La playa de San Diego, en el Puerto de La Libertad, es una de las mejores a comparación de las más conocidas de esta parte de la costa. Al menos así lo dicen quienes la visitan y disfrutan de un cóctel de conchas, la sombra del bosque frente a la bocana o una caminata sobre la arena.
Esta playa de arena gris está ubicada a una hora desde San Salvador sobre la carretera hacia el Puerto La Libertad hasta llegar al famoso faro, se cruza a la izquierda, luego se recorre durante seis kilómetros por la carretera.
La playa está a escasos metros de la calle principal y es de fácil acceso a través de ranchos o pasajes en medio de las propiedades. Si se lleva la tecnología a la mano, se pueden buscar las mejores opciones en Google Maps, no hay dónde perderse. Los lugares son variados y hay de todos las opciones para disfrutar de los días libres de Semana Santa.
San Diego se convirtió en una opción más para las familias salvadoreñas que desean buscar otra opción diferente y tranquila a las tradicionales como El Majahual, El Tunco o la zona del muelle de La Libertad. Se puede observar la tranquilidad de las personas, según pudo confirmar El Diario de Hoy en su visita.
Aquí no siempre fue así, ya que en años anteriores era conocida por el control que de la Mara Salvatrucha (MS 13) imponían en la zona, a tal punto que algunos turistas dejaron de llegar por muchos años. En las paredes de algunas de las propiedades aún quedan los restos de los grafitis que este grupo criminal colocaba como señal de pertenencia.
Locales y turistas concuerdan que el régimen de excepción se llevó “a la plaga que existía en este lugar y no dejaba a las personas pasarla bien (frente a la playa)”. Al cuestionar a algunas personas sobre la inseguridad de hace unos meses atrás, prefirieron hablar desde el anonimato y recordaron algunas escenas que vivieron en sus establecimientos.
“Está muy bonito ahora, pero antes se miraban esas personas (pandilleros). Siempre teníamos desconfianza de venir. Se puede bañar y disfrutar”, señaló un turista que viajó desde la capital hasta este lado de la playa.
Frente a la playa y en una hamaca, Ana Reyes juega con sus dos hijas: Emilia y Rosita. Ellas vinieron desde San Salvador para pasar los últimos días de la Semana Santa. “Tenemos ocho años de venir a esta playa. Ahora está más tranquilo porque ya no se ve tanto muchacho malo y eso me hace sentir mejor porque andamos con niñas”, señaló con un tono de alivio.
“En San Diego era conocida por eso, hay que admitirlo. En aquellos tiempos los criminales ingresaban a los negocios camuflados y sin darnos cuenta ya estaban adentro. Ahora no los vemos”, señaló otro comerciante, que prefirió no identificarse.
El renacimiento de San Diego
Comenzamos este recorrido en la bocana de San Diego y es aquí el lugar elegido por la familia Alejo, que viajó desde San José Villanueva, La Libertad. Es la primera vez que conocen este lugar y señalan que buscaron imágenes de cómo era, para convencerse. “Nos gusta el estero (en San Diego) porque es menos peligroso que el mar y es ideal para los niños”, señala una de las familiares, mientras se refrescan en la sombra.
Al igual que otras familias, trae algunos bocadillos y bebidas para almorzar, pero también disfrutó de una minuta o mango, productos accesibles que no superan los $1.50. La playa es bastante soleada y los espacios para protegerse del sol son pocos, una de las opciones para no gastar es traer una sombrilla playera y colocar toallas para pasar el rato, pero la mayoría de los veraneantes prefiere pagar una ramada o la entrada a ranchos privados.
Marta y Raúl aseguran que la playa San Diego es la que más disfrutan de toda la zona, porque no tiene piedras y su oleaje es relativamente tranquilo a comparación de El Tunco o el muelle de La Libertad. Siempre vienen aquí desde muy temprano para aprovechar el día, para lo pagan $8 por una mesa bajo una ramada de palmeras frente al mar.
Entre ranchos
Hay quienes aprovechan la sombra que hay en el bosque cercano a la bocana de la playa para colocar hamacas o sábanas para relajarse mientras el sol baja un poco e ir hasta la playa a disfrutar de las olas y de un bonito atardecer.
Cerca de la bocana está el rancho "Yallil", a metros del estero, donde también hay pescado fresco que es cocinado con la sazón de la cocina de la playa San Diego. Este lugar se puede encontrar en Google Maps y tiene entrada directa a la playa con una ramada para descansar.
María Pineda cocina unos pescados cerca de la bocana de San Diego. Ella es propietaria del rancho "Yallil" y ofrece variados platillos con productos frescos del mar, pero su especialidad es el "Mar y Tierra" a $15, "es una 'platada' que le lleva de todo carnes y mariscos", describió.
El rancho “Alcimar” tiene 22 años de existencia y está ubicado sobre la calle principal de la playa San Diego. Su propietario, José Alcides Hernández, dijo con mucho orgullo que ofrece servicios de restaurantes con amplia variedad de platos como la mariscada en crema y el pescado relleno de camarones.
Quienes visitan este lugar tienen la opción de ingresar por $3 por persona y disfrutar de las piscinas y los espacios con palmeras de coco que hay en todo el establecimiento.
Otra de las opciones que tienen los visitantes de la playa es el rancho "La Finkita", que también cuenta con acceso directo al mar y amplio espacio para esparcimiento.
"Tenemos muchos años en este lugar y nuestros clientes nos recomiendan por el servicio y la comida. Nuestros clientes tienen la posibilidad de acceder con comida y bebidas", señaló Marlene Palacios, encargada del local.
Los salvadoreños buscan las formas ideales para disfrutar de los últimos días de la Semana Santa y estas son algunas opciones para descansar y pasar un momento agradable con la familia, en medio de una playa San Diego donde se respira otro ambiente.