Los parientes de dos jóvenes que fueron capturados por la Policía el pasado 8 de abril en la frontera El Amatillo, en el cantón Santa Clara de Pasaquina, La Unión, aseguran que ambos no tienen relación con las pandillas, y que tenían un año de trabajar en la construcción de un edificio en dicha frontera.
El pasado 9 de abril, la Policía compartió en su cuenta de Twitter una fotografía con la información de la captura de "cuatro pandilleros que delinquían en Usulután, cuando pretendían salir del país hacia Honduras".
Entre los capturados están Ángel Antonio Mejía Jovel y José Francisco Valle Nieto, residentes en Jucuarán y San Francisco Javier, en el departamento de Usulután, quienes tenían al menos un año de estar viajando hasta la frontera El Amatillo para trabajar en la construcción de un edificio, aseguraron los parientes.
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Las capturas se dieron en el marco del Régimen de Excepción, donde los soldados y policías han capturado a nivel nacional, hasta este 15 de abril, a un aproximado de 11,000 personas, a quienes se les acusa de delitos como organizaciones terroristas y agrupaciones ilícitas.
Óscar Paz, defensor particular de los dos jóvenes, aseguró que sus clientes fueron capturados en la noche durante su tiempo de descanso, cuando se encontraban departiendo en una tienda en la frontera, a pocas cuadras del lugar donde estaban trabajando para una empresa constructora.
“Es lamentable que por encontrarse en un lugar donde no son originarios hayan sido capturados, acusándolos de pandilleros que querían huir a Honduras, cuando la verdad es que se trata de muchachos que trabajan con una empresa en la construcción de un edificio en la frontera”, indicó Paz.
De acuerdo con el abogado, Mejía Jovel y Valle Nieto no tienen vínculos con las pandillas y las autoridades no investigan nada, los acusan solo por estar en un departamento del que no son originarios, y aseguró que hay pruebas de que ambos muchachos tienen un año de estar trabajando en una obra en el lugar.
José Francisco Valle Nieto es hijo único y es quien lleva el sustento para su madre, que se encuentra en estado delicado de salud y no sabe que su hijo se encuentra detenido.
“Cuando fui asistirlo a las bartolinas lloró, pensando en que su mamá puede morir al recibir el aviso de su detención”, agregó el defensor.
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Los trabajos de la construcción que tienen un avance de un 80 por ciento se encuentran varados. Según los vecinos, los albañiles tenían varios meses de llegar a la comunidad a trabajar.
Bertha Ramos, compañera de vida de Mejía Jovel, califica de malas las actuaciones de la Policía en relacionarlo con grupos de delincuentes.
“En mayo estaba por cumplir un año de estar trabajando en la construcción en la frontera, ahí donde llegaron a agarrarlo acostumbraba a comer, es una injusticia lo que hicieron con los dos trabajadores”, expresó Ramos.
Bertha aseguró que el viernes, antes de ser detenido, se comunicó con ella para decirle que lo esperara hasta el sábado, porque el ingeniero necesitaba terminar el trabajo pues el lunes iniciaba otra obra en San Miguel.