Carlos Chomo, un comerciante que reside en el departamento de Ahuachapán, ya estaba mentalizado, dice, que pasaría por lo menos seis meses encerrado en el penal de Mariona, a donde fue enviado horas después de ser capturado por agentes policiales en el mercado de Chalchuapa.
Estaba esperando a un hermano que un día antes había venido de Estados Unidos y en los planes de ambos de ese día, estaba almorzar juntos. Pero cuando el hermano de Carlos llegó a buscarlo al mercado, él ya estaba en la delegación policial de Santa Ana. Dos días después fue enviado a Mariona.
Carlos es tajante en decir que no quiere hablar de los 43 días que vivió en ese penal.
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El día que conversó con El Diario de Hoy regresaba del Juzgado de Instrucción de Chalchuapa, medida que le impusieron luego de que la Cámara de lo Penal de la Primera Sección de Occidente, de Santa Ana, ordenara que fuera puesto en libertad bajo medidas.
Carlos dice que primero fue la voluntad de Dios, luego el trabajo de su abogada y también la colaboración de su familia, quien lo ha sacado de Mariona.
La abogada particular de Carlos interpuso un habeas corpus por considera que a él se le violaron el derecho de audiencia y el derecho a defensa técnica… y un tribunal de alzada le dio la razón.
María, su madre de 84 años, a quien la edad le impone andar despacio, recuerda que no fue fácil para ella andar de un lado a otro, dando vueltas para que su hijo recuperara su libertad. Recuerda que al penal de Mariona fue varias veces. Pero valió la pena, dice.
Carlos aún no se lo cree. Asegura que los más de 40 días que estuvo preso se propuso no pensar en su familia para no desesperarse.
Incluso trataba de ahuyentar el recuerdo de su pequeña hija, de 6 años. Asegura que se propuso concentrarse en mantenerse con vida, de todas maneras nada podía hacer por su familia estando encerrado.
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Carlos ignoraba que afuera, su madre y sus hermanos estaban haciendo esfuerzos por sacarlo del penal. De no haber sido por ellos aún estuviera encerrado, como lo están aproximadamente 60 comerciantes del mercado de Chalchuapa, clientes de Carlos, que han sido arrestados, algunos de ellos, injustamente, solo por llenar cuotas que algunos jefes de la Delegación policial de Santa Ana imponen a los agentes.
El negocio de Carlos es comprar mercadería al por mayor y luego surtir a comerciantes del mercado de Chalchuapa. Tanto él como sus clientes trabajan con créditos bancarios.
Al salir se enteró que al menos 60 clientes están en presos por el régimen de excepción. Todos ellos no podrán pagarle a Carlos. Eso daña la economía a todo nivel, dice.
VER DOCUMENTO: RESOLUCIÓN LIBERTAD DE CAPTURADO