Han pasado décadas desde que este salvadoreño tuvo el desafortunado encuentro con una Physalia physalis, conocida también como Carabela Portuguesa, asegura que fue propiciado por la misma curiosidad de su edad, hoy relata su dolorosa experiencia.
"De niño, como entre los 6 y 7 años, la encontré tirada en una de las playas de La Libertad, la agarré porque no sabía que era, parecía una bolsa de plástico derretida de un color bien llamativo. La traté de destripar y como no pude, la tiré de nuevo a la arena", relató ese niño quien hoy ya es un hombre de más de 50 años.
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Luego ese niño llevó sus manos a la cintura, sin imaginar que eso empeoraría su dolorosa e inolvidable experiencia.
"De repente empecé a sentir un dolor agudo y se fue poniendo peor tanto que los músculos de la cintura y abdominales se me contrajeron en un calambre. Los vendedores de unos locales me empezaron a echar agua, llegó mi mamá bien asustada y recuerdo bien que un pescador dijo: el cipote se va a morir porque lo picó el agua mala".
Agua mala es otro de los nombres atribuidos a la Physalia physalis en la jerga de la playa.
La atención del niño la continuaron voluntarios de Cruz Roja con algunas "pomadas y hielo".
"Por varios días me quedaron unas manchas oscuras en el cuerpo, cabal con la forma de mis manos en el lugar que me las puse en la cintura. Es algo que realmente puede matar y la gente no la conoce mucho", concluyó.
¿Pero qué es Physalia physalis, conocida como Carabela Portuguesa?
La carabela portuguesa (Physalia physalis) es un hidrozoo que erróneamente se asocia con la familia de las medusas.
Su picadura puede provocar intenso dolor, problemas respiratorios e incluso una parada cardiaca. La neurotoxina, secretada por sus tentáculos, tiene una alta toxicidad.
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"Estos no son un ser como tal, son colonias, y habitan en clima templado, característico en los océanos del norte del planeta, pero en los últimos años hay registros de ellos en playas de la mayor parte del continente", explicó la ecologa Johanna Segovia.
Además, la experta señala que los encuentros con el humano pueden ser realmente traumáticos, pues esos seres poseen hasta 10 toxinas.
"Dependerá mucho de la sensibilidad de la persona, también si tiene condiciones médicas previas, como alergias o afectaciones en el sistema circulatorio; también puede ser que o causa ninguna lesión", agregó.
Destacó que ante la manipulación lo mejor es acudir al médico, mientras se puede aplicar vinagre en la zona de contacto.
"Los seres marinos están en su hábitat y es uno quien invade su espacio, lo mejor es observar y respetar estos seres", concluyó.