Profesores del sistema educativo público están preocupados porque, según afirman, los nuevos programas de estudio y textos de la asignatura Ciencias Naturales, entregados por el Ministerio de Educación (MINED) hace unos dos o tres meses, han sido diseñados de tal forma que los contenidos a enseñar no están acordes a los niveles educativos y las escuelas tampoco tienen los laboratorios para hacer los ejercicios que estos contenidos exigen.
“Digo profunda preocupación porque los programas no tienen ni pies ni cabeza, son una mezcolanza de contenidos, los cuales solo han movido de lugar, por ejemplo, los contenidos de física de bachillerato se han movido para quinto y sexto grado, sin respetar el desarrollo académico de los estudiantes, sin respetar la gradualidad y sin respetar ningún sustento didáctico”, señaló un docente de manera anónima.
El profesor, quien ha analizado los textos y emitió su opinión en la cuenta de Facebook Movimiento Magisterial, subraya que el libro de 4o. grado tiene una actividad experimental para cuyo desarrollo se requiere estudiar nada menos que tres páginas llenas de 30 indicaciones, eso a pesar de que “todos los docentes sabemos que a esa edad y en esos grados, son suficientes 4 o 5 indicaciones para que los niños las puedan seguir".
Según lo expuesto por el experimentado docente, a los niños de segundo grado se les está exigiendo que expliquen con sus palabras los conceptos de medición, magnitudes cuantitativas y cualitativas; además, entre otras cosas, se les pide que experimenten con temas como irritabilidad y homeostasis, utilizando muestras del entorno. Todo eso cuando en ese grado los infantes todavía están desarrollando la lecto escritura.
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Las palabras del profesor han sido ampliamente apoyadas por más de 70 colegas suyos que trabajan en las aulas de niveles básicos, en bachillerato, e incluso por especialistas en educación que han dedicado tiempo para analizarlos.
Los textos en mención, de acuerdo a lo expuesto por los profesores, en la parte de atrás contiene una leyenda en la que el MINED señala que se trata de material sujeto a validación; sin embargo, los miembros del magisterio cuestionan que la cartera de Estado a la hora de diseñarlos no tomó en cuenta a los profesores de Ciencia que laboran en las escuelas, ni a otros.
“Completamente de acuerdo con su análisis compañero docente. Lamentablemente es una realidad (que) no respetaron la gradualidad y seguimiento de los contenidos y las diferencias individuales. Ojalá nos pronunciemos todos y lo tomen en cuenta las autoridades para que hagan cambios significativos tanto en los programas, como en los libros de texto y cuadernos de trabajo”, citó una profesora.
Otra docente calificó la situación de “terrible y muy desconcertante”; mientras otra más comentó: “Estoy de acuerdo y a parte de eso vienen tantos experimentos que creen que tenemos todo un laboratorio de última en los centros escolares”.
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Hubo docentes que incluso advirtieron que los programas de estudio y textos de otras asignaturas también tienen debilidades.
Complica a los docentes, padres y niños
Manuel Molina, quien funge como profesor de 2o. y 4o. grados en el Centro Escolar Cantón San Francisco, San Pedro Perulapán, en Cuscatlán, externó a fines de abril que “los libros (de Ciencias) están fuera de la realidad educativa de nuestro sistema y al no haber tomado en cuenta a los profesores para construirlos, el resultado son libros que les cuestan aplicarlos con los alumnos, y por supuesto a los alumnos se les complica arrancar con contenidos que son un poco fuertes para ellos”.
Molina, educador que fundó el Movimiento Magisterial Salvadoreño, un grupo activo en Internet, explicó que a la fecha los docentes aún están bajo proceso de capacitación del MINED sobre esos programas y libros.
“Es un trabajo extra para el educador intentar aterrizar en su planificación los libros a la realidad del estudiante, en especial para los que trabajamos en las escuelas rurales”, subraya este experimentado profesor en relación a los nuevos textos.
El docente coincide con otros en que los programas y textos no solo tienen contenidos que están muy por arriba del nivel de los niños, sino que trae experimentos semanales que requieren insumos con los que las escuelas y padres de familia de la zona rural no cuentan, una situación que afecta mucho más el proceso de enseñanza aprendizaje de los estudiantes.
Otro educador, que es químico farmacéutico con especialidad en profesorado y habló bajo anonimato por temor a represalias, dijo que si bien los están capacitando vía Zoom, en su caso “prácticamente no estoy utilizando el libro porque no se entiende: Yo elaboro mis propias guías, mis textos, me preocupo por mis alumnos para darles buena información. Los tengo al día”, cita.
Este profesor de Ciencias, al igual que Molina, advierte que los programas y textos generan doble trabajo al docente, en cuanto a que para bajar los contenidos hasta el nivel de los niños, hacérselos comprensible, tienen que ocupar mucho más tiempo para investigar, eso es algo más complicado para los que no tienen la especialidad y cada día atienden varias asignaturas en la escuela.
Resalta el hecho de que muchas de las instituciones educativas públicas carecen de laboratorios e insumos para desarrollar los experimentos indicados: “No hay una pipeta, no hay una probeta para hacer Química. Ahora digamos un experimento de Ciencias Físicas: un manómetro, por ejemplo, para identificar la fuerza no hay, ni hay presupuesto para eso. Una simple tabla periódica no se puede comprar”.
En su caso, debido a que previamente laboró como visitador médico, ha recurrido a sus antiguas amistades para poder reunir algunos recursos de los que echar mano, como tubos de ensayo y las pipetas, además también lleva su propio microscopio a la institución.
A la escuela donde labora le entregaron los libros de Ciencias a finales de marzo y les enviaron las indicaciones de cómo tenían que utilizarlo por WhatsApp.
Debilidades didácticas
El doctor Óscar Picardo, especialista educativo, sostuvo que los problemas que se están teniendo al generar los libros de texto en general están relacionados con el hecho de que se descuida “un tema importante que tiene que ver con alinear los sistemas, es decir, alinear los contenidos curriculares, con los libros de texto y la formación docente”.
De acuerdo con Picardo Joao también es muy importante tener criterio didáctico y pedagógico a la hora de diseñar los programas y textos de estudio, tomando en cuenta la progresividad del aprendizaje y la cadencia de contenidos y acordes a la edad de los estudiantes.
“Dicho esto yo creo que lo que dice el docente es correcto: muchos de estos libros son hechos por Físicos, por Químicos, por Matemáticos universitarios que conocen muy bien pero obviamente no tienen la mediación pedagógica o didáctica para conocer el público a quien van dirigido y a veces se exceden en el Lenguaje, en la profundidad y en la secuencia”, precisa.
Sostiene que la tarea del docente es justamente poder aplicar el libro de texto: ”El libro de texto es una herramienta de apoyo, didáctica, sumamente importante que sirve para repasar, para las tareas, para estudiar, para guiar el aprendizaje, por lo tanto tiene que estar muy bien definido el alcance, tiene que haber cierta cadencia en los contenidos para que se pueda avanzar y terminar todos los contenidos curriculares”.
A su criterio si bien se requiere impulsar el pensamiento científico, esto no se logra elevando el nivel de complejidad de los contenidos: “Si hay que dar buenas bases para la formación científica pero acorde a la edad, acorde a la madurez psicológica del niño”.
Picardo Joao no solo enfoca el doble esfuerzo que significa para los profesores en modificar la currícula para que los niños comprendan, sino en que si el docente, por distintas razones, no logra entender bien o trasladar el tema de forma asertiva eso puede llegar a ser frustrante para el estudiante.
“Los niños a veces se desbordan cuando las tareas sobrepasan su capacidad analítica cerebral. Entonces genera ese tipo de problemas (frustración). Es probable que (el aprendizaje) no se concrete o que tengamos un aprendizaje confuso, difuso, lo cual va a afectar a futuro también”, añade.
A criterio del doctor Raúl Velis, investigador del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), de la Universidad Francisco Gavidia, si bien el actual gobierno mantiene el modelo educativo por competencias que fue introducido durante la reforma educativa gestada allá por el 2009 -2010, así como con los mismos elementos (competencias, indicadores de logro y contenidos) los nuevos programas y libros de estudio que se han lanzado no están respondiendo a eso.
“En esta administración existe una obsesión por crear niños genios, y mientras más los abarrotamos de conocimientos y mientras más complejo sea el conocimiento, y mientras más pequeño sea el niño que domina un conocimiento más complejo mejor”, indicó Velis, quien es licenciado en Educación Básica, con especialidad en antropología y asesoría educativa.
El investigador, quien en los últimos años ha hecho análisis del modelo educativo, de programas de estudio y texto, advierte que incluso en general los libros de la Colección Cipote eran más coherentes en su momento.