Jacinto es un hombre de 41 años quien en septiembre de 2022, confiado en que el país estaba seguro, se regresó de Estados Unidos con el propósito de aumentar la inversión en agricultura y ganadería que ya tenían en un cantón un poco cercano al lugar donde desapareció el turista.
Años antes su padre había regresado de Estados Unidos con el fin de trabajar con ganado, para lo cual compraron a buen precio decenas de manzanas de tierra rústica, en un lugar que no tenía acceso vehicular, sino solo a lomo de caballo o, si acaso, en carretas tiradas por bueyes, según lugareños.
Jacinto, su padre y ocho de sus hermanos emigraron a Estados Unidos con el fin de trabajar fuerte. Y lo lograron a tal punto que allá tienen una empresa constructora.
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Sin embargo, creyendo en el discurso oficial de que El Salvador es un país seguro, pensaron en invertir en El Salvador, incluso, en traer la empresa de construcción y perforación de pozos. De acuerdo con uno de los hermanos de Jacinto, la inversión que han hecho rondaría el medio millón de dólares, en compra de terrenos, ganado y maquinaria de construcción.
Hasta el momento, Jacinto y su familia tienen 140 cabezas de ganado, 60 de las cuales son vacas lecheras con una producción diaria de entre 350 a 400 botellas de leche. Esto también fue confirmado por comerciantes de lácteos y otros ganaderos del sector.
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Como parte de los beneficios de la inversión de esa familia, con recursos propios arreglaron parte de la calle de tierra que también es utilizada por otros ganaderos de la zona y construyeron un acceso hacia sus terrenos, unas 100 manzanas aproximadamente, para lo cual compraron maquinaria pesada y construyeron un pequeño puente y una bóveda. Todo con recursos propios.
Además, de acuerdo con jornaleros de Tecoluca, otra forma de beneficio que llevaron es que Jacinto y su familia comenzaron a contratar trabajadores por un sueldo diario superior al que ganaderos y agricultores del Tecoluca y San Vicente pagan. Algunos entrevistados dejaron entrever la posibilidad de que Jacinto haya sido involucrado por envidia, tal vez a través de alguna llamada telefónica anónima.
Para levantar cerco, construir la calle, limpiar los terrenos y mantener el ganado, la familia de Jacinto da empleo a aproximadamente unas 20 personas, o a veces hasta 30. Cuando menos tienen son 10, afirmaron algunas personas entrevistadas.
“Somos varios hermanos que estamos en ese esfuerzo. La idea era comprar más ganado y mecanizar el ordeño”, afirmó uno de los hermanos de Jacinto. El padre afirmó que tenían planes para comprar más vacas para tener unas 200 en producción.
Otro hermano de Jacinto se vino para El Salvador hace aproximadamente seis meses, ipara inyectar más esfuerzo a la ganadería y otras inversiones que tenían planeado hacer. Sin embargo, desde que Jacinto fue detenido, el 11 de abril, los esfuerzos han disminuido pues era él quien lideraba el trabajo, afirmaron.
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Tanto los padres y hermanos de Jacinto consideran que su detención es injusta y arbitraria. Prueba de ello es que la jueza le ha dado la libertad bajo medidas y una fianza económica. Personas de Tecoluca que los conocen, algunos de los cuales han trabajado con ellos, aseguran que nunca han visto que Jacinto ande en actividades delictivas, pues parecía que estaba entregado totalmente al trabajo con el ganado y en la preparación de los terrenos.
“Yo no creo que ande en esos asuntos. Lo vemos todo el tiempo trabajando, no creo que le quede tiempo para hacer cosas malas, además, no tiene necesidad de hacerle daño a alguien por dinero”, afirmó un hombre que asegura conocerlos bien desde que iniciaron con la actividad ganadera. “Yo más pienso que puede ser por alguna cosa como envida; usted sabe que a veces no nos gusta ver que otros prosperen”, añadió la fuente.
“Mi hermano se fue con la intención de trabajar. Estamos lastimados porque uno tiene la intención de invertir, de contribuir a que el país prospere. Por la seguridad es que nos animamos a eso”, indicó otro hermano de Jacinto.
“Uno sabe que se va para El Salvador y lo menos que uno hace es temer a la policía, pero al final a uno lo detienen sin mayores investigaciones”, comentó el familiar.
En 2014, Jacinto fue detenido y procesado debido a que la policía lo acusó de tener una arma de fuego, sin embargo, se sometió a un proceso abreviado y el juzgado de paz que conoció el caso lo condenó y al mismo tiempo le suspendió la ejecución de la pena.