A criterio de Ruth Eleonora López, directora Anticorrupción y Justicia de Cristosal, más salvadoreños estarían optando por abandonar el país por el régimen de excepción, pese a no pertenecer a estructuras delincuenciales.
La abogada describió parte del drama que enfrentan algunas familias que han denunciado capturas arbitrarias, que ante la detención de uno de sus miembros temen porque el procedimiento pudiera repetirse con otro de sus parientes y mejor “habla de irse” de El Salvador.
“Esto lo que provoca es más migración y los que están migrando no es porque sean pandilleros”, afirmó durante la entrevista Encuentro con Julio Villagrán que se transmitió el 6 de junio.
De acuerdo con datos de Cristosal, hasta el viernes 10 de junio la organización había recibido más de 1,700 denuncias por vulneraciones a los derechos humanos durante la vigencia del régimen de excepción, la mayoría de casos por capturas arbitrarias. Mientras, el Ministerio de Justicia y Seguridad registraba hasta el jueves 39,415 personas detenidas.
Además, hasta el 7 de junio, la organización civil con base a notas periodísticas y denuncias directas de familiares de las víctimas reportaba 40 muertes de personas arrestadas en el régimen de excepción.
Aunque López reconoce que, según encuestas, ciudadanos se muestran a favor de la medida que aplica el gobierno desde el pasado 27 de marzo tras un repunte de homicidios, lamentó que el problema no se erradica de raíz.
“Es natural, la gente está cansada, el dolor que las pandillas le han causado a este país es superior a cualquier tema de la defensa de los derechos, la gente está sobreviviendo. El problema es, insisto, en primer lugar es que lo que da origen a las pandillas no se está erradicando; en segundo lugar, la violencia no se resuelve con más violencia”, expuso en el espacio televisivo.
Manifestó que las personas detenidas arbitrariamente que logran comprobar su inocencia sufren traumas debido al encierro.
“Estas personas que han sido detenidas arbitrariamente entran a un centro penal, donde, además, los mezclan con personas que han cometido delitos, esas personas lo menos que van a salir es traumadas, eso produce un trauma, hay que ponerse en los zapatos de esas personas que son inocentes y han sido detenidas, nos falta mucho la empatía”, señaló.
Añadió que algunas personas optan, también, por migrar, pues al salir en libertad se enfrentan a que han perdido su empleo. Según López, “el que nada debe” podría salir de la cárcel a los seis meses.
“Hay muchas personas que tienen trabajos regulares en empresas, el trabajo no lo va a estar esperando y además con ese estigma que estuvo preso. Es una situación grave para los derechos de la gente”.