En los seis meses que dura la temporada de la producción de sal, se están dando al menos cien trabajos para igual número de personas en las doce plantas de producción de sal en el cantón Playas Negras, en el municipio de Conchagua, La Unión.
De acuerdo con los productores, los más beneficiados son los hombres los que se dedican a las diferentes tareas desde la preparación de los suelos, la colocación de los plásticos, la recolección y el transporte del producto.
En otras comunidades como en cantón Los Jiotes, de San Alejo, la mayor mano de obra en las salineras son personas de las nacionalidades nicaragüenses y hondureños, quienes ingresan al país para trabajar durante la temporada, muchos de ellos están enviando cada 15 días o al mes las remesas a sus parientes residentes en Nicaragua.
Moisés Rivera, propietario de una de las salineras de Playas Negras, dice que en esa zona se produce la sal de calidad, que los costos de producción cada año van aumentado por el precio de alguna materia prima que deben comprar como el plástico, aunque, las ganancias son pocas las que se tienen.
“En mi salinera hay doce personas trabajando en los seis meses que dura la temporada durante el verano, cuando terminan la producción de la sal ellos buscan otra forma de trabajar ya sea en la pesca y otros oficios que hay en la zona”, agregó Rivera.
Rivera es residente en Los Estados Unidos. Regresa al país en el verano para dedicarse a trabajar en la salinera y asegura que se trata de un oficio de familia heredado desde su abuelo. “Sigo trabajando en esto porque es algo que lo aprendí desde que estaba cipote, aunque son mínimas las ganancias que tenemos porque hay que pagarle al estado por el arrendamiento de los terrenos donde se produce la sal”, comenta.
La sal que se procesa en Playas Negras, al igual que en las otras en el departamento de La Unión, es comercializada en los mercados del país.
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