Un informe de la organización internacional Human Rights Watch (HRW) reitera la denuncia de abusos a derechos humanos que han sufrido menores de edad desde que entró en vigencia el régimen de excepción en marzo de 2022.
El reporte, divulgado el martes 16 de julio, señala que los menores han sido doblemente victimizados. Primero, por las pandillas cuando controlaban barrios, colonias y cantones. Y, segundo, por las autoridades de seguridad pública que los someten y acusan - en muchos casos - de formar parte de esos grupos criminales.
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"Muchos niños, niñas y adolescentes que han sido detenidos y encarcelados no tenían ninguna conexión aparente con las actividades abusivas de las pandillas. Las autoridades los sometieron a malos tratos durante la detención que, en ciertos casos, constituyeron actos de tortura. Los menores fueron recluidos en condiciones deplorables, incluyendo hacinamiento, falta de acceso a alimentación y atención médica adecuados y contacto familiar", dice el reporte.
Si bien no hay información exacta del número de menores detenidos, el Consejo Nacional de la Primera Infancia, NIñez y Adolescencia (CONAPINA) dijo a las autoridades del gobierno de los Estados Unidos que 3,319 niños fueron detenidos entre marzo de 2022 y diciembre de 2023. D este total, 841 permanecían detenidos en enero de 2024.
Abusos
El informe de HRW destaca que en muchos casos, las autoridades forzaron a los menores a realizar confesiones falsas, mediante una combinación de acuerdos judiciales abusivos y, a veces, malos tratos o tortura.
Además, los jueces y fiscales han mantenido a los niños en detención provisional prolongada, una práctica que a los menores a mayor riesgo de abuso.
La organización documentó el caso de un menor (identificado con el seudónimo de Óscar Gómez y de 17 años), quien fue detenido el 27 de marzo de 2022 en Apopa.
Fue acusado de agrupaciones ilícitas y durante cinco meses estuvo detenido en el centro de internamiento El Espino. Un juez lo liberó en agosto de 2022.
"Óscar contó a Human Rights Watch que muchas veces los custodios lo golpearon con macanas durante requisas de las celdas. Dijo que en varias ocasiones él y otros detenidos fueron obligados a arrodillarse durante tres horas, desnudos, o bajo el agua al amanecer. A veces, los guardias no les proporcionaban comida en todo el día, nos dijo", prosigue el reporte.
HRW concluye que las detenciones indiscriminadas han hecho poco por garantizar el acceso a la justicia para las víctimas de las pandillas: "Por el contrario, el encarcelamiento masivo ha sobrecargado el ya frágil sistema judicial de El Salvador, que carece de capacidad para procesar el gran volumen de detenidos mediante un debido proceso que asegure que las víctimas tengan acceso a un recurso legal justo e imparcial."
En este sentido, la organización hace un llamado al Estado salvadoreño para que garantice juicios justos e imparciales, así como garantizar que los menores tengan acceso a educación y atención médica adecuada y que los centro de detención juveniles cumplan con los estándares internacionales de derechos humanos.