Desde hace 57 años Cruz Roja realiza la prueba acuática llamada “El Paso del Hombre”, en la que voluntarios rescatistas de dicha institución recorren 21 kilómetros nadando en las movidas aguas de las playas salvadoreñas.
Este año el recorrido se realizó desde la playa Las Flores en el puerto de La Libertad hasta El Majahual.
Fueron 100 voluntarios rescatistas junto con integrantes de la fuerza Naval, Escuela Militar y un grupo de guardavidas de Cruz Roja de Honduras los que estuvieron aptos para ser parte de la actividad.
El jefe nacional del cuerpo de guardavidas de Cruz Roja Salvadoreña, comenta que ya han pensado en cambiarle el nombre a esta actividad, porque no todos los que participan son hombres. “Lo hemos analizado, queremos generalizarlo a solo llamarlo ‘El paso’”, afirma.
De hecho, entre los que se lanzaron aguas adentro había 6 mujeres. María Alicia Landaverde, de 19 años, era una de ellas y es la tercera vez que forma parte del “Paso del hombre”, pues la primera vez que lo hizo tenía 13 años.
De tez morena, delgada y de estatura mediana, la joven asegura que la motiva la experiencia que conseguirá de esta actividad. “También quiero hacer sentir orgullosos a mis papás”, agregó.
María fue acompañada por su mamá Dora Alicia Olmedo, quien la apoya en su preparación, desde colocarle bloqueador hasta ponerle suero en bolsitas, miel y chocolate en el traje de baño.
Para Dora Alicia, quien asegura que ser voluntaria es una tradición de familia, dice que la decisión de participar siempre ha sido de su hija. “Era una decisión difícil por ser pequeña, pero ella cumplió completa la misión”, cuenta.
La segunda vez que María participó tuvo que abandonar la prueba por la fuerte corriente del mar.
Sin embargo, eso no la desanimó. La joven es la única socorrista voluntaria que pertenece a la seccional de Cruz Roja en Chalchuapa; ella se apoya mutuamente con sus compañeros, quienes la animan mientras esperan la señal de salida en las rocas de la playa.
El supervisor de esa sección comenta que actualmente hay menos mujeres haciendo trabajo de voluntarias. “Ya con responsabilidad de familia o estudios es difícil que continúen; estamos buscando nuevos jóvenes que se interesen en el voluntariado”, comenta.
En la línea de espera también estaba Diana Espinal, de alta estatura, con mirada de concentración mientras hacía ejercicios de calentamiento a la espera de la señal. Ella tiene 21 años y viajó desde Honduras, departamento de Cortez junto a 11 compañeros más.
La guardavida hondureña comenta que la motivó hacer el “Paso del hombre” el sentido de aventura. “El reto me llama mucho la atención, quiero dar lo mejor”, dice.
Luego de cuatro horas de nado, María Alicia tocó la arena de la playa El Majahual y fue recibida por voluntarios que al salir les colocaron bloqueador y gotas en los ojos. Su padre corrió a saludarla y a ayudarle a salir. El orgullo se reflejaba en sus ojos, pues en esta competición no es importante llegar primero, sino cumplir la actividad íntegra.
Pero entre los retos que enfrentan los nadadores están las picadas de medusa, la insolación, desorientación y calambres, por lo que les recalcan que el entreno y la condición física es crucial para participar.
María Alicia salió sonriente del agua. “¡Me siento feliz, lo logre!”, expresó y agradeció a sus instructores todo lo que le enseñaron.
Otra nadadora que se lanzó a hacer el reto este año fue Norma Franco, de 54 años, quien llegó a El Majahual. Ella se preparó durante un año recibiendo clases y yendo al lago de Ilopango tres veces por semana para practicar.
“Es la primera vez que participo y tengo sentimientos encontrados, quiero reír y llorar”, dice emocionada.
Franco cuenta que había dejado de ser voluntaria desde hace muchos años, pero el reto le dio motivación. Y comenta que los consejos que su entrenador de dio de prepararse más mental que físicamente le ayudaron.
“Él me decía que en el agua está una sola. Vas a estar sola en el “Paso del hombre”, si tu mente te traiciona, te quedaste”, relata.
Con esta actividad, Cruz Roja busca motivar a mantenerse en condición física a sus voluntarios rescatistas y demostrar a los salvadoreños la capacidad de respuesta a las emergencias acuáticas que pueden presentarse.
Este Paso del Hombre fue el primero que marca un antes y un después de la pandemia por el covid 19.