“Hoy que ha pasado este fracaso, la comunidad decidió unirse y echarle la mano a don Victorino y sus dos hijas para que puedan tener su casita de bloque”, dice Héctor Palucho. Él junto a otros vecinos trabajan en quitar las varas, láminas y los plásticos del rancho donde por más de 25 años vivió Marleni de Jesús Guardado de Gutiérrez y su esposo José Victorino Gutiérrez, en el caserío El Ojustillo, cantón San José, en San Alejo, La Unión.
El 26 de mayo, Marleni murió tras ser atacada por varios perros de unos vecinos mientras ella caminaba rumbo al molino a quebrar maíz.
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Desde hace algún tiempo, ella y su esposo hacían el esfuerzo por reunir alguna ayuda para empezar a construir su casa de concreto.
La expresión de lugareños es que después de la muerte de Marleni, surgen las bendiciones.
Ahora los vecinos se han unido para apoyar a Victorino para que construya la casa. Las colaboraciones que llegan son hierro, arena, cemento y mano de obra. Antes de la tragedia, la familia había avanzado un poco en construir la fundación para las paredes, dice Palucho.
“Algunos vecinos no tenían la fe de ayudarle pero después de este fracaso todos están de acuerdo en ayudarle para que don Victorino y sus hijas tengan su casa de bloque”, dice.
Palucho describe a la familia diciendo: “Ellos son una familia pobre, doña Marleni se rebuscaba trabajando para ganar el dinero. Hoy don Victorino está contento porque lo vamos a apoyar”.
José Victorino dice que ellos siempre se han dedicado a trabajar para sostener a la familia.
“Tengo dos hijas. Una que cumplirá 17 años en julio y la otra entrará a los 12 años en diciembre. Mi esposa trabajaba lavando ropa ajena y haciendo tortillas, yo me dedico a la agricultura y todo lo que ganábamos era para el sustento de la familia”, agregó el ahora viudo.
Victorino, de 43 años, aseguró que sus hijas están tristes y nerviosas cuando ven a los perros, no quieren salir de la casa.
Los perros fueron sacrificados
El martes 31 de mayo, en la audiencia por la muerte de Marleni, los cuidadores de los perros que mataron a la mujer y la familia de ella llegaron a una acuerdo de conciliación tras una compensación económica. Ese mismo día los perros fueron sacrificados. En la alcaldía de San Alejo aseguran que no hubo ninguna coordinación de las instituciones para sacrificar a los animales.
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El síndico municipal, Antonio Fermán, dice que a ellos no les informó del destino de los animales, tampoco hubo coordinación con alguna institución gubernamental para sacrificarlos, no fueron tomados en cuenta, ni avisados.
“No hubo ningún aviso, la información que tengo hasta ahorita es porque me he enterado por los medios”, agregó Fermán.
La municipalidad de San Alejo no cuenta con delegado contravencional municipal, cuyo rol es verificar, sancionar, resolver casos en el marco de las ordenanzas municipales y darle cumplimiento a la ley Especial de Bienestar y Protección Animal, recientemente aprobada por la Asamblea Legislativa.
“Ya está el acuerdo para crearse la ordenanza y para (designar) el delegado contranvencional, que será el encargado de velar por el cumplimiento de la ley; hay que buscar el perfil indicado de la persona”, agregó el funcionario municipal.
Fermán considera que la decisión que tomaron las instituciones de sacrificar a los perros, está dentro del cumplimiento de la ley.
“Cuando ya mataron a un ser humano es el último recurso que se toma, porque no hay la infraestructura adecuada para llevarlos y rehabilitarlos”, agrega.
El 19 de mayo entró en vigencia la ley Especial de Protección y Bienestar Animal, en el artículo 5 establece las instituciones que están facultadas para la aplicación; a las municipalidades les corresponde aplicarla a través de los delegados contravencionales.
En el artículo 38 de dicha ley, se expone como deben llevarse los procesos en el caso de animales que cometan actos parecidos a los que sucedieron el pasado 26 de mayo, en el caserío El Ojustillo, cantón San José, donde varios perros de raza atacaron y mataron a una mujer.
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Semiramis Molina, jefa de la unidad de Medio Ambiente de la alcaldía de San Alejo, explica que en casos de donde el animal de compañía hubiese causado daños por conductas agresivas deberá ser evaluado por un médico veterinario, si después de realizada la evaluación el animal es declarado rehabilitado, su dueño tendrá la opción de financiar la rehabilitación.
En caso de ser declarado no rehabilitado, podrá, para evitar ataques, buscar un lugar adecuado para que se mantenga aislado; y como última opción, se podrá aplicar el sacrificio humanitario. “Después de haber agotado todas estas posibilidades y procesos como última opción se podrá aplicar el sacrificio humanitario mediante inyecciones; pero en este caso (de los perros que atacaron a Marleni) no se aplicaron los procesos de acuerdo al artículo 38”, agregó Semiramis Molina.