A pesar del discurso oficial de que El Salvador es uno de los países más seguros del mundo, las autoridades continúan recibiendo denuncias sobre desapariciones de personas a nivel nacional, de acuerdo con reportes de casos registrados por la Policía Nacional Civil (PNC).
Si bien es cierto que en la mayoría de los casos denunciados, las personas reportadas como desaparecidas son encontradas con vida y sin haber sido víctimas de delito alguno, de las 156 denuncias recibidas entre el 1 de enero y el 15 de marzo, 33 se encontraban activas, es decir, que las personas no han sido encontradas hasta esa fecha.
Entre los 33 casos activos destaca el de una adolescente de 15 años, quien se encontraba bajo medidas de protección institucional en un hogar designado por el Consejo Nacional de la Primera Infancia, Niñez y la Adolescencia (CONAPINA), y a la orden de la Procuraduría General de la República (PGR).
La administración del lugar donde la menor se encontraba en resguardo, informó del caso a la delegación de la Policía Nacional Civil (PNC) de Santa Ana, pues “la adolescente en comento tomó la decisión de abandonar el centro de programa de forma voluntaria en fecha veintiuno de enero de este año”.
Sin embargo, la denuncia por el delito de desaparición fue puesta en la PNC de Santa Ana hasta el 26 de enero, es decir, cinco días después. Hasta el pasado 15 de marzo, el caso estaba etiquetado como “activo”.
Varios casos de adolescentes
Otro caso de menor desaparecida es el de Azucena, una menor que desapareció el 13 de marzo anterior, en el distrito (municipio) El Carmen, departamento de La Unión, donde residía con su familia y también estudiaba educación básica.
De acuerdo con la denuncia interpuesta por el padre, como a las 6:30 a.m. Azucena salió hacia el centro escolar donde cursaba octavo grado, aunque no llevaba puesto el uniforme escolar sino un pantalón azul y tenis gris con rojo. Sin embargo, a las 12 del mediodía no regresó a casa como solía hacerlo.
Cuando el padre fue a preguntar al centro escolar, la maestra le dijo que la adolescente no había llegado a clases. Según la denuncia, Azucena y su familia son originarias de Nicaragua y últimamente, la menor le había insistido al padre que regresaran a su país, a lo cual le había dicho que en cuanto terminara de estudiar se regresarían.
El padre de la desaparecida aseguró en su denuncia que se ha comunicado con sus parientes en Nicaragua pero le han respondido que tampoco ha llegado allá.
Este caso a su vez continuaba activo hasta el pasado 15 de marzo.
También el 13 de marzo fue reportada como desaparecida la menor de 13 años, Alejandra N., quien residía en el cantón El Havillal, de San Miguel. De acuerdo con la denuncia hecha por su madre, en la mañana del 13 de marzo, cuando fue a despertarla para que se preparara para ir a estudiar, no estaba en su habitación y la ventana de la misma estaba abierta.
Tres adolescentes más se cuentan entre los casos activos de desapariciones. El de Evelyn V. P. de 14 años, quien desapareció de su casa en Santiago Texacuangos, el 19 de febrero de 2024, según la denuncia hecha por el padre; Olga M., de 14 años, desaparecida de su vivienda en Nueva Esparta, La Unión, y Ester S., de 15 años, desaparecida el 7 de marzo en el municipio El Tránsito, de San Miguel.
Entre los 33 casos activos hasta el 15 de marzo, también se cuentan casos de personas desaparecidas en años anteriores pero denunciados hasta este año, pues los familiares aseguran que no lo hicieron antes por temor al accionar de grupos de pandillas.
Además de varios casos de mujeres adolescentes desaparecidas, también llama la atención el de un hombre que desapareció el 30 de enero de este año, mientras trabajaba en repartir alimentos como parte del Programa Presidencial de Apoyo Alimentario, PPAA.
El reporte policial indica que la víctima de desaparición es José Mario Ernesto Díaz Álvarez, de 35 años, residente en una colonia de Soyapango.
La denunciante asegura que un compañero de trabajo le comentó que salieron juntos de las instalaciones del cuartel San Carlos y que se separaron en un comercio de donas sobre la 29a. calle Poniente, del barrio San Miguelito. Este caso, al 15 de marzo, aún se encontraba activo, es decir, que la víctima no había sido encontrada.
El gobierno salvadoreño ha puesto bajo reserva la información relacionada a denuncias de personas reportadas como desaparecidas y de los restos encontrados en fosas o cementerios clandestinos.
En muchos de los casos denunciados entre el 1 de enero al 15 de marzo, las personas fueron localizadas con vida. Algunas eran personas mayores que se extraviaron al salir de casa, otras personas se fueron a otros países y no quisieron avisar a sus familias, otros andaban de paseo o decidieron acompañarse sin avisar a nadie.