Más de 130 estudiantes de dos escuelas reciben agua insalubre y contaminada con heces y bacterias proveniente del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en tres comunidades aledañas, aseguraron durante una entrevista con YSUCA Ruth Eleonora López y Doris Rosales, del área Anticorrupción y Justicia de la oenegé proderechos humanos Cristosal.
Rosales explicó que habitantes de la comunidades El Milagro y Cantarrana, del cantón San José Llano Grande y del cantón San Francisco Angulo, de la jurisdicción de Tecoluca, solicitaron que se realizaran pruebas de calidad al agua a los ríos y los pozos, debido a que desde el traslado de reos al Cecot, habían notado que presentaba mal olor, color extraño e incluso heces.
“De esas pruebas hoy les venimos a comunicar los resultados, pero en síntesis, en esas aguas hay contaminación de heces y de otro tipo de bacterias que son peligrosas para la salud y para la vida de la gente”, manifestó Rosales.
Por su parte, López explicó que tras tener los análisis realizados en un laboratorio y financiados con fondos de cooperación internacional, se realizaron otros estudios como mapas de ríos y estudios de suelo, para encontrar el origen de los agentes contaminantes del agua.
En la investigación, en la que participó un equipo multidisciplinario, se logró determinar “que una de las más probables contaminaciones viene del Cecot”, dijo López.
La jefa anticorrupción de Cristosal explicó que el Cecot está construido exactamente sobre tres “nacimientos” de agua que bajan desde el volcán de San Vicente y las comunidades afectadas están localizadas en la parte baja.
“Este no sería un problema si la planta de tratamiento estaría funcionando al cien por ciento; nosotros tenemos dudas de cómo se están gestionando los desechos del lugar, porque más abajo (del Cecot) no hay otro agente contaminante para que esto haya adquirido estos niveles”, expuso López.
Según la investigación realizada por Cristosal, el tipo de suelo favorece la propagación de la contaminación en el lugar, pues López aseguró que en la zona el suelo es del tipo “franco-arenoso de origen volcánico con una alta tasa de infiltración de agua".
“No es tan sencillo eliminar las fuentes de contaminación, pero hay que hacerlo porque la comunidad lo necesita”, aseguró.
En las tres comunidades que están siendo impactadas por esta contaminación, hay dos escuelas que atienden a más de 130 estudiantes, y en las pruebas realizadas en uno de los pozos de los centros escolares se encontraron heces y bacterias.
En la zona no cuentan con servicio de agua potable por parte del Estado y las únicas fuentes de agua que tienen son los ríos y los pozos construidos por organizaciones no gubernamentales, ahora contaminados.
Rosales explicó que, en el caso de la comunidad El Milagro, fue fundada en 1998, debido a que la población se vio obligada a desplazarse porque las vertientes de donde estaba localizada antes, se secaron.
Aunque las comunidades de los cantones aledaños al Cecot llevan más de un año denunciando la problemática de la contaminación del agua y el aumento de algunas afectaciones en la piel y el aumento de casos de enfermedades gastrointestinales, las representantes de Cristosal aseguraron que no ha habido una respuesta de parte de las autoridades.
Ante la falta de respuesta del Estado, las familias han tenido que asumir el gasto de la compra de agua embotellada para tomar, lo cual les afecta económicamente debido a que son comunidades empobrecidas.
“Esto representa una enorme carga para las familias, el llamado es para las autoridades que tomen carta en el asunto, que vayan a verificar, que determinen, que comprueben, que les den alternativa”, dijo López.
Rosales agregó que en total son unas 700 personas afectadas entre niñas, niños y adultos, que según los expertos la contaminación está poniendo en riesgo su salud y la vida de poblaciones vulnerables como menores y adultos con enfermedades crónicas.
“Este es un tema de salud pública porque se está poniendo en riesgo la salud de todas estas personas (...) pero también pone en riesgo la vida de niños y adultos mayores con enfermedades crónicas”, expresó.
A través de mensajes vía teléfono, este medio contactó el 29 de julio por la tarde a un miembro del equipo de comunicaciones de la Dirección de Centros Penales, para conocer la postura de la institución ante estos señalamientos, pero la gestión no tuvo respuesta.