El exguerrillero y mediador de la tregua de pandillas Mario Alberto Mijango Menjívar, conocido como Raúl Mijango, murió la tarde del lunes, dos meses después que un juzgado de vigilancia penitenciaria le negara la libertad condicional anticipada por razones humanitarias, mientras cumplía una pena de 13 años de cárcel por el delito de extorsión.
Mauricio Aguilar, abogado defensor de Mijango, solicitó el pasado 14 de mayo, en una audiencia especial, la libertad condicional de su defendido ante el Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena, debido a su grave estado de salud.
Previo a la audiencia Aguilar explicó que Mijango cumplía con una serie de requisitos que la ley establece para acceder a ese beneficio, entre ellos: haber cumplido un tercio de la pena, ser mayor de 60 años y el padecimiento de tres enfermedades graves irreversibles.
Según la documentación presentada por la defensa, él padecía de insuficiencia renal crónica, diabetes e hipertensión.
Sin embargo, el juzgado, por petición de la Fiscalía General de la República (FGR), ordenó que se solicitara un nuevo informe médico al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) sobre la condición de salud de Mijango.
Un mes después, el 26 de junio, el juzgado negó el beneficio de libertad condicional de carácter humanitario para Mijango, alegando que existía un riesgo social y porque el tipo de delito por el que fue condenado estaba excluido de los beneficios que permite la ley.
El Código Penal establece que ese beneficio no podrá ser otorgado a personas condenadas por delitos relacionados a las pandillas u organizaciones criminales.
El abogado relató que Mijango, quien llegó caminando con dificultad, explicó ante la jueza que su vida dependía de una máquina, que debía ser llevado al hospital dos veces por semana y “que estaba a un paso de la muerte”.
“Que Dios haga su voluntad… Yo padezco insuficiencia renal en estado terminal y mi vida depende de una máquina a la que tengo que conectarme dos veces por semana”, explicó Mijango al llegar a los tribunales.
Tres procesos judiciales tras la tregua
Mijango, guerrillero durante la guerra de los años 80, regresó a la palestra política en el 2012, cuando participó como mediador en la tregua de pandillas “facilitada” por el gobierno de Mauricio Funes (2009-2014).
Cuatro años más tarde, la Fiscalía ordenó la captura de Mijango por supuesto tráfico de objetos prohibidos en penales y agrupaciones, junto a 18 funcionarios del gobierno de Funes que participaron en esa tregua de pandillas.
Al inicio del proceso, Mijango afirmó que solo buscaba una solución pacífica al problema de las pandillas y los homicidios, pero que el proceso no se completó por causa de las partes involucradas, según explicó a la publicación digital InsightCrime.
OPINIÓN: La destrucción del siempre rebelde Raúl Mijango
“Soy el perro más flaco de este volado”, subrayó y razonar que la Fiscalía negocia a diarios con criminales, pero que él buscaba un pacto que acabara definitivamente con la violencia.
El 29 de agosto de 2017, el Juzgado Especializado de Sentencia A de San Salvador absolvió a los imputados, incluyendo a Mijango, por considerar que éste había sido delegado para sus actuaciones dentro de los penales por el exministro de Seguridad, David Munguía Payés.
Sin embargo, ocho meses después la Cámara Especializada de lo Penal notificó a los procesados que no están exonerados de cargos y que deberían comparecer a un nuevo juicio.
El 31 de mayo de 2019, el mismo juzgado repitió el juicio y absolvió a 11 de los acusados, entre ellos a Mijango, bajo el señalamiento de que la Fiscalía hizo una “investigación deficiente”.
En una segunda acusación, en febrero de 2018 la Fiscalía imputó ante los tribunales a Mijango por el asesinato del marero Edwin Kender Méndez Gámez.
El 28 de junio de 2019 el Juzgado Especializado de Instrucción B absolvió a Mijango por esta acusación, argumentando que la Fiscalía no presentó elementos que lo vincularan de manera contundente con el crimen.
Condena
Sin embargo, en un tercer proceso, el 11 de octubre de 2018, el Juzgado Especializado de Sentencia “B” de San Salvador condenó a 13 años de prisión al encontrarlo culpable por el delito de extorsión agravada en calidad de cómplice con cabecillas de la MS y la 18, Revolucionaria y Sureña.
Junto a Mijango fueron condenados 10 integrantes de pandillas y otros dos fueron absueltos.
Sobre este proceso, Mijango explicó a InsightCrime que muchos empresarios lo buscaron para que mediara para una reducción de los montos de la extorsiones a través del pago en especies y la venta de los productos y que el gobierno entonces estaba “sabedor de todo lo que estaba sucediendo”, pero la Fiscalía señaló que estas acciones eran ilegales y lo procesó por extorsión también.