El 15 de septiembre, miles de salvadoreños demandaron a Nayib Bukele respeto a la separación de poderes, rechazaron la imposición del bitcoin como moneda de curso legal, la reforma a la Ley de la Carrera Judicial y exigieron una respuesta por las desapariciones, entre otras demandas más.
Tras la masiva protesta también por la deriva autoritaria en El Salvador, el presidente Nayib Bukele, lejos de escuchar los reclamos de la calle y las causas de ésta, acusó a la comunidad internacional de estar detrás de las marchas y financiarlas.
“Lamentablemente son protegidos por algunos amigos de la comunidad internacional. Digo algunos porque no son todos. Pero sí algunos, incluso financiados. Lo triste es que están financiando una oposición perversa”, dijo Bukele la noche del 15 de septiembre durante una cadena nacional en la que se dirigió al país con motivo del Bicentenario.
“Cómo luchar contra una dictadura que no existe y sin embargo, hay muchos en la comunidad internacional que la siguen vendiendo...este es un país en los que en dos años y tres meses de Gobierno no hemos utilizado aún, porque no sé si algún día van a financiar tanto que vaya a llegar ser necesario, espero que no”, agregó.
Al respecto, el director ejecutivo de Acción Ciudadana consideró que la reacción del presidente era esperable porque él se ha caracterizado por tratar de menospreciar y minimizar las expresiones de descontento ciudadano que se puedan dar contra su gestión.
“En esa medida va a tratar siempre de ver de menos las expresiones ciudadanas de protesta”, señaló.
Además, Escobar expuso que Bukele necesita un enemigo en su narrativa. “Él reacciona acusando a la comunidad internacional de estar financiando las marchas porque necesita mantener “al enemigo”. El enemigo son las organizaciones y le suma la comunidad internacional”, planteó.
Por su parte, Wilson Sandoval, experto en temas de transparencia y anticorrupción, manifestó que no hay ninguna evidencia, ni lógica válida como argumento que pueda sostener de que un país o una organización está financiando protestas.
“Creo que los más sabio y prudente de cualquier estadista sería antes de vertir acusaciones de quienes están detrás de las marchas es precisamente escuchar cuáles son los problemas que están reflejando las marchas”, indicó