La recién publicada Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM) 2021, evidenció que el promedio de grados que se estudia en El Salvador es de 7.1, con respecto a los 4.3 que se registraban como promedio de educación en 1995.
Especialistas educativos, como el caso del doctor Óscar Picardo Joao, ven poco o nada alentadores esos y otros datos educativos más recientes arrojados por la EHPM y hasta advierten de que estamos ante un rezago y estatismo en materia de la educación nacional.
Y es que, según Picardo Joao, a la luz de esos resultados queda al descubierto que, tras varias décadas en las que distintos gobiernos han tratado de imprimir su sello lanzado sus reformas educativas, planes educativos e inversión, a la larga solamente se ha logrado avanzar 2.8 grados, lejos de los 11 que se vienen ansiando.
Sin embargo, la situación es más preocupante cuando se vuelven los ojos a las cifras del área rural, en donde el promedio de escolaridad que se alcanza es de 5.5 grados, por debajo de los 8.1 grados del área urbana.
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Picardo Joao, quien es director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), dijo que igual de preocupante es que esta herramienta, la última que produjo la desaparecida Dirección de Estadística y Censos (Digestyc), muestra que analfabetismo sigue muy vigente puesto que la tasa no se ha alejado mucho del 17% y 18 % que rondaba en los años 90.
“Cuando usted examina solo el tema de analfabetismo, (ve que tenemos) el 15.5 % en lo rural y 6.8 % en lo urbano. Es decir que si sacamos 15.5%, más 6.8 % son 22.3%, (dividido) entre 2, es un dato de 11.1% de analfabetismo promedio que tenemos todavía a estas alturas”, explicó el especialista la semana anterior durante una entrevista televisiva.
Y es que en las últimas décadas hasta hubo una intensa apuesta por reducir el analfabetismo incluso a tasa cero.
El investigador expresó que las variaciones que, según la encuesta, muestran los índices de analfabetismo y escolaridad pueden deberse, no tanto a la eficacia de las políticas públicas educativas, sino más bien responder a un fenómeno de inercia demográfica. Es decir, en el primero de los casos las personas analfabetas adultas van muriendo, mientras, en el segundo caso, en teoría, hay más niños que están ingresando a la escuela en función de los nacidos.
“Esos dos datos (analfabetismo rural y urbano) reflejan que estamos estancados, que no avanzamos nada estos dos niveles, que a estas alturas estar hablando de una cifra de analfabetismo tan alto preocupa bastante”, reitera.
Las estadísticas educativas, a criterio del especialista, tampoco resultan muy alentadoras en términos de cobertura escolar y de deserción, puesto que 6 de cada 10 niños no logran terminar el sexto grado de Educación Básica, que de cada 10 que llegan solo cuatro avanzan hasta bachillerato, de los cuales solo 2 ingresan a la universidad y finalmente solo 1 se gradúa.
“Lo que preocupa son los 6 (niños) que abandonan entre 6o. grado y bachillerato. ¿A dónde van esos 6?: pandillas, migrantes, subempleo”
Óscar Picardo Joao, investigador y especialista en Educación
Las interrogantes del especialista educativo sobre el destino de los niños y jóvenes resultan valederas, sobre todo cuando la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples 2021 también pone luz roja sobre el hecho de que si bien el país tiene un bono demográfico, es decir que un cuarto de la población total es joven, la cifra de los que no estudian ni trabajan está muy elevada.
Sobre los ninis, que se le ha dado en llamar a la población que no estudia ni trabaja, la EHPM arrojó que en el grupo etario de 15 a 24 años hay 296,000 y esta cifra es mayor en el grupo de 15 a 29 años, en donde alcanza los 452,000, un problema que en palabras de Picardo Joao causa pánico.
“Es una cifra de terror la de los ninis. Es caldo de cultivo para los tres grandes fenómenos preocupantes; pandillas, migrantes y subempleos, porque al final muchos de estos ninis terminan en empleos eventuales: comercio informal, ayudando a sus padres; no tienen un trabajo formal, no están en planilla, no tienen contrato, no tienen prestaciones sociales, lo cual restringe muchísimo las oportunidades de desarrollo”, indica.
Al consultar al doctor Picardo Joao sobre cómo visualiza el futuro de la educación rápidamente responde: “Lo veo con nubes, porque creo que actualmente estamos repitiendo los mismos errores del pasado, porque ahorita se están entregando computadoras y creen que esa es la solución; y eso soluciona un problema de brecha digital, pero eso ni mejora el analfabetismo, ni mejora la escolaridad, ni disminuye la deserción escolar altísimas que tenemos en tercer ciclo”.
En opinión del especialista educativo esta profunda problemática, de estática de la educación, del país es el reflejo de que nunca se ha definido política de estado en ese campo y se continúa en ese círculo de cambios antojadizos cada cinco años.
“Por lo tanto, (el) mensaje para el gobierno (es que) capturar jóvenes y no detener la deserción escolar le deja el chorro abierto para que siempre tengamos pandilleros, siempre tengamos migrantes y siempre tengamos subempleo”, expresa.