El Índice de Envejecimiento Poblacional en el país pasó de 19.3, en el 2007, a 49.0, en el 2024, lo que confirma las proyecciones que diferentes organismos hacen a nivel mundial; es decir, que sus poblaciones están envejeciendo y las mujeres están teniendo menos hijos, lo que podría provocar que El Salvador regrese a tener un número similar de habitantes de hace 94 años.
El envejecimiento de las personas está transformando las pirámides de población, que anteriormente presentaban a personas de 0 a 14 años como las zonas más robustas de sus estructuras.
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Estas, en el caso de El Salvador, se han ido reduciendo, según lo revelan los datos del VII Censo de Población y VI Censo de Vivienda 2024, realizado por el Banco Central de Reserva (BCR).
Las cifras indican que hay 49 personas de 65 años y más por cada 100 niños y jóvenes de 0 a 14 años.
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Hace 17 años, durante el censo de 2007, habían 19.3 personas por cada 100 en dichos rangos de edad.
“Es importante destacar que estas tendencias demográficas apuntan hacia un proceso de envejecimiento poblacional y una transformación en la base de la pirámide, revelando que la población está experimentando cambios en su estructura etaria”, analiza una parte del informe de los resultados.
Agrega que al realizar un comparativo de las pirámides poblacionales después de un periodo de 17 años, se observa que el país está en una transición demográfica y que el fenómeno describe el paso de una sociedad con altas tasas de natalidad y mortalidad a otra con bajas tasas en ambos aspectos, “lo cual provoca cambios profundos en la estructura de su población”.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) indica que los orígenes del envejecimiento poblacional son el resultado de los avances de desarrollo alcanzados en los últimos siglos por la humanidad, las personas terminan viviendo cada vez más años (alza en la esperanza de vida al nacer) y, además, tienen una menor descendencia (descenso en los niveles de fecundidad).
En el 2007 habían en El Salvador 374,973 personas de 65 años y más; mientras que para el 2024, la cifra alcanza los 637,022 habitantes; es decir un aumento de 262,049 personas en ese rango de edad a la fecha.
El departamento de Chalatenango es el que tiene el mayor porcentaje, con 16.7%, de personas adultas mayores. Le siguen La Unión (16.2%) y San Salvador (16.1%).
Mientras que Sonsonate es el departamento con menor población adulta mayor, respecto a su población total, con 12.9%.
El máster en gerontología, doctor Diego Bernardini, señaló que la transformación de las pirámides de población sucede porque las personas están teniendo menos hijos y, adicionalmente, la expectativa de vida es mayor.
Para el caso de El Salvador es de 77 años para las mujeres y 67 en los hombres. Las proyecciones para las próximas 3 o 4 décadas es que sea hasta los 80 años de vida.
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“Esa pirámide (poblacional) no sólo va a tener un gran cambio cuantitativo sino que también cualitativo. La proporción de población en El Salvador va a ser cada vez más importante en lo que respecta a adultos y a personas mayores. Esto es un tema transversal; de alguna manera nos confronta a toda la sociedad, a los arquitectos, a los planificadores, políticos, por supuesto al sistema sanitario y sistema de protección social. Por eso debemos de trabajar en la pedagogía de la longevidad; debemos explicarle a toda la población lo que significa la oportunidad de que vamos a vivir más tiempo; pero también los desafíos y los riesgos”, señaló el especialista durante un programa de entrevistas televisivas.
Bernardini consignó que datos del Instituto de Métrica de la Salud, de la Universidad de Washington, Estados Unidos, indican que la cantidad de población en El Salvador comenzará a disminuir a partir del año 2060.
Las proyecciones estiman que el país tendrá un millón y medio de personas para el 2100 si no se revierten las tendencias.
De ser así, El Salvador podría llegar a tener una población similar a la que tuvo en 1930 cuando eran 1,434,361 habitantes. Actualmente son 6,029,976 personas.
Una publicación realizada por el Instituto de Métrica de la Salud, realizada originalmente por la revista The Lancet, indica que para el año 2050, más de tres cuartas partes de los países (155 de 204) no tendrá tasas de fertilidad lo suficientemente altas como para mantener su población con el tiempo; esto aumentará a un 97% de los países (198 de 204) para el 2100.
“La población disminuirá a menos que se pueda compensar la baja fertilidad con una inmigración ética y eficaz. Los efectos de la baja fertilidad también se podrían mitigar parcialmente con políticas que ofrecieran un mayor apoyo a los padres”, consigna la publicación.
Además que la tasa de fertilidad mundial ha caído hasta menos de la mitad en los últimos 70 años, desde aproximadamente cinco hijos por cada mujer en 1950 hasta 2.2 hijos en 2021, con más de la mitad de todos los países y territorios (110 de 204) por debajo del nivel de reemplazo poblacional de 2.1 nacimientos por mujer a fecha de 2021.
“Dicha tendencia es preocupante en lugares como Corea del Sur y Serbia, donde la tasa está por debajo de 1.1 hijos por mujer”, consignó la publicación.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en su Cuadernos sobre población 3, Transformar el futuro conociendo el presente, Situación de la población adulta mayor en El Salvador 2023, indica que las personas terminan viviendo cada vez más años; pero tienen una menor descendencia.
La esperanza de vida al nacer en El Salvador subió 27.5 años durante la segunda mitad del siglo XX, al pasar de 42.4 años en 1959 a 69.9 en el 2000.
Mientras que la tasa global de fecundidad se redujo a más de la mitad entre 1950 y 2000, al pasar de 6.30 hijos por mujer a 3.14.
“En el siglo XXI, este descenso se consolidará en la medida que la cantidad promedio de hijos por mujer sea de 1.76 hijos por mujer en 2025; 1.67 en 2050; 1.65 en 2075 y 1.66 en 2100”, indica en el documento.
Además que el tamaño de las generaciones de 60 años o más está creciendo a tal grado que, desde 2045, superará al de las generaciones menores de 15 años. Las nuevas generaciones perderán capacidad para rejuvenecer a la estructura poblacional.
En 2000, había 19.1 personas de 60 años o más por cada 100 en su niñez de 0 a 14 años. En 2025, se elevará a 50.8 personas. En 2050, 121.9 personas. En 2075, 261.4 personas. En 2100, 344.5 personas, de acuerdo a las proyecciones.
“No queremos que de alguna manera el sistema nos invisibilice, nos saque del lugar por sólo el hecho de cumplir años. La nueva longevidad tiene que ver con empoderarnos como sujetos de derechos; las personas no debemos perder derechos por sólo el hecho de cumplir años y además entender que estamos en un momento de vida donde la productividad, que de alguna manera está ligado a esa cuestión económica, ha sido reemplazada por la vigencia y la vigencia es la capacidad de dar que cada uno de nosotros tenemos independientemente de la edad. Cada uno puede dar porque tiene un curso de vida, experiencias, alegrías y sufrimientos. Eso nos permite dar y dar significa aportar a una sociedad que todos, seguramente, queremos que sea mejor”, razonó Bernardini.