Sentados bajo unos plásticos negros extendidos a manera de techo que han amarrado entre algunos árboles, un grupo de profesores del Centro Escolar del caserío Huiscoyol, en Sensuntepeque, toman su almuerzo mientras esperan la llegada de estudiantes del turno vespertino. Dos perros flacos están entre el grupo. Ese es su salón de descanso.
Amablemente, dos de ellos piden a un equipo de periodistas de El Diario de Hoy que salgan del inmueble, porque no están autorizados a hablar con medios de comunicación sobre las condiciones en que imparten sus clases y que tampoco tomen fotografías o videos, porque pueden tener problemas laborales con la Dirección Departamental de Educación
En otras palabras, los maestros temen represalias si exponen las condiciones en que han estado laborando todo el presente año escolar y las condiciones deplorables en que niños y niñas reciben sus clases, en un inmueble que alguien de la comunidad les prestó para bodega mientras Educación hacía las remodelaciones ofrecidas.
Desde afuera del inmueble se puede apreciar que la “escuela provisional” es una casa pequeña con un corredor donde se ha ocupado hasta el mínimo espacio para colocar pupitres y pizarrones. Últimamente también en el lado de atrás de la casa han colocado un canopy y han hecho otra “aula” para que cada grado reciba dos clases dos veces al día.
Padres y madres de familia hicieron reparaciones a una letrina que es ocupada por el grupo de estudiantes.Tampoco hay espacio para jugar o para relajarse en los recreos. El calor en ese lugar, cercano a los embalses de las presas 5 de Noviembre y Cerrón Grande, es sofocante.
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Unos 500 metros al norte de esa “escuela provisional” está el inmueble donde, hasta octubre del 2023, se impartieron normalmente las clases. El edificio principal constaba de dos niveles, cada aula con aire acondicionado. Y al fondo estaban las aulas para estudiantes de parvularia y kinder. Es un terreno con mucho espacio.
Padres de familia que hablaron con El Diario de Hoy afirmaron que están arrepentidos de haber aceptado la oferta que el Ministerio de Educación les hizo a mediados del 2023, de remodelar la escuela.
Recuerdan que del anterior inmueble, el problema más grave era que por el techo se filtraba el agua cuando llovía y que unas aulas estaban un tanto cerca de un pequeño barranco. “Pero la escuela estaba bonita a como está ahora; y lo peor ¿ya fue a ver donde reciben clases hoy?”, pregunta una de las entrevistadas.
El Sistema de Información para la Gestión Educativa Salvadoreña (SIGES) describe así a la escuela de Huiscoyol. “El Complejo Educativo Casero (sic) Huiscoyol se encuentra en el Cantón La Trinidad de El Salvador. Este complejo educativo ofrece una educación de calidad a todos sus estudiantes, desde la educación inicial hasta la educación superior. El Complejo Educativo Casero (sic) Huiscoyol cuenta con una amplia variedad de instalaciones y servicios, como una biblioteca, una sala de informática, un laboratorio de ciencias, una sala de música, una sala de arte, una enfermería y una cafetería”.
Pero eso lo fue en un tiempo
Hasta el miércoles anterior, lo que había eran paredes sin puertas, ni ventanas ni techos. En las paredes aún permanecían colgados los aparatos de aire acondicionado; un montón de tazas de servicios sanitarios y láminas de asbesto apilados.
Ese mismo día, un pequeño montacargas entraba y salía del inmueble cargando tierra y el ripio dejado por la empresa que a finales de diciembre del 2023 abandonó los trabajos. Se fueron sin decir nada y, lo peor, aseguran vecinos, sin pagarles a los lugareños que reclutó para hacer los trabajos de remodelación.
En la calle, un camión de volteo esperaba a ser llenado. De acuerdo con fuentes de El Diario de Hoy, esa maquinaria pertenece a la empresa Desarrollo y Construcción de Obras, S.A. de C.V., a la cual supuestamente el Ministerio de Educación le ha reasignado la remodelación.
Según estudiantes, madres y padres de familia, el desalojo de tierra y ripio comenzó el pasado lunes 9, cinco días después de que decidieron exponer en redes sociales, las condiciones en que sus hijos están recibiendo clases, debido al abandono de las obras que supuestamente tardarían unos pocos meses.
En el vídeo colgado en redes sociales, varias madres piden al presidente Nayib Bukele y a la primera dama, Gabriela de Bukele, impulsora de varios programas, entre otros, Crecer con Cariño, que les agilice las obras o, al menos, que se las volvieran a dejar como estaban antes de que una empresa mexicana llegara a desmantelarla, supuestamente para mejorarla.
Además de las condiciones inadecuadas en las que estudiantes reciben sus clases, padres y madres de familia también enfatizaron en que la educación que están recibiendo no es la mejor, puesto que cada grado sólo asiste dos veces a la semana a recibir clases y que los demás días lo hacen en línea.
“Sabemos que los profesores se rebuscan por enseñar a los niños, que no es culpa de ellos que solo vayan dos veces a la semana, pero si usted se fija, aquí la señal (de internet) no es muy buena y entonces hay profesores que les toca andar de casa en casa dejando tareas a sus alumnos y uno tampoco tiene dinero a veces para comprar paquetes (de internet)”, afirmó en tono molesto una madre cuyos hijos están matriculados en cuarto y quinto grados.
Se quedaron esperando aulas provisionales
La difusión del video sobre cómo la empresa mexicana dejó la escuela y las condiciones en que los niños y niñas reciben sus clases no es la primera acción que la comunidad educativa dell caserío Huiscoyol ocupa para hacerse escuchar.
Aproximadamente en marzo de este año, miembros de la asociación directiva de la comunidad, acompañados de madres y padres de familia, viajaron hasta las instalaciones del Ministerio de Educación, en San Salvador, para solicitar una solución al actual problema con el que llevan todo el año escolar.
De acuerdo con representantes de quienes viajaron en esa comitiva, un empleado del Ministerio de Educación, a quien identificaron como Óscar López, Director de Planificación Interino, les prometió construir aulas provisionales o ponerles techo, puertas y ventanas a las instalaciones desmanteladas en diciembre por la empresa mexicana.
Los padres de familia prefirieron las aulas provisionales creyendo que, en realidad, Educación estaba agilizando una nueva contratación para las obras.
Después del viaje que hicieron a San Salvador, López llegó al caserío Huiscoyol a recalcar que les construirían aulas provisionales, pero después de ese día jamás se volvió a asomar al cantón y nunca les llegaron a construir las aulas, según testimonios de la comunidad.
El Diario de Hoy intentó obtener la versión de López, de la directora departamental de Educación, Flor Mendoza, y del ministro de Educación, Mauricio Pineda, sin embargo, ninguno respondió.
El incumplimiento de las promesas del MINED, según lo llaman en este centro escolar, ha hecho que haya escepticismo ante la repentina llegada de otra empresa a retirar el ripio dejado por la compañía mexicana; aseguran que hasta no ver las obras terminadas, no darán crédito al desarrollo de las obras.
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A estas alturas del año escolar, la comunidad educativa de esta escuela teme que el bachillerato desaparezca del centro escolar, pues el Ministerio de Educación exige ciertos requisitos, entre estos cierta cantidad de estudiantes; por esto, madres y padres de familia temen que el próximo año haya migración escolar debido a que, aunque reconocen los esfuerzos del personal docente, la calidad de la enseñanza ha disminuido mucho y las condiciones en que se realizan las actividades escolares son deprimentes, en nada a la altura de la propaganda de políticas supuestamente enfocadas en beneficio de la niñez.