llevar el país”,
Cruz aseguró que en todos los estudios sobre seguridad que ha realizado en la región, cuando se analiza el tema de la pandillas ya sea en Centroamérica, Estados Unidos, Europa o el Cono Sur, las cárceles juegan un papel fundamental en el agravamiento de esos grupos criminales.
“En las cárceles tienen tiempo para reestructurarse. Lo vivimos de manera muy clara en El Salvador, hace 20 años, con la mano dura, lo que provocó el fortalecimiento de las pandillas, pero esto ocurre de manera similar en otros países”, aseguró
Como ejemplo Cruz recordó cómo se fortalecieron las pandillas juveniles en la cárceles de California en los 80´s y el comando Rojo Vermelho, un grupo criminal que nació en una prisión de Río de Janeiro en los años setenta.
“La idea que poniendo 60,000 personas en las cárceles va a resolver el problema de la violencia es ingenua, porque es justo en la cárceles donde se suelen fortalecer y reestructurar (las pandillas)”, aseguró.
Cruz agregó que es difícil saber cómo ese fenómeno de las pandillas va a mutar y transformarse en El Salvador, pero el hecho de que se esté creando una mega cárcel, solo va a modificar el problema no lo va a eliminar, sino se implementan políticas de desarrollo local de manera sostenible .