Cada año, entre los meses de junio, julio y agosto, aumenta el nivel de cantidades de partículas de arena que provienen del desierto del Sahara, en África, conocidos como polvos del Sahara. En la actualidad, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) alertó de nuevo en sus redes sociales sobre este fenómeno, como lo hizo en julio anterior, para que la población tome las medidas respectivas.
"El polvo del Sahara es una masa de aire seco y cargado de partículas de polvo que viaja desde África hasta América. Este fenómeno ocurre regularmente y afecta el clima y la calidad del aire en nuestro país", detalló en X dicha cartera de Estado; agregó que "cuando el polvo del Sahara llega a El Salvador, provoca un ambiente brumoso y caluroso. Las partículas en el aire pueden afectar la salud, especialmente en grupos sensibles, como adultos mayores, infantes, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas respiratorias y cardíaca".
Para dichos grupos sensibles, la recomendación de entidades sanitarias es reforzar el uso de mascarillas y evitar actividades al aire libre, "para reducir la exposición al polvo", señaló la publicación del MARN.
En cuanto al origen de este fenómeno, una nota de 2023 de la revista especializada National Geographic explica que "el desierto más grande del planeta cada año se desprende de arena que emprende un largo viaje a través del Océano Atlántico para acabar en territorios de otros continentes. El polvo del Sahara se mueve junto con las tormentas y ciclones del norte de África y viaja más de 11 mil kilómetros por el aire hacia Europa y América".
Para dimensionar el impacto de este fenómeno, la revista internacional detalla que "se estima que cada año, el viento transporta alrededor de 100 millones de toneladas de este elemento al otro lado del Atlántico".