Silverio Morales, líder del Movimiento Unificado Indígena (MUINA), denunció ayer, en una conferencia de prensa, la supuesta captura arbitraria de su hijo, Levi César Morales Ramírez, ocurrida el pasado viernes 11 de noviembre, por la noche, cuando regresaba de lavar jícamas.
Morales explicó que Levi regresaba hacia el cantón El Cerrito, en el municipio de Nahuizalco, minutos después de las nueve de la noche, cuando los policías, que hacían un operativo en la zona, le dispararon y el joven tuvo que tirarse junto a un vehículo para no ser alcanzado por las balas.
El cultivo de jícama es un negocio familiar que todos los integrantes de la familia cuidan durante el día. Por la noche, después de cortar los productos, los lavan para venderlos un día después.
Debido a que la familia no cuenta con el servicio de agua potable, por la falta de ingresos económicos, se movilizan hasta la colonia La Montañita 1, en el mismo cantón, en donde les proporcionan agua para lavar sus productos.
“Él venía para la colonia(…), los agentes rodearon ambos costados de la calle, cuando él venía caminando en este sector, los agentes comenzaron a dispararle, él se protegió en un carro negro que estaba ahí (parqueado)”, explicó Morales. El líder indígena expuso que los agentes se enojaron porque el joven corrió cuando le dispararon. “En otras palabras, no pudieron matarlo”, dijo Morales.
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En la misma colonia, también fueron capturados dos primos del líder indígena, identificados como Samuel Morales Patricio y Ramiro Morales Patricio.
A las 12 de la noche, cuando el agricultor supo de la captura de su hijo, se dirigió a la delegación de Nahuizalco, ahí se limitaron a explicarle que las capturas eran por el delito de agrupaciones ilícitas.
Morales relata que, como padres de familia, él y su esposa fueron agredidos verbalmente por un agente, cuando ellos solamente pedían una explicación sobre la acusación. “Den gracias a Dios que se escondió, porque si no ya estuviera muerto, nosotros tenemos órdenes de matar”, fueron las palabras del agente en la delegación de Nahuizalco. Los policías devolvieron el teléfono, del joven capturado, a sus familiares. Ante la pregunta de si encontraron algo en el teléfono, los agentes dijeron que “nada”.
Silverio explicó que su hijo no tiene ningún tatuaje y tampoco está involucrado con ninguna pandilla. “Yo quiero esclarecer que la captura de mi hijo la han hecho arbitrariamente. Yo entiendo la situación que estamos viviendo, pero con el régimen perdemos todos los derechos”, expresó Morales.
El padre y la madre de Levi pidieron a las autoridades de Seguridad que liberen a su hijo lo más pronto posible. “Queremos que las autoridades competentes sepan que mi hijo, mi esposa y yo somos agricultores. Hoy nos sentimos vulnerados ante el régimen”, expresó.
El líder, quien es bien conocido en la zona de Nahuizalco por su trabajo relacionado a la comunidad indígena, expresó que la agricultura es la única forma con la que s su familia se gana la vida, pero que ahora ha tenido que dejar abandonados sus cultivos tras la captura de Levi.
En la familia de Silverio Morales, ya son cinco personas las capturadas: una hermana, un yerno, dos primos y su hijo, quien fue trasladado, el martes 15 de noviembre, al Penal de Ilopango (ex cárcel de mujeres).
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Está registrado que a las personas que son trasladadas a un penal, las incluyen en el sistema de datos hasta dos días después de su ingreso. Diversas organizaciones que apoyan a los agricultores y los indígenas expresaron su solidaridad a los padres de Levi.
“No puede ser que la agricultura sea un delito, no puede ser que ser indígena sea un delito, no puede ser que la pobreza sea un delito. Exigimos la liberación, una investigación eficaz, rápida y oportuna en el caso de Levi Morales, de sus primos, de sus tíos. Queremos justicia”, declaró, durante la conferencia, Adalberto Blanco, de la Mesa de la soberanía alimentaria.
“Como mujer comunitaria organizada, yo exijo que haya leyes justas donde haya igualdad, por lo que me uno en solidaridad (…) por todos estos atropellos, que ellos están pasando. Y también esperamos que el Estado, en este caso, y en muchos casos, en nuestro país, con tanta injusticia, con tantas violaciones a derechos humanos, puedan ver cómo van a remediar tanto dolor”, expresó Aracely Solórzano, del Movimiento Ecofeministas.