El director ejecutivo de la La Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad), Henri Fino, durante la entrevista de YSUCA del miércoles, insistió en la falta de interés por parte de las instituciones de gobierno para investigar los casos de desaparecidos y la necesidad de un banco de ADN.
“Desapariciones siempre han habido en el pasado reciente y en la actualidad, pero siempre ha sido la misma actitud de los gobiernos”, aseguró.
El representante de Fespad explicó que la poca capacidad e interés de investigar por parte de las instituciones del Estado ha obligado a los mismos familiares a organizarse y buscar por su propia cuenta.
“La madres de los desaparecidos se han convertido en investigadoras, son ellas que dan elementos a la autoridades para que sean agregados a los expedientes” aseguró.
Entre esas madres se encuentran Ana Mirian Elizondo que lleva 12 años de búsqueda de su hijo Josué, desaparecido en Santa Ana y Eneida Abarca, madre de Carlos Abarca, un joven universitario desaparecido el 1 de enero de 2022 en la colonia Monserrat.
Para Fino la desaparición de un pariente es una situación cruel y más dolorosa que un homicidio, porque la familia nunca puede cerrar el círculo del duelo. “¿A dónde va la madre, los hermanos, los familiares a ponerle una flor?, cuestionó.
Según datos del estudio Situación de la desaparición de personas en El Salvador y la respuesta del Estado, realizado por Fespad, los reportes de desaparecidos entre 2019 y 2021 rondan los 6,443. Este dato se basa en diversas fuentes, como reportes periodísticos u organizaciones no gubernamentales.
Mientras que el Balance Humanitario 2022-2023 del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) indicó que en El Salvador hubo 692 reportes de personas desaparecidas en 2022.
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Lo cual indica que los últimos cuatro años se han reportado 7,135 personas desaparecidas en el país, pero este número podría variar debido a que las instituciones del Estado se niegan a brindar las cifras oficiales, a pesar que los datos estadísticos son de carácter público, según lo establece la Ley de Acceso a la Información Pública.
Para Fino históricamente las desapariciones están relacionadas a situaciones electorales y el combate a las pandillas, recordó que después que se firmaron los Acuerdos de Paz las desapariciones cesaron, pero luego tras el fracaso electoral de ARENA en las elecciones de diputados y concejos municipales de 1997 y la posterior implementación del Plan Mano Dura en julio de 2003, esta práctica resurgió.
Asimismo durante el rompimiento de la tregua de 2012 entre las pandillas y el gobierno de Mauricio Funes se tuvo un repunte en los reportes de personas desaparecidas. “Siempre que disminuyen los homicidios, aumentan las desapariciones”, aseguró Fino.