El viernes 31 de mayo, Pedro de Jesús García García se levantó muy temprano con la ilusión de comenzar a sembrar maíz y frijol, lo cual le sirve de sustento para él y su familia durante todo el año.
Después de la pesada jornada, el joven de 19 años se encontraba comiendo, cuando un grupo de policías llegó a su vivienda en el caserío Los Almendros, cantón El Zapote, municipio de Suchitoto, y le dijeron que saliera que querían platicar con él y luego le dijeron que se lo llevarían capturado.
María Vilma, la madre de Pedro, les pidió una explicación a los agentes y les cuestionó si tenían una orden de captura para detenerlo, pero los policías le contestaron que “solo se lo llevarían por el régimen”.
La madre del agricultor relata que los agentes verificaron en el sistema para ver si tenía antecedentes, pero no salió nada.
“Pero así traételo porque por algo hemos venido”, le dijo un policía al otro, asegura la señora, quienes además expresaron que habían recibido una llamada anónima, en la cual lo acusaban de tener vínculos con las pandillas.
La madre del joven agricultor considera que la detención de su hijo es arbitraria, porque según ella, Pedro no tiene tatuajes, nunca ha estado detenido, tiene limpio su récord de antecedentes policiales y no está relacionado a ningún grupo delincuencial.
“Yo les pedía que me dieran una razón, porque uno de madre sabe lo que tiene en su casa, él no se mete con nadie. Si va a preguntar a la comunidad toda la gente le va a decir que él es un hombre trabajador”, asegura la señora.
María comenta que su hijo además de dedicarse a la agricultura, laboraba como ayudante de albañil.
Pedro no sabe leer ni escribir, al igual que su madre. Es por eso que en los últimos meses se habían unido a un círculo de alfabetización y todos los jueves recibía clases.
Además, estaba integrado en un taller de pintura en el centro de arte, en el municipio de Suchitoto. “Él estaba contento porque estaba aprendiendo algo nuevo”, expresa la madre del joven detenido, mientras muestra en su teléfono una pintura elaborada por su hijo. La pintura muestra dos girasoles y en una esquina su firma “Pedro/23”.
Debido a la falta de recursos y la difícil situación económica, madre e hijo habían realizado un préstamo agrícola con una cooperativa para poder cultivar sus alimentos para este año.
Tras la captura, el detenido fue enviado al penal de Izalco, por lo que María está angustiada y pide a las autoridades que revisen el caso de su hijo.
Ingrid Escobar, representante del Socorro Jurídico Humanitario, explicó que ellos han indagado la documentación y las circunstancias en las que se dio la detención y consideran que se trata de una arbitrariedad, por lo que hicieron un llamado a las instituciones pertinentes para que lo liberen.