Complaciente. Así define el experto en transparencia, Wilson Sandoval, la labor que ha hecho el procurador de los derechos humanos, Apolonio Tobar.
A su juicio, “es prácticamente nula la voz de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) en El Salvador. Y más allá de nula, complaciente”.
Procurador de derechos humanos busca reelegirse y defiende sus visitas a centros penales
Estas declaraciones se dan en el marco del anuncio de Tobar, quien afirmó que buscará reelegirse en su cargo actual.
Para Sandoval, uno de los puntos bajos en la gestión del procurador es su desempeño durante el régimen de excepción, en el cual ha guardado silencio ante numerosos abusos de poder.
“Uno de los casos que refleja eso es cuando va a las cárceles y termina articulando un informe o supuesto informe que legitima las acciones en el contexto del régimen de excepción”.
Wilson Sandoval, experto en transparencia
Y es que Tobar ha sido duramente criticado por no hacer eco de las cientos de denuncias sobre arrestos arbitrarios, torturas en centros penales y muertes de personas bajo custodia del Estado en estos 143 días de suspensión de garantías constitucionales básicas.
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Por su parte, el procurador defiende que su trabajo ha llevado bienestar a los privados de libertad.
“Ha consentido” el autoritarismo
Ruth Eleonora López sostiene que la PDDH no puede estar bajo una persona que no es capaz de denunciar abusos de poder.
“Una institución nacida producto de las graves violaciones de DD. HH. en el pasado no puede estar bajo la dirección de quien ha consentido y ha arrullado a un régimen autoritario”.
Ruth López, directora Anticorrupción de Cristosal
Es precisamente Cristosal la organización que más ha expuesto las violaciones a derechos humanos desde el 27 de marzo, cuando la Asamblea Legislativa decretó el estado de excepción.
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Ante este panorama, expone que la elección del procurador de derechos humanos “es de suma relevancia en la situación nacional, por lo que debiera seguirse procesos transparentes y rigurosos para elegir a quien le corresponde ser el principal control del respeto a los derechos humanos en el país”.
Sin embargo, augura que esto no será así. Por el contrario, considera que la Asamblea Legislativa seguirá trabajando por “neutralizar” las instituciones que deben controlar el ejercicio del poder. Esto, mediante el nombramiento de “incondicionales que en lugar de cumplir con sus funciones constitucionales, protegen a la red establecida desde el Ejecutivo”.
Las dos caras de Apolonio Tobar
Angélica Cárcamo destaca que al inicio, la PDDH sí cumplió su labor y visibilizó abusos de poder e hizo “pronunciamientos bastante críticos hacia el gobierno”.
Sin embargo, añadió que desde hace algunos meses, “esa postura crítica de la Procuraduría ha bajado”.
Señaló que el nivel de articulación con periodistas, especialmente ante un gobierno que acosa a medios de comunicación, ha sido bastante bajo.
“Consideramos que las posturas críticas y los llamados de atención deben ser constantes”, dijo en relación al afán de Apolonio Tobar de buscar la reelección. Al mismo tiempo, reconoce que a los grupos de poder les incomoda un procurador vigilante y atento, pero “es necesario tener ese contrapeso tan importante”.
Sandoval habló de las “dos caras” del procurador: uno, durante la pandemia, que trató de hacer un contrapeso, y el actual, donde hace una labor “bastante pobre” de exponer los abusos de poder.