El 23 de septiembre de 2005, una mina claymore, vestigio del conflicto armado que sufrió El Salvador entre 1980 y 1992, cercenó las dos manos y dañó completamente los dos ojos de Mauricio Adonay Villacorta, entonces de 16 años. Meses después, recuperó parte de la visión del ojo izquierdo gracias a un trasplante de cornea que le hicieron en Estados Unidos.
El lunes anterior, la Policía Nacional Civil (PNC) “le robó su libertad” y “le mancilló su honor de hombre trabajador” a pesar de sus marcadas discapacidades, afirma Juan Villacorta, padre de Adonay.
El pasado lunes 13 de junio, varios policías llegaron a la vivienda de Adonay y con mentiras lo sonsacaron y se lo llevaron.
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Seis horas después, la PNC escribía en su cuenta de Twitter: “Mauricio Adonay Villacorta, alias Cuto, fue detenido en el caserío Santa Rosa, de Santa Rosa de Lima, La Unión, por agrupaciones ilícitas, delito por el cual ya cuenta con antecedentes. Este terrorista intentaba pasar desapercibido ante las autoridades y así cobrar el dinero de la mal llamada renta. Si usted ha sido víctima de este pandillero, interponga una denuncia en la sede policial más cercana”.
Pero eso “es una sarta de mentiras”, afirman familiares y vecinos de Adonay.
Varios testigos de la captura aseguran que aproximadamente a las 12:30 p.m. del lunes, llegaron varios policías preguntando por el señor al que le faltaba una mano. Familiares les respondieron que quien vivía allí le faltaban las dos, pero igual, le dijeron que lo llamaran.
Adonay en ese momento se estaba poniendo las prótesis para ir a fletar un poco de comida para sus vacas. Cuando salió, le ordenaron que se subiera al carro policial y se lo llevaron.
Ayer, el padre de Adonay dijo que ya lo habían trasladado al penal de Mariona. Con evidente indignación comentó que con su hijo han cometido una injusticia; pues, pese a sus marcadas discapacidades, es un hombre trabajador.
Adonay trabaja en la agricultura, cría cerdos y tiene varios semovientes, todo ello lo ha adquirido con créditos bancarios que le dan como parte de los beneficios de recibir una pensión del Fondo de Protección de Lisiados y Discapacitados (Foprolyd).
“Mi hijo siempre ha sido un hombre trabajador a pesar de que solo puede ver un poco con un ojo y le faltan las dos manos”, afirmó Juan mientras mostraba las prótesis de Adonay, a las que él les ha adaptado pequeños machetes para poder trabajar en la agricultura.
De acuerdo con Juan, su hijo es muy conocido en las instalaciones de Foprolyd, institución que visita frecuentemente para recibir terapias y medicinas que necesita de manera permanente.
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Juan teme que la salud de su hijo se deteriore estando en prisión, además de que hay cosas que por su misma discapacidad no puede hacer si no es con ayuda de su familia, explicó.