Para los pescadores del lago, el fenómeno natural de las algas que permanecen en el agua ya causa considerables pérdidas económicas.
En dicho lugar, desde hace al menos tres semanas no logran su acostumbrada faena.
“Esto está triste hoy, no se puede pescar, el trasmallo sale lleno de eso que nosotros llamamos musgo; con el arpón es peor, por la turbidez del agua no se ven los peces”, comentó Joel Mancía, de 45 años, y quien ha dedicado gran parte de su vida a la pesca en este lago.
Un “día bueno” representa la captura de hasta 20 libras de diversas especies de peces, que tienen como destino el comercio y el consumo propio.
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Joel también trabaja de hacer recorridos turísticos en lancha, y lamenta que el fin de semana anterior varios grupos de visitantes se retiraron del lugar pues los ranchos privados no llenaron las piscinas. Eso le limitó la posibilidad de lograr “algún viajecito”, y el esperado ingreso de dinero.
Las piscinas son llenadas por medio de bombas con agua del lago, pero por las algas flotando en la superficie los mecanismos se atascan; por ello, en ese momento se abstienen del llenado.
Al día Joel puede realizar hasta tres viajes en su lancha, los cuales tienen un valor promedio de 25 dólares; o puede hacer uno de $80. El costo depende del destino.
“En las casas nos tocó botar el agua que recogimos del lago, no se pudo usar para nada. El olor era demasiado fuerte”, relató Humberto Cruz, de 57 años, otro pescador.
A la falta de pesca, él suma el costo extra que tiene al comprar agua para beber. Sostiene que pocas veces la alcaldía les apoya con pipas llenas con agua, y cuando sucede la misma no es suficiente para abastecer a todos los pobladores.
“En estos días ha tocado salir a buscar trabajo, a ganar al menos 10 dólares al día”, expresó Humberto.
Para los propietarios de restaurantes en el Bajadero La Bendición II, en la zona turística popular del lago, el avistamiento de algas en la superficie provoca que más turistas visiten al lugar.
“Esto ocurre con frecuencia, ya la gente viene solo por ver y de paso consume”, comentó Karla Valenzuela.
La joven comerciante enfatiza que en la zona por lo general no comercializan pescados atrapados en el lago, si no de viveros ubicados en Tacachico y El Sauce.
“Eso nos tiene un costo extra , pero así lo hacemos, la diferencia en el precio por libra puede ser hasta de 1 dólar”, puntualizó Karla.